jueves, 26 de junio de 2008

La oración (I)

¿Por qué he puesto ese (I) junto al título? Pues porque pienso que es un tema que me parece que voy a tener que abordar en más ocasiones y desde prismas diferentes. Makrina,(bienvenid@ de nuevo al blog) en su cometario del 18 de junio, inserto en mi escrito 'Presencia del LOGOS en lo escondido', me hizo reflexionar en la necesidad de abordarlo.

¿Cómo puedo hacer este primer enfoque? ¿Definiendo qué es orar? Me parece simplote. Es algo mucho más personal y trascendente que una simple definición.


Es… un recogimiento interior que me aísle de cuanto me rodea para tener un encuentro personal con quien sé que es mi Padre y pasar con él un rato de conversación e intimidad. Por eso debo dejar todo lo demás por unos instantes, más o menos largos, para que no me distraigan en esa conversación. ¡Cuántas veces he oído decir a padres jóvenes que quieren ser amigos de sus hijos! Independientemente de que ante todo deben ser padres y luego viene lo de ser amigos (que no amiguetes), a efectos educativos y de transmisión de valores humanos y también de valores cristianos, ellos tienen ya esa concepción de la amistad en cuanto a cercanía y confianza con sus hijos para que les cuenten luego sus problemas y ayudarlos. ¿Es así?

Pues a partir de este símil debemos pensar que nuestra relación con Dios es la misma. Lo tenemos tan cerca de nosotros, tan encima de nosotros, que no lo vemos. Ni nos damos cuenta de la trascendencia de lo que hacemos.

¿Se nos ha ocurrido pensar alguna vez que cuando nos ponemos en oración con Dios somos dos los que oramos? Soy yo quien hablo con Dios, pero también es Dios el que habla conmigo. ¿Qué Dios habla conmigo? Pues sí. Así es. Solamente hace falta ponerse en actitud de escucha.

Por ejemplo. Cuando Dios habla con el profeta Isaías (Capítulo 49, versículo 3) dice: ‘Me dijo: Tú eres mi siervo, Israel, y estoy orgulloso de ti’. Traducido a lenguaje de hoy y referido a quien esté orando, puede entender este fragmento así: ‘Tú eres mi hijo, (Carlos, o Marta, o Pedro, o María, o etc., etc...), y estoy orgulloso de ti’. Parece que la Palabra de Dios, el LOGOS, se está dirigiendo a nosotros expresamente y de esa manera nos sentimos más cercanos a Él. Si además, leemos y nos metemos dentro de todo el fragmento desde el versículo 1 hasta el 6,lo interiorizamos, lo vivimos y nos sentimos protagonistas y destinatarios de lo que ahí dice Dios, ya es una gozada absoluta.

Con los Salmos nos pasa lo mismo. El domingo 25 de mayo, en una intervención mía titulada ‘Salmos bíblicos en internet’, en mi respuesta a Euterpe ya comentaba que los Salmos había personas que los personalizaban. En efecto. Cuando alguien desea orar ayudándose de los Salmos comienza a leerlos y con tranquilidad va penetrando en ellos, los interioriza y les va dando su forma personal, teniendo siempre a Dios como destinatario de cuanto pueda decir. Incluso hay quien escribe lo que ora. No es ya el Salmo de la Biblia, que ha pasado a ser la fuente de inspiración, pero sí es un salmo que para esa persona encierra una carga de intimidad divina desde el momento que le ha permitido acercarse al Padre desde su propia interiorización.

Pongo un ejemplo. De todos puede ser conocido el Salmo 23 (22). Quien no lo conozca
convendría que lo leyera primero en la Biblia para entender mejor lo que voy a contar.

En una reunión de oración con diez personas, se leyó este Salmo. La monitora invitó a reflexionar en él fijándose en cuál era o cuales eran las ideas-fuerza que más les habían hecho reflexionar en el mensaje que lleva el Salmo y luego ponerlas en común. Uno de los asistentes no hacía más que escribir y escribir. Eso llamó la atención de todos. Lo dejaron para el final. Cuando llegó su turno, dijo: ‘No esperéis que diga lo que más me ha gustado ni que explique nada. Voy a leeros cómo es este Salmo para mí’. Y nos fue leyendo un salmo (creo firmemente que lo estaba rezando de nuevo)que, partiendo del de la Biblia, había personalizado. Se le pidió que hiciese copias para todos y yo me permito copiarlo a continuación. Por eso he dicho anteriormente que era conveniente leer primero el Salmo tal como está en la Biblia para conocer qué es la personalización. En qué consiste.

