martes, 30 de diciembre de 2008

La Sagrada Familia desde el arte

No sé, pero ha sido como una inspiración. ¿Por qué no puede intervenir el Arte (así, con mayúsculas, en un blog religioso católico?
Algo tendrá que ver cuando desde siglos atrás, desde el Románico o incluso antes (el Arte Bizantino), pasando por el Gótico, Renacimiento o Barroco, llegando a nuestros días, pintores de todo el mundo han plasmado en sus lienzos escenas de la vida del LOGOS en diversos momentos de su estancia en la tierra. Jesucristo y su familia se han hecho presentes a través de la paleta de los artistas y de sus diversas formas de concebir momentos puntuales de la vida de Jesús o de la Virgen.
Incluso hay quien ha sentido la necesidad de orar a través de la contemplación de una de esas pinturas de matiz cristiano.
Personalmente deseo hacer mi modesta aportación y sencillo homenaje a esos genios del Arte Universal que, de una u otra manera, hicieron presente una catequesis y enseñanza particular de la religiosidad sin pretenderlo. Pero ahí quedan sus huellas.
Les deseo mucha felicidad y prosperidad para el 2009 desde el prisma de la Sagrada Familia. Que ellos les bendigan.

martes, 23 de diciembre de 2008

Ya nos llegó la Navidad

Y por fin llegó. Es el Gran Día. El Esperado por las naciones, por toda la Humanidad, ya está aquí entre nosotros.

Por donde quiera que vayamos encontramos calles engalanadas con luces, comercios adornados, hogares luciendo adornos navideños y con el belén puesto,…pero todo esto no tiene sentido si no va acompañado de unas raíces cristianas que hagan salir a flote el auténtico sentido de la Navidad cristiana.

Parece que se habla mucho de la Navidad pero el nombre de Jesús o el de la Virgen apenas se oyen. Se ha pasado del deseo de desear a nuestros amigos o conocidos ‘una Feliz Navidad’, a desear ‘unas felices Fiestas’. Pero fiestas ¿de qué o de quién?

Demos al César lo que es del César y a Dios lo que es suyo, y busquemos el auténtico sentido de esta Festividad. El protagonista real es Dios que toma forma humana y nace como cualquiera de nosotros lo ha hecho y tiene una madre que lo ha parido como también cada uno de nosotros.

Y busquemos y proclamemos con nuestras vidas los valores humanos y cristianos que hoy aparecen como desfasados y caducos: honradez, justicia, honestidad, respeto a los demás,… Desterremos de nosotros odios y violencias y busquemos nuestra propia transformación interior y la del mundo que nos rodea a través de nuestro propio ejemplo.

La Navidad conlleva una escuela de Amor, entrega y sacrificio. Es un día para alabar y glorificar a Dios por ese DETALLE de entregarse en su totalidad infinita a toda la Humanidad para que ‘todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna’. (Jn.3, 16).

Y me he tomado la libertad de insertar un Power Point cuyo tema central es la Navidad. Acaso lo conozcan, pero me ha gustado y pienso que a los que no lo conozcan de ustedes les puede gustar. Incluso puede hacerles pensar su contenido.

Nuevamente les deseo una FELIZ Y CRISTIANA NAVIDAD.

Verdadera Navidad Med

domingo, 21 de diciembre de 2008

Cuarto Domingo de Adviento

La Virgen sueña caminos
está a la espera;
La Virgen sabe que el Niño está muy cerca,
De Nazaret a Belén hay una senda;
por ella van los que creen en las promesas.

Los que soñáis y esperáis la buena nueva,
Abrid las puertas al Niño que está muy cerca.
EL SEÑOR CERCA ESTA-, EL VIENE CON LA PAZ.
EL SEÑOR CERCA ESTA EL TRAE LA VERDAD.


