jueves, 30 de octubre de 2014

Santo Lugar de Espera (y III)

LA VIRGEN MARÍA INTERCEDIENDO POR LAS ALMAS DEL PURGATORIO.-
CRISTÓBAL DE VILLALPANDO.-BARROCO NOVOHISPANO
      Estamos a punto de celebrar la festividad de Todos los Santos y al día siguiente la conmemoración de los Fieles Difuntos. Ellos son los protagonistas de esta entrada: los que todavía puedan estar en el Purgatorio necesitan de nuestro recuerdo en forma de oraciones, sacrificios y, sobre todo, Misas. La Eucaristía es el mayor y el mejor de nuestro recuerdo para que pronto dejen ese estado para gozar de la eterna bienaventuranza de vivir y adorar a Dios en plenitud, pata toda una eternidad. 
      Dentro de esta perspectiva no podemos olvidar que nuestra Madre la Virgen tiene mucho que decir en este tema como poderosísima Intercesora de todos y cada uno de nosotros. Bajo la advocación de Virgen del Carmen (o del Carmelo) se apareció a San Simón Stock, Superior General de los Carmelitas entre 1245 y 1265, prometiéndole liberar a las almas del Purgatorio que hayan vestido su escapulario durante su vida. Es bastante frecuente encontrar cuadros, estampas o dibujos viendo cómo da la mano a algún alma del Purgatorio para sacarla de ese estado y llevarla al Reino del Padre.
      Existe una palabra cuyo significado abarca todo cuanto se hace a favor de quienes permanecen en el Purgatorio. Me refiero a la palabra 'sufragio'. No todos la conocen ni saben a qué se refiere desde el punto de vista religioso. Copiando la definición del diccionario podemos entender a qué se aplica: 'Sufragio: Oración o acto religioso que se hace por las almas de los difuntos'. Entonces ese ofrecimiento de sufragios que puedan ofrecerse a Dios por estas almas, supone una intercesión por ellos agradable al Todopoderoso que contribuye a que se acorte su permanencia en ese estado purgante. Y las mismas almas beneficiadas son las primeras que agradecen nuestra solidaridad con ellas.
TRIUNFO DE JUDAS MACABEO.-PEDRO PABLO RUBENS.-BARROCO
      ¿Nos dicen algo las Sagradas Escrituras del Purgatorio? Directamente, no, pero sí que existen pasajes en los que se pide por los muertos. Uno de los más conocidos se encuentra en el segundo Libro de los Macabeos. Después de una batalla fueron a recoger sus muertos y se encontraron que bajo la túnica de muchos de ellos había objetos consagrados a los ídolos de Yamnia, prohibidos por la Ley judía. Judas Macabeo tuvo un pensamiento. 
      'Efectuó entre sus soldados una colecta y envió entonces hasta dos mil monedas de plata a Jerusalén a fin de que ahí se ofreciera un sacrificio por el pecado. Todo esto lo hicieron muy bien inspirados por la creencia de la resurrección, pues si no hubieran creído que los compañeros caídos iban a resucitar, habría sido cosa inútil y estúpida orar por ellos. Pero creían firmemente en una valiosa recompensa para los que mueren como creyentes; de ahí que su inquietud era santa y de acuerdo con la fe. Esta es la razón por la cual Judas ofreció este sacrificio por los muertos, para que fueran perdonados por su pecado'. (2Mac. 12, 41-46). Ya vemos que la oración por los difuntos tenía gran valor para ellos.
     