SALMO 23 (22) (Personalizado).- EL SEÑOR ES MI PASTOR


Señor, Dios y Padre, Tú eres mi pastor, / nada me falta.
En prados de hierba fresca / me haces reposar / de mis cansancios y preocupaciones,
de mis tristezas y decepciones, / pero, ¿de qué prados hablas?

¿Eres Tú mismo el prado que acoges / a quien a Ti se entrega? / ¿Eres Tú mi prado sereno?

Me conduces junto a aguas tranquilas. / Me das Tu paz y repones mis fuerzas /
con la fuerza del Espíritu. / La misma fuerza que resucitó a Jesús, el LOGOS.

Con tu inmenso amor y tu ternura, / con la oración reposada y profunda. De abandono.
Sólo Tú.
Nos metemos en Ti, porque estás. / Aunque no te veamos. /
Porque eres la Presencia Escondida.


ME GUÍAS por la senda del bien, / haciendo honor a tu nombre.
Yo sólo pongo mi disponibilidad ante Ti. / Tú actúas a través de mí.

Aunque pase por un valle tenebroso, / ningún mal temeré. / Nada temo.
Ni a incomprensiones, ni a persecuciones ni a nada.
Tú eres yo. Yo soy Tú. / Tú, mi Dios, estás conmigo;
tu vara y tu cayado / me dan seguridad y confianza.

Me preparas un banquete / para envidia de mis adversarios,
perfumas con ungüento mi cabeza / y mi copa rebosa de esperanza.


Es el premio que me das: la VIDA auténtica / después de haber combatido
el buen combate de la Fe, la Esperanza y el Amor.

Tú, Señor, llenas mi vida, / me ACOMPAÑAS, me envuelves.
Sólo vivo para Ti. / De Ti venimos y a Ti volveremos.

Penetras en mi ser y me transformas.
Como el alfarero transforma y da forma al barro, / así me transformas y moldeas a tu imagen,
además de llenarme de amor y de ternura, / de alegría y confianza.

Tu amor y tu bondad ME ACOMPAÑAN / todos los días de mi vida;
habitaré en tu Casa, Señor, / por días sin término, / pero, ¿dónde está tu casa?
¿No somos nosotros templos Tuyos?
Si vivimos en tu casa, Tú vives en nosotros. / Y eso nos compromete contigo.

Vivo ACOMPAÑADO por tu paz y tu alegría. / Tu alegría es mi alegría.
Tu presencia es la mía donde sea necesario.
Señor. Tú eres mi pastor. / Nada me falta si te tengo a Ti.

sábado, 21 de junio de 2008

Ley Natural y el LOGOS II

En mi anterior escrito titulado ‘La Ley de Dios y el LOGOS’, citaba la Ley Natural. Concretamente decía: ‘Siendo una Ley de Derecho Divino sigue inmutable porque su Autor también lo es’.
Me encuentro ante un dilema, porque me parece necesario extenderme un poco más en ello y así lo voy a hacer.

Efectivamente La Ley Natural es inmutable porque Dios, su Autor, también es inmutable. A poco que nos fijemos, quien es realmente cambiante y de forma constante es el género humano. De ello es testigo fiel la Historia, tal como es y sin manipulaciones convencionalistas.

Incluso se combate la Ley Natural como se hizo con el LOGOS, con Jesús de Nazaret, cuando se le asesinó en una cruz. ‘Conviene que muera un solo hombre por el pueblo’ (Jn. 18, 14).
Hoy se continúa haciendo lo mismo, de varias maneras, en todo el planeta…

A Cristo se le sigue persiguiendo… Se le sigue combatiendo… Se le sigue calumniando
Y no me digan que Él ya no está aquí porque les tendría que decir QUE NO ES CIERTO, porque SÍ está real y verdaderamente en la Iglesia, SÍ está real y verdaderamente en
la Eucaristía, SÍ está real y verdaderamente en cualquier hombre o mujer que desea hacerlo vivir en su interior.

