martes, 29 de septiembre de 2015

Santa María, Madre de Dios (II)

INMACULADA CONCEPCIÓN.-ARTE COLONIAL
      Ya sé, como muchísima gente, que hasta el 8 de diciembre no celebramos la festividad de la Inmaculada Concepción de María, Madre de Jesús de Nazaret, pero a la hora de presentar los dogmas sobre ella he preferido seguir un orden. En este sentido pienso que hablar del dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen, debía ser el primero. Fue el principio de todo.
      ¿Siempre ha estado este dogma en la Iglesia fundada por su Hijo? Pues...directamente, no. No se especifica ni existe ninguna mención sobre este contenido de forma directa. No obstante, de forma indirecta sí que lo hay, y de ello hay Padres de la Iglesia  y teólogos que así lo han manifestado. Luego presentaré algunas de las cosas  de lo que han dicho o escrito, sin ser exhaustivo. No es ese mi cometido ni tampoco sentar cátedra de nada. Solamente mi cariño hacia mi Madre (realmente 'nuestra Madre') es lo que me impulsa a escribir  lo que podríamos llamar sus virtudes, los dones que el Espíritu Divino le regaló en grado superlativo, pero antes debo pararme en unos aspectos concretos que nos permitan conocerla mejor, admirarla más, venerarla con la fuerza de nuestra filiación.
LA ANUNCIACIÓN.-PINTURICCHIO.-RENACIMIENTO
      Desde los primeros siglos del cristianismo se ha tenido hacia María unos sentimientos de fervor y reverencia muy especiales. Cuando se ha intentado conocer a Jesús, la imagen de la Madre, más o menos conscientemente, ha venido a nuestra mente. Saberla unida en todo a su Hijo se ha aceptado como la cosa más natural del mundo y nuestra admiración por sus valores ha crecido. ¿A cuántos ha llamado su atención el silencio que guardó toda su vida? De lo que ha hablado solamente conocemos por los Evangelios lo que dijo al Ángel en la Anunciación: '¿Cómo podrá ser esto, pues no conozco varón? y 'He aquí la sierva del Señor. Hágase en mí según tu palabra'. (Lc. 1, 26-38). Más adelante tenemos el episodio de la pérdida de Jesús, cuando tenía 12 años, y ella y José lo encontraron en el Templo entre los maravillados doctores de la Ley: 'Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Tu padre y yo te hemos buscado angustiados', (Lc. 2, 41-52). 
      No recuerdo más. Supo permanecer en el anonimato soslayando un protagonismo que, como Madre del Mesías, le correspondía y podría haber reclamado. Y no hizo nada de eso. La prudencia, en forma de elocuente silencio, la coronó en la tierra cumpliendo el papel que ella vio que le correspondía. Y cuando llegó el momento del Calvario, tragándose su inmenso dolor, supo estar junto a su Hijo para no dejarlo solo en ese trance tan amargo, al pie de la cruz.
      Doy por supuesto que conocía que al tercer día resucitaría su Jesús, pero también doy como cierto que Ella pasó su propio calvario y cargara con su propia cruz. La espada de dolor anunciada por el anciano Simeón en el Templo, muchos años atrás, se estaba cumpliendo con creces.
      Entrando un poco más en el tema de esta entrada, me pregunto: Bueno, pero en definitiva ¿qué viene a decirnos el dogma de la Inmaculada Concepción? 
JESÚS NIÑO ENTRE LOS DOCTORES DE LA LEY.-William Holman Hunt c. 1859
      Si invertimos las dos últimas palabras del interrogante, ya nos da una pequeña luz: cuando fue concebida en el vientre de su madre, Santa Isabel, ella fue preservada del pecado original, lo cual significa que ya era Inmaculada. Claro, que para llegar a esta conclusión han pasado muchos caudales de agua por los ríos de la vida, desde los primeros tiempos del cristianismo hasta que se concretó el dogma por el Papa Pío IX.
      Pero también quiere decir que durante todo el curso de su vida en este mundo tampoco tuvo pecado ni falta alguna. A poco que nos detengamos a pensar, con rectitud de intención, nos daremos cuenta que es absolutamente lógico. Viviendo unos treinta años junto a Dios, comiendo con Él, lavando su ropa, HABLANDO CARA A CARA CON ÉL (¡cuánto daríamos por conocer el contenido de esos diálogos!, ¿verdad?) viéndolo trabajar en la carpintería junto a José,...es impensable que se contaminase con nada, ni siquiera una falta por leve que fuera.