Para mí, que esta cuarta semana del Adviento también nos trae un personaje excepcional. Por mucho que lo estudiemos nunca podremos llegar a toda su profundidad como persona, a entender del todo su personalidad, a profundizar suficientemente en su humildad (tantas veces exaltada, tantas veces puesta como ejemplo, pero que jamás llegaremos a comprender la auténtica hondura que tiene), al valor real de su silencio,… Me imagino que habrán adivinado quién es. Estoy hablando de María, la Madre de ese Jesús que estamos en víspera de celebrar el Memorial de su Nacimiento.

He querido poner en el encabezamiento de este escrito estas estrofas de un canto dedicado a Ella, que manifiesta perfectamente el momento que estamos viviendo. Ella estaría recorriendo, cuatro días antes de nacer el Niño, el camino hacia el lugar donde tenían que empadronarse. Había que hacerlo porque el César así lo había dispuesto.

Pero más allá de esa obediencia ciudadana, está la obediencia y acatamiento de la voluntad de Dios, que Ella conocía y que, en silencio, guardaba en su corazón. Y no sería un camino fácil en su estado de gravidez. Pero lo recorrió con el apoyo y el ánimo de su esposo José. Podemos imaginarnos los diálogos que sostendrían como matrimonio, porque aunque María nos da lecciones magistrales de silencio no significa que no hablara con su esposo, posiblemente y entre otras cosas, de los planes de futuro con el próximo componente de su familia, desde su ilusión como futura Madre.

De ese nuevo miembro del bloque familiar, dice Dios en el segundo libro de Samuel, dirigiéndose al rey David a través del profeta Natán: ‘Suscitaré a tu linaje el que saldrá de tus entrañas, y afirmaré su reino. Él edificará casa a mi nombre y estableceré su trono para siempre. Yo le seré a él padre, y él me será a mí hijo.’ (2Sam. 7, 13-14).

Y, por favor. Que nadie piense que la humildad, el servicio a Dios, es patrimonio exclusivo de las mujeres. A los hombres también nos toca mirarnos en el espejo de María y aprender de Ella. Incluso de José, que aceptó su papel sin entender absolutamente nada, porque a nivel humano, nada se podía entender. Y los dos aguantaron el tirón.

Es todo un ejemplo para los matrimonios de hoy, que apenas vienen las primeras dificultades ya piensan en la separación o el divorcio. Y los planes de Dios, respecto al matrimonio no van por ese camino. De esa Sagrada familia debemos aprender a valorar la unidad y la indisolubilidad del matrimonio. Y también nosotros aguantar el tirón, como hicieron ellos.

Yo he pensado en poner para cerrar este escrito, una imagen de la Virgen de Guadalupe, aparecida a San Juan Diego, precisamente porque tiene una cinta de color morado oscuro amarrada al vientre, como símbolo de embarazo, según he leído en un artículo que explica toda la historia de esa Advocación de la Virgen. Todo un símbolo del Tiempo que estamos celebrando.

Que Ella nos ilumine para seguir viviendo este Nacimiento, ahora y el resto del año, según la voluntad de Dios que tanto nos ama hasta el extremo de venir a vivir junto a nosotros para explicarnos Quién es y cómo es, el Dios que nos ha llamado a la vida.

Benditos sean Dios y su Madre. Y benditos sean también cuantos creen en Ellos y viven como Ellos quieren.

jueves, 18 de diciembre de 2008

Felicitación navideña

Ignoro las costumbres de otros países, pero en España tenemos la costumbre de felicitar la familia y a los amigos con motivo del nacimiento del Niño Dios. Personalmente pienso que Él merece esto y más, porque es una forma diferente de acercarnos a Él, especialmente en el Memorial de su venida al mundo en carne mortal. Y eso es muy grande. Todo un Dios se hace como nosotros. Y eso merece que nos felicitemos porque la Humanidad ha alcanzado la bendición de Dios.