Es la FE la que nos da la seguridad de su existencia. ‘Esta es la razón de mis sufrimientos; pero no me avergüenzo, pues sé de quién me he fiado’ (2Tim. 1, 12)

Es la ESPERANZA la que nos mantiene en constante actitud de vigilia personal y nos permite mantener llenas de aceite nuestras lámparas. (Mt. 25, 1-13).

Es el AMOR, la CARIDAD, la que nos permite lanzarnos a los demás y proclamar a los cuatro vientos que el LOGOS, que es Amor por definición de San Juan: ‘Quien no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor’ (1Jn. 4, 8), es quien realmente señorea y señoreará de nuevo la Creación como Señor de la Historia y Señor de nuestra propia Historia, a pesar de los intentos del diablo por poner ante nuestros ojos falsas realidades y falacias sin fin. ‘Yo te digo: tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, Y EL PODER DEL ABISMO NO LA HARÁ PERECER’ (Mt. 16, 18).
Y la Iglesia somos nosotros, los bautizados, que tenemos la misión de lanzar al mundo el mensaje del Evangelio. ‘Id por todo el mundo y proclamad la buena nueva a toda criatura’ (Mc. 16, 15). ‘Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros, y seréis mis testigos en Jerusalén, en Judea, en Samaría y hasta los confines de la tierra’. (Hech. 1, 8).
¿Qué esperamos? Las misiones deben comenzar por nuestras propias familias, por los amigos y conocidos, por nuestros ambientes,… sin dejarnos arrastrar por falsas quimeras.

Su ayuda y asistencia la tendremos permanentemente hasta la Parusía final.

viernes, 20 de junio de 2008

La Ley de Dios y el LOGOS

Sr. Anónimo. Sea quien fuere ha sido una satisfacción personal ver que después de sus ocupaciones vuelve a entrar en este blog, que sabe tiene a su disposición para tantas intervenciones como guste.


Observo que está especialmente sensibilizado con el tema del aborto y esto le honra. Hacen falta muchas personas que salgan a defender a esos seres que, desde el momento que sus ¿madres? los matan, los echan a un contenedor de basura o simplemente los abandonan a su suerte (tal vez a morir de frío, de hambre, de sed,…), se sitúan a un nivel inferior al de las hembras de cualquier especie del reino animal, que defiende sus crías con uñas y dientes, incluso con su propia vida, y los enseñan a valerse por sus propios medios y a subsistir en el medio o hábitat en el que se desenvuelven. De esos seres tenemos mucho que aprender para aplicar a la propia vida.

Solamente Dios es Señor absoluto de la vida. Incluso de la muerte. El árbol no nos deja ver el bosque, que traducido a este caso, es que esta apariencia de progresismo, de permisivismo, de falta de valores, no ya religiosos, sino que también de los puramente humanos que brillan por su ausencia, nos deforman la realidad de nuestra existencia. No he leído en ningún periódico ni visto en televisión, noticia alguna en el sentido de que Dios haya abolido la Ley Natural promulgada en el Sinaí hace ya algunos miles de años, y entregada a Moisés en unas Tablas de piedra.


En el Libro de la Palabra de Dios, la Biblia, quien tenga curiosidad puede leer en el Capítulo 20 del libro del Éxodo, versículos 1 al 17, un contenido PROMULGADO Y ENTREGADO POR EL MISMO DIOS y es posible que descubra, no solamente que uno de los preceptos dice textualmente ‘NO MATARÁS’, sino que hay otros, nueve más, que parecen totalmente olvidados por las personas. Acaso descubriría o recordaría lo que el LOGOS quiso transmitir a toda la Humanidad por su bien. Siendo una Ley de Derecho Divino sigue inmutable porque su Autor también lo es.

Sí. Como usted dice, el cristiano tiene una vida igual de complicada que aquel que obvia a Dios, pero no hay color entre la existencia de uno y la del otro. Son como las tinajas de las bodas de Caná. Vacías para los que prescinden de Dios y llenas del vino mejor de los esponsales entre Dios y su Criatura que nos proyectan hacia el infinito como regalo exclusivo y personal para cada uno de los que queremos seguirle.

Gracias por su colaboración y espero volver a leerle de nuevo.

sábado, 14 de junio de 2008

Presencia del LOGOS en lo escondido

No necesariamente tenemos que ver la presencia del LOGOS en nuestra vida diariamente, aunque de hecho Él sí que se hace presente en nosotros ‘de facto’ cuando nos abrimos a su Vida.