Ya no son tan conocidos otros fragmentos del Antiguo Testamento. Fijémonos en éste: 'Haz gracia a todo viviente, y al muerto no le niegues tu benevolencia'. Pertenece al libro del Eclesiástico, versículo 33 del capítulo 7
PURGATORIO.- LES TRÈS RICHES HEURES DU DUC DE BERRY.-HERMANOS LINDBOURG.-GÓTICO.
 Isaías también hace su aportación: 'Serán agrupados y, hechos prisioneros, quedarán encerrados en la mazmorra: pasados muchos días, serán juzgados'. (Is. 24, 22). ¿Cómo no iban a estar presentes los Salmos en este tema? 'Saca mi alma de la cárcel para que pueda alabar tu nombre. Me rodearán los justos en corona cuando te hayas mostrado propicio hacia mí'. Esta cita pertenece al Salmo 142.
      En el Nuevo Testamento también podemos ver citas que pueden hacer referencia a la purificación para vivir con Dios: 'Dichosos los que tienen un corazón limpio porque ellos verán a Dios'. (Mt. 5, 8). El pasaje de San Pablo en el que hace mención a la diversidad de miembros pero formando parte de un solo cuerpo, podemos ver cómo somos necesarios todos para todos. Dice: 'Dios mismo distribuyó el cuerpo dando mayor honor a lo que era menos noble, para que no haya divisiones en el cuerpo, sino que todos los miembros se preocupen los unos de los otros. ¿Que un miembros sufre? Todos los miembros sufren con él. ¿Que un miembro es agasajado? Todos los miembros comparten su alegría'. (I Cor. 12, 24-26). La cita completa sería del versículo 12 al 31.
     
Tal vez alguien podría argüir que eso hace referencia a la Iglesia militante, o sea, a los vivos, pero ¿no somos todos Iglesia? ¿Y esa Iglesia no sabemos que tiene tres estados: Militante, Purgante y Triunfante? ¿Qué inconveniente puede haber en que si sabemos que esos hermanos nuestros están sufriendo les ayudemos con nuestra oración, nuestros Rosarios, nuestras Coronillas a la Divina Misericordia por la almas del Purgatorio y, sobre todo, por nuestras Eucaristías? La Iglesia, Madre y Maestra, ¿no ha dedicado un día en el Calendario Litúrgico, concretamente el 2 de noviembre, por las benditas almas del Purgatorio, como indicaba al inicio de esta entrada?           También es el Apóstol de los Gentiles quien comenta hablando de la actuación personal de cada uno: 'Su obra quedará de manifiesto, pues en su día el fuego lo revelará y probará cuál fue la obra de cada uno. Aquel cuya obra subsista recibirá el premio, y aquel cuya obra sea consumida sufrirá el daño; él, sin embargo, se salvará, pero como quien pasa por el fuego'. (ICor. 3, 13-15).
      Si Jesucristo dijo que no había venido a ser servido, sino a servir, no estará de más que sirvamos a las almas del Purgatorio con aquello que podamos ofrecer en su beneficio. 
VIRGEN DEL CARMELO.-TIÉPOLO.-ROCOCÓ
'Pensemos en procurarles algún alivio del modo que podamos. ¿Cómo? Haciendo oración por ellos y pidiendo a otros que también oren. Porque no sin razón fueron establecidas por los apóstoles mismos estas leyes; digo el que en medio de los venerados misterios se haga memoria de los que murieron. Bien sabían ellos que de esto sacan los difuntos gran provecho y utilidad'. (SAN JUAN CRISÓSTOMO. Homilía sobre la Epístola a los Filipenses). Los Padres de la Iglesia son de la misma opinión.
       Dejando momentáneamente los apoyos de las Escrituras, de los Padres de la Iglesia y de lo que enseña la misma Iglesia, voy a referirme a la experiencia de algunos Santos, pero antes debo dejar claro unos puntos: Lo que ellos cuentan o han vivido, visto o experimentado, no son, obviamente, dogmas ni doctrina eclesial. Son solamente una vivencias que las han expuesto por escrito para que sepamos lo que puede haber en el Purgatorio o en el lugar que por expreso deseo y Gracia de Dios, les ha permitido conocer. Solamente voy a escribir el relato tal como lo pusieron. Luego, cada uno que saque sus propias conclusiones.
       