No lo defraudemos nosotros y vivamos según su esperanza hacia nosotros, según su Mensaje evangélico, según su amor,…

Muchas felicidades a todos. No importa el país. Estén donde estén me siento unido a todos a través del LOGOS que nos va a nacer. Vivamos con alegría la Navidad y que el Año Nuevo sea para nosotros de prosperidad, sí, pero también de plenitud cristiana. Con todo mi afecto a todos cuantos han entrado en estas páginas, estén leyendo mi mensaje de paz y amistad y puedan leerlo en el futuro.

lunes, 15 de diciembre de 2008

Ya vamos por la tercera semana de Adviento

¡Caramba con el personaje! Ya sé que como todos los años celebramos el Adviento en la Liturgia de la Iglesia, Juan Bautista siempre anda por en medio, pero eso no supone que cada año no descubramos facetas nuevas en él.

Este año ha sido su humildad lo que me ha llamado la atención. Tantos años leyendo y meditando con la Biblia y no me había dado cuenta de este detalle de San Juan Bautista. ¿Qué por qué digo lo de humilde? Analícenlo conmigo.

Va vestido con una piel de camello y un cíngulo. Eso en aquel tiempo no era signo de riqueza sino de lo contrario: de pobreza. Era como decir que no tenía nada más que ponerse. Su comida, saltamontes y miel silvestre (Mt. 3, 4). Y lo que me ha llamado la atención este año: ¿Alguien puede decir que haya leído en alguna parte que hiciera alarde de ser primo del Salvador? ¿Ha hecho gala en alguna ocasión de ser pariente próximo del LOGOS, de la Palabra de Dios hecha Hombre?

Al contrario. Lo que dice es que ‘el que viene detrás de mi es más fuerte que yo y no soy digno de atarle las sandalias’ (Mt. 3, 11). Y su palabra y sus bautizos llegaron a oídos de los sacerdotes y levitas que necesariamente le tenían que preguntar quién era él. Y a varias preguntas hubo varias respuestas. Al final tuvo que llegar la definitiva: ‘Pues ¿quién eres? ¿Qué dices de ti mismo?’(Jn. 1,22)

‘Entonces él, aplicando las palabras del profeta Isaías, se presentó así: Yo soy la voz del que clama en el desierto: allanad el camino del Señor’. Señores. Es una respuesta magnífica. Conocía las Escrituras y sabía a quién se las aplicaba. (Jn. 1, 19-27)

Pero hay más. Ni yo ni nadie puede ni debe quedarse ahí porque la Palabra es dinámica y nos interpela continuamente: ¿Somos conscientes que nosotros, cada uno de nosotros, somos Juan el Bautista en el siglo XXI? ¿Somos conscientes que tenemos el deber de ser la voz del que clama en el desierto y que seguimos siendo indignos de atarle las sandalias? ¿Nos damos cuenta que debemos estar allanando el camino de ese Niño que nos nacerá y que luego crecerá para morir en la Cruz?

Los cristianos no podemos estar escondidos como si no tuviésemos nada que decir o nada que hacer. La mies sigue siendo mucha y hacen falta muchos obreros, tanto sacerdotes como laicos. ¿Qué podemos hacer? Pues cada uno sabrá lo que puede hacer según los talentos que Dios le haya dado. Tiene que ponerlos en funcionamiento, no enterrarlos, para que cuando venga el Señor pueda presentarle los intereses en obras, amor, actos caritativos, oraciones o las cosas que cada uno se puede reconocer en sí mismo.

Está claro que nosotros solos no podemos hacer nada sin El Maestro, pero las cosas por difíciles que nos parezcan podemos tener la seguridad de que saldrán con su ayuda. Pero hemos de poner nuestra esperanza en ese Jesús que nos va a nacer dentro de poco. Él siempre nos acompaña. En el dolor o en la alegría. En la enfermedad o en la salud. En los callejones aparentemente sin salida que nos plantean nuestros problemas o en el gozo de una vida plena fundamentada en Dios, porque para Él NO HAY NADA IMPOSIBLE. (Lc. 1, 37)

Juan el Bautista respondió a sacerdotes y levitas con unas palabras del profeta Isaías. Permítanme que también termine con otras palabras de mi amigo el profeta Isaías: ‘El Espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ha ungido. Me ha enviado para dar la buena nueva a los pobres’ (Is. 61, 1). El mismo Jesús las tomó como suyas en la sinagoga de Nazaret. (Lc. 4, 16-22)