Para nosotros es absolutamente imposible, por nuestra finitud, entender el misterio de la Trinidad en la realidad del mundo. Podremos intuir su presencia a través de sus manifestaciones: la naturaleza, la vida en sí misma, etc. Pero no dónde acaba el Padre y está el Hijo o el Espíritu porque son un Único Dios que es como es y, como dijo a Moisés, es Quien Es. 'Yo soy el que soy. Yo Soy me envía a vosotros’ (Ex. 3, 14).

Sin embargo quiso tener un rostro humano para hacerse entender por su obra mimada: el Hombre y la Mujer, a quienes otorgó el don de enseñorear la Creación y que tan pésimamente estamos usando esa facultad que nos otorgó. Ese Rostro divino se concreta en la persona de Jesús de Nazaret, el LOGOS, a través del cual Dios nos habló de forma definitiva y directa transmitiendo el mensaje contenido en el Evangelio.

A partir de ahí, Dios se manifiesta a nivel personal cuando nuestra vida obedece a unos esquemas acordes con su voluntad y con sus caminos. ‘Mis pensamientos no son vuestros pensamientos y mis caminos no son los vuestros’ (Is, 55, 8-9). Es Él quien marca cómo debe ser nuestra trayectoria, dentro del respeto que tiene por nuestra libertad.

En la sociedad hedonista que estamos viviendo, presenciamos hasta la saciedad el hecho de que haya personas, mujeres especialmente, que presentan pancartas en las que se puede leer: ‘Nosotras parimos, nosotras decidimos’. Y esto es cierto siempre que se respete el derecho a la vida ajena (nuestros derechos y nuestra libertad acaban donde empiezan los derechos y la libertad de los demás, especialmente de aquellos a quienes no permiten nacer) y siempre que se tenga presente que tampoco podemos usar nuestro cuerpo para cualquier cosa.


San Pablo, en su primera carta a los Corintios, dice con meridiana claridad: ‘¿No sabéis que sois templos de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros? Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él, porque el templo de Dios es santo y ese templo sois vosotros.’ (I Cor, 3, 16-17).

De ahí que no debamos someterlo a actividades contrarias a los caminos y pensamientos de Dios con nosotros, en algunos casos dañando nuestro organismo y yendo contra la esencia misma del Quinto Mandamiento divino desde el momento que matamos algo de nuestro cuerpo. Antes de llevar a cabo alguna actividad sospechosa, pensemos si hacemos algo de lo que luego, cuando nos ponemos en oración ante Él, podemos encontrar que le hemos fallado. Y si así fuere, ya nos puso el Sacramento de la Reconciliación par volver a empezar de nuevo.

Pero hay otro punto. ¿Cómo puedo sentir la presencia de Dios en mi vida? Hay muchas veces que me encuentro vací@ y nos resulta complicado hablar con Él. Magdalena termina una de sus intervenciones con esta expresión: ‘en ocasiones el Padre quisiera hacernos entender su presencia cuando nos duele su ausencia.’ Sí. Acaso sea una manifestación de Dios que permita en algunos casos dejarse adivinar por quien lo busca sin saberlo, pensando que Él no está.
Hay un autor de hoy, Fr. Ignacio Larrañaga, que en un librito titulado ‘Himnos y oraciones’ nos propone la primera oración con este tema. ‘No estás. / No se ve tu Rostro / Estás. / Tus rayos se disparan en mil direcciones. / ERES LA PRESENCIA ESCONDIDA.’ En esa última expresión está la clave. Él es la Presencia Escondida. Hay que buscarlo en lo escondido. Está. Solamente hemos de descubrirlo y acercarnos a Él como el hijo pródigo (Lc.15 11-32) o como la cierva busca corrientes de agua [Sal. 42 (41)].
Personas que han vivido en pleno siglo XX han sido capaces de profundizar en su experiencia de Dios. Ahí tenemos a Charles de Foucauld, Magdalena Delbrêl o Etty Hillesum que llegaron a tener una experiencia interior tan fuerte que las proyectó al exterior, hacia los demás.

viernes, 13 de junio de 2008

La Semana Santa

Estimad@ Magdalena. Por su seudónimo supongo que es mujer y como a tal la trato. Si no es así, mis disculpas, pero en cualquier caso, bienvenida al blog.