Visión del Purgatorio de Santa Faustina Kowalska.- 'Mientras estaba en Skolimow, casi al final de su Postulantado, Santa Faustina le preguntó al Señor por quién más debía orar y la noche siguiente tuvo esta visión: "Esta noche vi a mi Ángel de la Guarda, quien me pidió que lo siguiera. En un momento me vi en un lugar lleno de fuego y de almas sufrientes. Estaban orando fervientemente por sí mismas pero no era válido, solamente nosotras podemos ayudarlas. Las llamas que las quemaban no podían tocarme. Mi Ángel de la Guarda no me dejó sola ni un momento. Yo pregunté a las almas qué es lo que más las hacía sufrir. Ellas me contestaron que era el sentirse abandonadas por Dios... Vi a Nuestra Señora visitando a las almas del Purgatorio, la llamaban Estrella del Mar. Luego mi Ángel Guardián me pidió que regresáramos. Al salir de esta prisión de sufrimiento, escuché la voz interior del Señor que decía: -Mi Misericordia no quiere esto, pero lo pide mi Justicia'.
      Santa Magdalena de Pazzi.-  Fue una monja del Carmelo que vivió en los siglos XVI y XVII.  Con frecuencia caía en éxtasis y en uno de ellos visitó el Purgatorio por deseo de Dios. Vio los lugares donde la Justicia y la Misericordia divinas había enviado las almas. Se dio cuenta de por qué Dios le había permitido conocer cuanto se sufre en el Purgatorio. Lo relató de esta manera.
      Consintió así a llevar a cabo el penoso viaje. A partir de entonces caminó durante dos horas alrededor del jardín, que era muy grande, parando de tiempo en tiempo. Cada vez que interrumpía su caminata, contemplaba atentamente los sufrimientos que le mostraban. Las religiosas vieron entonces que, compadecida, retorcía sus manos, su rostro se volvió pálido y su cuerpo se arqueó bajo el peso del sufrimiento, en presencia del terrible espectáculo al que se hallaba confrontada. 
     
Entonces comenzó a lamentarse en voz alta: -¡Misericordia, Dios mío, misericordia! Desciende, oh Preciosa Sangre y libera a estas almas de su prisión. ¡Pobres almas! Sufren tan cruelmente y aun así están contentas y alegres. Los calabozos de los mártires en comparación con esto eran jardines de delicias. Aunque aún hay en mayores profundidades. Cuán feliz debo estimarme al no estar obligada a bajar hasta allí.    Sin embargo descendió después porque se vio forzada a continuar su camino. Cuando hubo dado algunos pasos, paró aterrorizada y, suspirando profundamente, exclamó: -¡Qué! ¡Religiosos también en esta horrenda morada! ¡Buen Dios! ¡Cómo son atormentados! ¡Oh, Señor!'.                                                                               San Pío de Pietrelcina tuvo varios casos de encontrarse en el convento con personas que le dijeron que estaban en el Purgatorio, pero sería muy largo de contar. Quien sienta curiosidad puede buscar en internet 'El Padre Pío y el Purgatorio' y se enterará de cosas.  Muy interesante también es lo ocurrido a un fraile del mismo convento del Padre Pío, Fray Daniele, que murió y estuvo en el Purgatorio.  Dios le permitió volver a la vida.

     He dejado para el final una cita de Santa Teresa y otra de Tomás de Kempis porque tienen mucho que ver, aunque haya alguien que no comparta esta opinión por la circunstancia que sea, para este turbulento siglo XXI.  'Esforcémonos en hacer penitencia en esta vida. ¡Qué dulce será la muerte de quien de todos sus pecados la tiene hecha, y no ha de ir al Purgatorio!' (SANTA TERESA DE JESÚS.Camino de perfección).
MUERTE DE SANTA TERESA EN BRAZOS DE LA BEATA ANA DE SAN BARTOLOMÉ.-CUADRO DE SOR ISABEL GUERRA, CISTERCIENSE.-S. XX - XXI
      Y esta otra: 'Mejor es purgar ahora los pecados y vicios que dejarlos para el Purgatorio'. (TOMÁS DE KEMPIS. Imitación de Cristo, I, 24, 3).
      Ya lo dejo.He procurado exponer el tema lo mejor que he podido y he sabido. Me he documentado y he procurado trasladar aquí  cuanto me ha parecido mejor en cuanto a dar luz sobre este tema. Pero el mérito absoluto, lo digo de corazón, lo tiene el Espíritu Santo. Sin Él, no hubiera sido posible.
      Que el mismo Espíritu de Dios que 'aleteaba sobre las aguas' en la Creación y Nuestra Madre y Señora la Virgen del Carmen, nos bendigan y protejan.