Y nosotros también tenemos el Espíritu del Señor sobre nosotros y sobre la Iglesia como lo estuvo con el Precursor del Mesías. El mismo Espíritu que resucitó a Cristo es el Motor de todo y de todos. Y está dispuesto a asistirnos, a ayudarnos siempre que lo llamemos con una fe inquebrantable. Es nuestro desafío, nuestro reto a nosotros mismos.

domingo, 14 de diciembre de 2008

Reflexionemos juntos el Adviento

Este tiempo de Adviento merece una nueva atención. Este Power Point me lo enviaron hace algún tiempo y lo guardé porque me pareció bueno y porque me sirvió para reflexionar un poco sobre lo que significa el tiempo litúrgico que estamos viviendo. Hoy lo quiero compartir con todos ustedes. Será como si fuese yo en persona a visitarles y a vivir un poco este momento que nos plantea el tema, sin importar la lejanía en el espacio que podamos tener ustedes y yo. El Niño que esperamos y su Madre, nos unen.

Adviento

lunes, 8 de diciembre de 2008

LA INMACULADA CONCEPCIÓN

Hoy es un día Mariano. Celebramos la advocación de la Madre de Dios como Inmaculada desde su Concepción. Sin mancha ni pecado. ¿Por qué lo hacemos? Es de estricta justicia por ese SI que pronunció en un momento concreto que cambió radicalmente el sentido de la Historia y de la Humanidad. Hagamos un breve repaso a los hechos.

El proyecto de Dios se destrozó. Sus paseos por el Edén junto con la Humanidad naciente representada por Adán y Eva finalizaron por obra y gracia del espíritu del mal, simbolizado por la serpiente. El resultado, la desobediencia a Dios. La consecuencia, el castigo y el pecado.

Sin embargo Dios no renuncia a dejar en el vacío la obra mimada de la Creación. Tantos siglos para formar el universo, y en él, la tierra con todo lo que había ido creando paulatinamente: seres inanimados y luego la vida manifestada en las plantas y los animales, todo para preparar la morada del destinatario final de Su Obra: Nosotros.

No. No puede permitir que se pierda. No quiere renunciar a continuar paseando con la Humanidad, con las personas, en los edenes futuros.

En la primera pareja oímos sus excusas a pesar de saberse transgresores del mandato de su Creador. Las mismas, con diferentes palabras y conceptos son las que empleamos hoy cuando prescindimos de Dios para irnos a satisfacer nuestros caprichos al margen de nuestro Creador, que también continúa preguntándonos dónde estamos porque no nos ve. No reconoce en nosotros su obra por nuestro alejamiento de Dios.

En aquel momento del Edén Dios pone de manifiesto su rapidez de reflejos y ante esa caída lanza su brazo fuerte para recoger nuevamente la Humanidad del suelo y levantarla al lugar que le corresponde.

“Enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu linaje y su linaje: él te pisará la cabeza mientras acechas tú su calcañar.» (Gen.3, 15)

Desde ese mismo momento comienza la lucha entre el bien y el mal, pero se levanta la voz de la esperanza: el linaje de la mujer pisará la cabeza del mal.

Después pasarían los siglos. Y un día cualquiera, de un mes y año concreto, nace en Israel una Niña, cuyos padres, Joaquín y Ana, no podían imaginar el destino que tendría como depositaria de las promesas de Dios en el Paraíso.

Ni podían pensar que los ojos de Dios, al depositarse en ella llamándola a la vida, la había preservado de toda sombra de culpa o de pecado. Era la Llena de Gracia. Era la futura Madre del Salvador.

Desde toda la eternidad había sido elegida María para acoger dentro de sí toda la autocomunicación con el Espíritu Santo y por haber venido sobre ella el Espíritu de Dios es Llena de Gracia. Por cuando decimos “LLENA ERES DE GRACIA” al rezar el Ave María, es lo mismo que decirle “LLENA ERES DEL ESPÍRITU SANTO”.