Observo que no pierde el tiempo. En un corto espacio del mismo tiene varias intervenciones que no tienen desperdicio y voy a intentar referirme a ellas a modo de respuesta. Y lo voy a hacer como entrada por la extensión que puede tener.

Sí. Intuye muy bien el hecho de que la Semana Santa es algo más, bastante más que unas simples fotografías o videos. Eso es ocasional, accesorio, muy secundario. La raíz es y está en el Misterio de lo que hay implícito en la celebración de la Semana Santa.


Una procesión no se puede quedar simplemente en un ‘qué bonito ha sido’ o un ‘qué bien se ha hecho’. No. Es necesario transmitir el mensaje de Jesús a través de la Semana Santa y los primeros en ser conscientes de ello deben ser los mismos Hermanos Cofrades. Es cierto, como Vd. dice, que deben dejarse arrobar por el ritmo del tambor en cuanto al paso procesional, según se desprende del video, pero aún es más necesario, creo que imprescindible, dejarse arrobar por Cristo en la Cruz, por lo que supone en cada uno de nosotros su sacrificio. Por ver qué respuesta vamos a dar desde nosotros mismos a esa Sangre derramada.

La Semana Santa se debe vivir todo el año y éste debe ser una preparación, en cuanto a formación y vida, de la que se tendrá luego cuando llegue la celebración del Triduo Pascual


En cuanto a las Manolas, tengo la impresión de que acierta en lo que representan en una procesión. El mismo acompañamiento que dieron las Santas Mujeres acompañando a María, la Madre de Jesús, y a Él mismo en su vida pública, y que luego permanecieron fieles al pie de la Cruz, ahora lo siguen haciendo ellas. Pero continúo con lo mismo. No nos podemos quedar en la hermosura y elegancia de la figura de las Manolas, sino que ellas deben símbolo de lo que supone el acompañamiento a Cristo, en este Cristo del Siglo XXI que se está manifestando en la Historia de cada hombre y cada mujer de hoy.


Pero la culminación Semana Santa viene en la solemne Vigilia Pascual. Ahí celebramos el triunfo de Jesús sobre la muerte y sobre Satanás y su imperio de maldad. La liturgia de esa celebración supera todo lo que nos podamos imaginar por la riqueza y el significado profundo que encierra. Es totalmente incomprensible e injustificable la actitud de personas que se lamentan de que ‘la ceremonia es demasiado larga’. Es como escamotearle a Jesucristo un tiempo y un espacio de su gloriosa Resurrección. “¿No habéis podido estar en vela conmigo ni siquiera una hora?” (Mt. 26, 40b). Parece como si esta frase de reproche a Pedro y a los hijos del Zebedeo también se les pudiese aplicar a ellos. No escatimemos nada a Jesucristo. Pienso que no se lo merece.

miércoles, 11 de junio de 2008

Exultate Deo. Escarlatti

Semana Santa III

Semana Santa II

lunes, 9 de junio de 2008

Vals de las flores, de Tchaikovsky

Claro de luna, de Bethoven



Este tipo de música puede ayudar algo a profundizar en la Palabra cuado la meditamos. Es prefereible una música suave y con poco volumen.

sábado, 7 de junio de 2008

La Fe, fuerza de Dios en nosotros


Ignoro, Euterpe, de quien ha oído comentarios positivos sobre este blog. Es cierto que todos los días hay entradas en el mismo, lo cual evidencia el interés o la curiosidad que despierta el LOGOS, la Palabra, en las personas de hoy.


Directa o indirectamente, la fe de las personas está en constante búsqueda de este Ser, Padre nuestro, que a diario nos interpela y a quien añoramos en lo más profundo de nosotros mismos y que no se encuentra o no se acaba de encontrar del todo.


‘¿A dónde te escondiste, / Amado, y me dejaste con gemido? / Como el ciervo huiste / habiéndome herido; / salí tras ti clamando y eras ido.’ Me parece que San Juan de la Cruz, en su ‘Cántico Espiritual’, expresa muy acertadamente esa búsqueda continua.


La Fe. Es muy fácil decir que es la virtud teologal por la que creemos en Dios y en todo cuanto nos ha dicho y revelado, según el Catecismo. Pero un cristiano no puede contentarse con un mero conocimiento más o menos intelectual de Dios, según lo que digan los libros. Éstos pueden ayudar, pero es la respuesta personal que le demos lo que vale.