martes, 14 de octubre de 2014

Santo Lugar de Espera (II)

      La anterior entrada sobre este tema la finalizaba con tres interrogantes: Dónde está, cómo es y qué ocurre en el Purgatorio y decía que intentaría responder a ellas. Pues bien. Lo voy a intentar, no porque lo sepa, sino a través de la luz de las Escrituras, del Magisterio de la Iglesia y de lo que nos dicen algunos santos y también los Padres de la Iglesia. Personalmente, me da la impresión que no es un 'sitio' tal como lo entendemos en este mundo. Eso ni yo, ni nadie, puede explicarlo. Es fácilmente comprensible que somos finitos y vivimos en un mundo material, cuya tridimensionalidad se manifiesta incluso en el mismo lenguaje que empleamos para comunicarnos. Tampoco podremos entender algo de lo que no tenemos palabras ni conceptos adecuados puesto que está totalmente fuera de cuanto nos rodea.
     
      Solamente podemos aproximarnos en lo que se refiere a sus consecuencias para todas las personas.  
ALMAS CONSOLADAS EN EL PURGATORIO.- LIBRO DE LAS HORAS DE CATHERINE DE CLEVES.-S. XV.-
      Si conocemos que por una vida de pecado y alejamiento de Dios, o por una vida vivida por Él, con Él y en Él, y teniendo en cuenta lo que Jesucristo explicó sobre la salvación o condenación en la otra vida cuando habla (Mt. 25,31-46), aunque no podamos entender cómo será el Infierno o el Reino Divino sí que podemos saber lo que supone de desgracia o de felicidad para todos.

      Del Purgatorio podemos decir lo mismo. No sabemos cómo es, pero sí sabemos que consiste en una purificación total y absoluta de las almas para poder entrar en el Reino de Dios donde todo es Gracia, ausencia de pecado o de imperfección, vivencia de Amor en plenitud, porque Dios es la Perfección Suma, es Amor, es Luz...sin límite alguno. Si una persona muere y tiene alguna falta, por pequeña que sea, tiene que purificarse antes de llegar a la Plenitud del Reino.
     
IGLESIA PURGANTE
      ¿Cómo será esto? ¡Huy! Nadie lo sabe. Existen teorías. Muchas veces hemos visto (yo mismo ilustro esta entrada con algún cuadro o dibujo en este sentido) cómo han entendido el estado de las almas en el Purgatorio los pintores que han plasmado con sus pinceles este estado de vida. Las presentan en medio de llamas, en un fuego que les rodea por todas partes, pero en sus rostros no figuran muecas ni gestos de dolor, porque del Purgatorio, donde tampoco existe el tiempo, tal como nosotros lo tenemos, podrán salir cuando Dios considere que han 'purgado' suficientemente las imperfecciones por las que están allí.

     
      La Iglesia también da pautas para explicar este concepto y en su Catecismo expone: 'Los que mueren en la Gracia y amistad con Dios, pero imperfectamente purificados, aunque están seguros de su eterna salvación, sufren después de la muerte una purificación, a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría del cielo'. (Catecismo de la Iglesia Católica, punto número 1030). Si nos fijamos, en este texto, ni tampoco en el que anoté en la entrada anterior sobre las conclusiones del Concilio de Florencia, se menciona para nada el fuego. Pero ¡cuidado! Eso no significa que no lo haya. El punto siguiente también nos explica: 'La Iglesia llama Purgatorio a esta purificación final de los elegidos que es completamente distinta del castigo de los condenados'. (Catecismo de la Iglesia Católica, punto núm. 1031).

      El caso es que hay que purificarse para entrar en el Reino de los Cielos y eso podría hacerse mediante 'algo' que supusiera sacrificio, dolor o lo que fuere, como nos sucede con las penitencias que nos ponen los sacerdotes cuando recibimos el Sacramento de la Reconciliación, pero de mayor envergadura y en proporción a las faltas que pudieren tener.
      Pero que nadie vaya a pensar que el Purgatorio, como he oído y leído algunas ocasiones, es un infierno en pequeño. Por favor. No banalicemos estas cosas. No tienen ningún parecido. Mientras el Infierno es un estado de desesperación eterno, el Purgatorio es un estado de esperanza porque en algún momento concreto (lo del 'momento' es una expresión nuestra pero no dispongo de otra que haga referencia a lo que en realidad pueda ser) finalizará ya, con el alma impoluta, y pasará al Reino de Dios. Para siempre.
     