El Espíritu habita en ella como en su templo. Ella es templo de Dios como nosotros también lo somos por la Gracia, como nos dice San Pablo : “¿ES QUE NO SABÉIS QUE SOIS TEMPLOS DE DIOS?”(I Cor. 3, 16).

Pero volviendo a María. ¿De qué le sirve al Espíritu Santo haber venido sobre ella y haberla fecundado, si no dejamos que venga sobre cada uno de nosotros para que engendremos en nuestro interior a Jesucristo?

El Espíritu densificó primero su acción en un ser concreto e histórico , María , para después , y desde ahí , difundirlo a todas las personas dispuestas a darle también el “SI” , como María .

Pero para eso hace falta nuestra disponibilidad total y sin condiciones, como la Virgen, y estar abiertos a los planes de Dios hacia nosotros,PORQUE SOMOS OBRA DE DIOS.

ES PONER NUESTRA LIBERTAD , NUESTRO SER TOTAL , AL SERVICIO DE DIOS .

Y una vez que se ha iniciado en María, el proceso continúa y continuará a lo largo de la Historia a través de nosotros y así nos convertimos en PEDAZOS DE LA HISTORIA DE DIOS en la Humanidad desde nuestra pequeñez y nuestra nada.

Hoy veneramos a la Madre de Dios, también nuestra Madre por expreso deseo de Jesucristo en la Cruz, en esta advocación tan querida por todos los españoles: La Inmaculada Concepción.


Cerremos brevemente los ojos del cuerpo y abramos los de la imaginación y la fe. Vamos a contemplar, a meternos en esta escena de la Virgen al pié de la Cruz acogiéndonos a todos nosotros. Veámonos allí, al pie de la Cruz, nosotros también, recibiendo a María como Madre.

Vamos a ser el San Juan del siglo XXI cada uno de nosotros. En un momento de silencio, vamos a adentrarnos en su Maternidad y en la relación que tenemos con Ella. Y oigamos la voz del mismo Cristo que nos dice a cada uno: ‘AHÍ TIENES A TU MADRE’.

ADVIENTO II

Para mí fue una sorpresa. La dejé pasar porque no le di la importancia que tiene, pero le iba dando vueltas y al cabo de una semana me di cuenta: En la lectura de Isaías, capítulo 63, versículo 16, el Profeta debía estar desesperado, angustiado o algún estado de ánimo parecido, pero POR DOS VECES LLAMA A DIOS, PADRE.

Veamos lo que dice: “Pero Tú eres nuestro Padre. Tú, Señor, eres nuestro Padre, desde siempre te invocamos como nuestro libertador”. ¿Y dónde está la novedad? Para ustedes, no lo sé, pero para mí es la primera vez en mi vida que leo que alguien del Antiguo Testamento llama a Dios ‘Padre’.

Permítanme esta pequeña confidencia, comunicación o como lo quieran llamar, pero necesito compartirlo con ustedes. Pensaba que Jesucristo era el único que había empezado a llamar Padre a Dios, porque realmente lo es, y miren por dónde aparece Isaías y nos pone ante nosotros este hecho.

Y a mí me hace pensar que el sentido del Adviento está también en que la Paternidad de Dios hacia todos nosotros ha estado en Su pensamiento siempre. Y acaso permitió a este profeta que lo descubriera. En su clamor sigue diciendo: ‘¡Ojalá rasgases el cielo y bajases. Los montes se derretirían ante ti’.

En cambio el segundo domingo plantea una situación diferente: ‘Consolad, consolad a mi pueblo, dice vuestro Dios’. (Is. 40, 1). ‘Una voz grita: Preparad un camino al Señor, allanad en la estepa una calzada para nuestro Dios’. La situación es distinta.

¿Se dan cuenta? Es la riqueza de la Palabra de Dios, del LOGOS, que es el Centro de la Iglesia, como dice el Concilio Vaticano II en la Constitución ‘Dei Verbum’. Palabra que debemos escuchar y asimilar, hacer nuestra y que luego debemos proclamar.