‘Señor, cuando yo miro mi ignorancia, / y que me llego a hablar con vuestra ciencia, / cuánto tiemblo de ver la diferencia, / acobarda mi lengua la distancia / ‘. El primer cuarteto del soneto ‘Del hablar con Dios’, de Lope de Vega acaso pueda ir un poco en este sentido.

La Fe es una constante en la predicación de Pablo de Tarso: ‘En el Evangelio se manifiesta la fuerza salvadora de Dios a través de una fe en continuo crecimiento’ (Rom. 1, 16-17). ‘La fuerza salvadora de Dios, por medio de la fe en Jesucristo, alcanzará a todos los que crean’. (Rom. 3, 21-23). Santiago pone la guinda en su carta y habla muy claro: ‘Como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta’. (St. 2, 26).


Esa es la clave. Dios nos ha adornado con unos dones, unos talentos, de los que nos pedirá los intereses, como muy bien expresó Calderón de la Barca en su auto sacramental ‘El gran teatro del mundo’. No podemos quedarnos quietos mientras otras personas nos necesitan. Cada uno debe conocer qué talentos le ha dado y ponerlos en funcionamiento. Lo que del LOGOS viene, a él volverá. De Él venimos nosotros y a Él volveremos con su ayuda y su misericordia.

Querer es poder

La sociedad está padeciendo diariamente hemorragias de escasez de tiempo que conducen a ir deprisa a todas partes. Todo lo queremos hacer con rapidez para sacar más tiempo del que disponemos. La vorágine del quehacer diario nos conduce a un estado de excitación, tensión y agotamiento que al finalizar el día, cuando nos retiramos a la paz de nuestros hogares nos sentimos agotados física y síquicamente y este estado no nos permite saborear esa paz y ese descanso que necesitamos.

La evasión la buscamos en la televisión o en cualquier otra actividad hogareña, que está muy bien, pero que es incompleta, porque nuestro YO interior no lo cultivamos ni tampoco nuestro descanso interior.

Perdemos de vista la trascendentalidad de nuestra persona y nos refugiamos en otras actividades, sociales, deportivas o del tipo que fueren que, si bien nos permiten un cambio de actividad, diferente a la rutina laboral diaria, poco contribuyen a nuestro descanso.

¿Qué tiempo dedicamos a cultivar nuestro interior? ¿Qué tiempo dedicamos a nuestra relación personal con el Absoluto? Somos capaces de encontrar un tiempo diario para el desayuno, la comida o la cena aunque sea de pie y con prisas, como sea, pero nos alimentamos. En cambio no sabemos encontrar espacio para tratar con Dios, alimento de nuestro espíritu, que nos aporta la paz (SU PAZ) y la serenidad que necesitamos.


En uno de mis desplazamientos con el metro me llamó la atención uno de los viajeros cercano a mí, con un rostro sereno que transmitía paz, vestido con sencillez, casi elegante, que llevaba un libro de tamaño octavo aproximadamente, no muy grueso, y lo leía con detenimiento. De vez en cuando lo cerraba con el dedo puesto en las páginas que le interesaban, entornaba los ojos unos momentos y así permanecía unos instantes. Luego volvía a su lectura pausada. No pasaba hojas. Permanecía en las mismas, repitiendo el mismo gesto con el libro y el dedo dentro como marcapáginas improvisado.

Me llamó poderosamente la atención y me movió la curiosidad de conocer la temática del libro. Su compañero de asiento se bajó en una parada y aproveché para sentarme a su lado. Inevitablemente mis ojos se dirigían al libro y una de las veces que lo abrió observé que las paginas estaban divididas en dos columnas y en la parte superior de las mismas vi escrito ‘Mt’ seguido de unas cifras. Estaba leyendo algún pasaje del Evangelio de Mateo. Entraba en contacto con el LOGOS, con la Palabra.

¿Estaría leyendo alguna frase o perícopa y meditándola? Entraba dentro de lo posible, pero eso me lleva a pensar que no es tan difícil encontrar, cuando uno se lo propone, el tiempo suficiente para tener un encuentro interior con Dios, a pesar de la algarabía que había dentro de aquel medio de transporte.