ALMAS DEL PURGATORIO LIBERADAS.-LOUIS BOULANGER.-S. XIX
      Recuerdo la actitud de San Pablo que al enfrentarse a sus pecados, se da perfecta cuenta que a pesar de su lucha no acaba de encontrarse totalmente en línea con su Señor, y esto le hace exclamar: 'Realmente, mi proceder no lo comprendo, pues no hago lo que quiero sino que hago lo que aborrezco... En efecto, querer el bien lo tengo a mi alcance, mas no el realizarlo... ¡Pobre de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo que me lleva a la muerte?' (Rm. 7, 14-25). Como pueden ver no he puesto toda la cita debido a su extensión, pero me he centrado en lo fundamental para este momento: los versículos 15, 18 y 24.

     
VIRGEN DEL CARMEN, SALVACIÓN DE LAS ALMAS DEL PURGATORIO.- CÍRCULO DE DIEGO QUISPE.-BARROCO NOVOHISPANO.-S. XVII 
       Teniendo en cuanta que al seguir a Cristo los cristianos asumimos en nuestra vida cuanto Él recomendó para ganar la Vida Eterna, una de las cosas que dijo fue ésta: 'Sed perfectos como vuestro Padre Celestial es perfecto'. (Mt. 5, 48).  ¿Quién es capaz de conseguirlo sin la ayuda de Dios? Nadie. Pero los santos son testigos directos de que es factible. Y si aún faltara algo, el Purgatorio y la Misericordia de Jesucristo así como la impagable intercesión de Santa María, Madre de Dios, harán el resto. Pero lo que hay que tener muy claro es que Dios no se resigna a perder a nadie que lo busque con sincero corazón y conoce de sobra cómo somos cada uno.


      Además, las almas del Purgatorio no están solas. Siendo Iglesia como son (la Iglesia Purgante), tienen tras ellos a la Iglesia Militante (o sea, a nosotros, los que todavía esperamos la llamada del Padre para pasar a su Casa) ofreciendo oraciones, sacrificios o Misas (es lo más importante para ellos) y, sobre todo, a la Iglesia Triunfante, los que ya están gozando de la presencia de Dios y permanecen en adoración permanente ante Él, intercediendo por esas almas.
      Cuando Jesús habla sobre el Juicio Final y dice a su auditorio que no le han dado de comer ni de beber, etc., concluye: 'En verdad os digo que cuando dejasteis de hacer eso con uno de estos pequeñuelos, conmigo dejasteis de hacerlo'. (Mt. 25, 45). Y me pregunto: ¿No se podría aplicar eso a las almas del Purgatorio? Porque son hijos de Dios que están pasando por una purificación para gozar un estado de perfección, por una parte. Por otra, para que ya dejen el posible sufrimiento que padecen (el más importante me parece que debe ser el saber que están destinados a la Gloria y que aún no les llega esta Gracia). En cualquier caso, vale la pena solidarizarnos con ellos  y ofrecer sufragios por su liberación.
      'Ofrecer el sacrificio por los difuntos es una costumbre observada en el mundo entero. Por eso creemos que se trata de una costumbre enseñada por los mismos Apóstoles. En efecto, la Iglesia Católica la observa en todas partes; y si ella no creyera  que se les perdonan los pecados a los fieles difuntos, no haría limosnas por sus almas ni ofrecería por ella el sacrificio a Dios'. (SAN ISIDORO DE SEVILLA. Sobre los oficios eclesiásticos). Con esta cita podemos comprobar que en los siglos VI-VII  ya se trataba este tema.
      La próxima entrada Dios mediante, finalizaremos este tema. Que Jesús Salvador y su Madre en la advocación de Nuestra Señora del Carmen nos bendigan e intercedan por todos nosotros.
VIRGEN DEL CARMEN.-BARROCO NOVOHISPANO.-S. XVIII