Sí, amigos. La Biblia no debe ser extraña a nosotros. Es…como si tuviéramos una cita con el mismísimo Niño que estamos esperando en el Adviento y nos encontráramos con Él en ese lugar: la Biblia. Porque paulatinamente,en los domingos siguientes del Adviento, iremos llegando a la contemplación del Misterio de su Nacimiento en Belén.

Pero mientras llega este momento vayamos allanándole el camino en nuestro interior. Analicemos qué debemos mejorar para prepararle un lugar en nuestro interior, como si fuese una cuna. Poco a poco, con voluntad, tesón y la ayuda de nuestro Dios para quien no hay nada imposible, iremos construyendo sus caminos según el pensamiento y los planes divinos para cada uno de nosotros.

No cuesta nada dar una sonrisa a nuestro prójimo. Un saludo amable. Acaso con una cosa tan simple podamos ser para la otra persona el Juan Bautista del siglo XXI que con estas actitudes estemos anunciando la proximidad del Salvador.

Pongamos nuestra voluntad desde nuestra libertad. Dios no tiene prisa y sabe esperar. Seamos cristianos de Esperanza, cristianos de Adviento. Precisamente la Paciencia podríamos decir que es la gran virtud del Adviento. Colaboremos con Jesús que desea celebrar con cada uno de nosotros el Memorial de su venida en carne mortal a nuestro mundo, para participar en todo de nuestra vida, excepto en el pecado.

Y borremos de nuestro interior cualquier sombra de pecado. Jesús no tenía. Imitémoslo. El Sacramento de la Reconciliación está a nuestra disposición. ¿Qué esperamos?

lunes, 1 de diciembre de 2008

TIEMPO DE ADVIENTO

El Adviento vuelve a nosotros. Hoy lo hemos celebrado en nuestra comunidad con una Exposición del Santísimo y rezo comunitario de Vísperas. Al finalizar, la Eucaristía, en la que la corona del Adviento ha estado presente y se ha encendido la primera vela, ha sido el colofón de todos estos actos con los que le hemos dado la bienvenida a este período de tiempo en que nos preparamos para recibir el nacimiento de Jesús, el Memorial de la venida de Dios en carne mortal a nuestro mundo.
Y esto nos debe conducir a una reflexión seria y madura. Esperamos que Jesús vuelva al mundo a través de nosotros. Y también a esta sociedad nuestra carente de valores humanos y cristianos. Ahí nos debemos encontrar con Jesús y hacerlo presente en nuestro entorno.
Pensemos. Él murió por todos. ¿Se dan hoy los mismos condicionantes que en los tiempos de Jesús? ¿Tiene que morir nuevamente Jesús y continuar redimiendo el mundo a través de nuestros sufrimientos y problemas? Necesitamos sentirnos libres del pecado, tanto como el gaucho siente la libertad galopando por la Pampa inmensa. O todavía más aún. Es necesario hacerlo venir en nuestra vida a través de los Sacramentos, especialmente en la Reconciliación y la Eucaristía.
¡Maranatha! ¡Ven Señor! Es el grito, casi angustioso, del hombre actual. Vuelve a nosotros, Señor, a nuestra sociedad y lucha con nosotros para derrotar el pecado. Y nosotros permanezcamos preparados en nuestra espera con nuestra lámpara llena del aceite de Dios. Seamos personas de esperanza. Sepamos ver los signos de los tiempos que Dios pone en nuestra presencia y démosle una respuesta. Nuestra respuesta sincera y comprometida. Sin miedos ni temores. 'El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El señor es mi fortaleza, ¿quién me hará temblar? [Salmo 27 (26)]
Hace bastantes años oí una canción. Les dejo con parte de su letra para que ustedes y yo, vayamos meditando en su significado:

La marcha es dura, recio el sol,
Lento el caminar.
Pero un caudillo al frente va
Dando aliento y paz.
Oye, Padre, el grito de tu pueblo.
Oye, Padre, manda al Salvador.