Ahí entramos en el campo de la oración. En ese espacio diario reservado a abrirnos a lo trascendente y dejarnos llenar por Él igual que buscamos el tiempo para alimentarnos físicamente. No es tan difícil. Sólo tenemos que perder esos prejuicios humanos que nos alejan de nuestra propia trascendencia y tener la personalidad suficiente para no dejarnos arrastrar por el ambiente que nos rodea. A fin de cuentas, y como dice el refrán, QUERER ES PODER.

viernes, 6 de junio de 2008

Jersús camina sobre las aguas

Hablar del LOGOS


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El LOGOS y nuestras dificultades

Estar en contacto con la Palabra, con el Logos, es siempre un desafío personal, porque nunca te deja indiferente. El Logos nos acompaña en las duras y en las maduras. Son muchas las veces que en los momentos crudos y difíciles de nuestra existencia hemos encontrado en Ella, en la Palabra, a través de la Biblia o de cualquier pensamiento leído u oído, el acompañamiento de un Dios cercano a nosotros, incluso dentro de nosotros. Y entonces surge el estímulo interior desde el que superamos la oscuridad que nos produce la dificultad de nuestro problema con la mirada puesta en Quien nos acompaña y que es capaz de darnos su Luz, su Fortaleza, su Vida.


Para Él no hay nada imposible y así se lo demostró al profeta Ezequiel en su visión en el valle lleno de huesos. (Ez. 37, 1-11)


Posteriormente surgirán otros momentos similares en los que apostaremos por la espera paciente y confiada sabiendo que el Logos, Jesús de Nazaret, siempre estará ayudándonos y estimulándonos en esa nueva situación.

miércoles, 4 de junio de 2008

Jueves Santo

Virgen de Guadalupe

Reflexiones de pintores clásicos

Fotografías religiosas

lunes, 2 de junio de 2008

TAIZÉ

Photobucket

domingo, 1 de junio de 2008

El desierto y el LOGOS


En uno de los ejercicios de clase, tuvimos que escribir sobre un tema y ponerlo en el blog. Elegí el desierto y al ver la foto que adjunté, recordé el tema que formaba parte de la participación de EUTERPE en el blog y que yo apenas esbocé en el escrito: el rol del desierto en la actuación de Dios a través de su Palabra. Pienso que merece algo más de atención.

Estoy totalmente de acuerdo con su apreciación, Euterpe, y caí en la cuenta que son muchas las veces que el desierto y las montañas son el escenario natural en el que Dios habla y se manifiesta a diversas personas: en el Sinaí (para otros el monte Horeb), habla a Moisés en la zarza ardiendo y también allí le da las tablas de la Ley; el profeta Elías es llamado al monte para ver la Gloria de Dios, la cual no estaba en el huracán, en el terremoto ni en el fuego, sino en un ligero susurro; cuarenta años llevó Dios a su pueblo al desierto para su purificación antes de entrar en la tierra prometida,…

El mismo Jesucristo fue llevado al desierto cuarenta días antes de comenzar su predicación, ayunando todo ese tiempo. Se transfiguró en el monte Tabor. Su programa de vida, las Bienaventuranzas, fue en un monte. Su crucifixión, en el monte Calvario. A sus discípulos los citó en un monte para, delante de ellos, ascender a su Reino.

Para nosotros, el desierto es todo un símbolo en nuestro peregrinar, como los israelitas al salir de Egipto. ¿Cuántas veces estamos atravesando situaciones y problemas que no entendemos que nos puedan ocurrir a nosotros, pero que están ahí, presentes en nuestra vida? Es la travesía de nuestro desierto particular e íntimo.

La misma aridez del desierto la encontramos en nosotros en ocasiones, pero acaso eso nos permita descubrir que existe una voz más honda y profunda que nos interpela: es el LOGOS que nos susurra en nuestro interior y nos permite oírle mejor.

Ahí nos conduce Dios para interpelarnos y acrisolar nuestro propio YO, nuestro SER absoluto como cristianos. En este desierto es posible que se sienta (realmente se siente), la profundidad del desánimo, el vacío interior, la desesperanza, … Pero Dios no nos pierde de vista. La perseverancia y la FE en Él provocan en nosotros una respuesta personal en la batalla diaria y nos lanza a retomar nuestros deberes con nuevos bríos más allá de los problemas que provoca el desierto en nuestra vida.