      En el siglo VI d. de C., se escribió este pensamiento, dando a entender la opinión que entonces ya tenían de la Santísima Virgen: 'Si el hijo de Dios hubiera encontrado en María una mancha, un defecto cualquiera, sin duda se escogiera una madre exenta de toda inmundicia'. (San Jaime Nisibeno). 
SAGRADA FAMILIA.-John Rogers Herbert. 
      Eso fue vivir en la Gracia de Dios toda su vida de forma permanente, ininterrumpidamente. Parece increíble o imposible, ¿no? Pues me remito al Evangelio lucano , en concreto al momento en que el Ángel le anuncia que su prima Isabel, ya mayor y, además, estéril, va a tener un hijo. Termina con esta frase: '...porque nada es imposible para Dios'. (Lc. 1, 37). Al menos esto es el razonamiento de un profano en Teología, o sea, de mí mismo.
      A título de curiosidad, por si alguien no lo sabe,les diré (porque lo he leído y suena muy bien), que los cristianos ortodoxos la llaman panagia, que quiere decir 'la toda santa'. San Efrén de Siria, doctor de la Iglesia, en el siglo IV decía de la Virgen: 'Ciertamente Tú (se refiere a Jesucristo) y tu Madre sois los únicos que habéis sido completamente hermosos; pues en tí, Señor, no hay defecto, ni en tu Madre mancha alguna'.
OFRENDA DE FLORES A LA VIRGEN DEL PILAR, EN ZARAGOZA
      De tal modo es así, que cuando estudié la asignatura de Religión en el Bachillerato, recuerdo que en el tema que trataba del culto a Dios, nos explicaban que recibía el nombre de Latría y es de adoración. El culto a los santos recibe el nombre de Dulía y es de veneración. En cuanto al que se le da a la Virgen, recibe el nombre de Hiperdulía y es también de veneración, porque es inferior a Dios y su santidad es la mayor y más perfecta de los santos.De ahí que su culto sea mayor que el de los santos e inferior al de Dios.
      Respecto a ésto, aprovecho la ocasión para aclarar que hay algunas personas, con estudios incluso superiores, que emplean muy alegremente (y falsamente) la expresión de 'la adoración a la Virgen'. ¡Cuidado! LA IGLESIA JAMÁS HA ADORADO A LA VIRGEN. Ella no es Dios y, por consiguiente, no se le puede dar semejante culto que es exclusivo de la Santísima Trinidad. Si alguien habla de que los cristianos ADORAMOS a la Virgen, es porque tiene una ignorancia magistral y muy pocos (o nulos) conocimientos de este tema.
      Hecha esta aclaración, a mi juicio necesaria para aclarar este concepto, vemos algunos testimonios de Padres de la Iglesia. 
ORÍGENES.-ICONO
      Pienso que siempre puede resultar interesante contrastar su pensamiento para ver que la línea que ha observado la Iglesia ha sido siempre la misma. Remontándonos al tiempo de Orígenes, Padre de la iglesia oriental nacido el año 185, dijo en una homilía refiriéndose a la Virgen: '...digna de Dios, inmaculada del inmaculado, la más completa santidad, perfecta justicia, ni engañada por la persuasión de la serpiente, ni infectada por su venenoso aliento'. (Orígenes.-Homilía in diversa). Si tenemos en cuenta que murió el 254, fácilmente podemos ver que estaba relativamente cercano el momento del Tránsito de la Virgen, si bien no se sabe cuándo ocurrió ésto.
      No podemos dejar de lado lo que dijo de la Madre de Jesucristo uno de los grandes santos de los primeros tiempos de la Iglesia y Doctor de la misma: '...todos los justos han conocido verdaderamente el pecado excepto la santa Virgen María, de quien, por el honor del Señor,yo no pondría en cuestión nada en lo que concierne al pecado'. (San Agustín de Hipona, 'De natura et gratia' 36). A quien se ha venido en llamar 'el máximo pensador del cristianismo del primer milenio', también manifestó su parecer en cuanto a la pureza virginal de María de Nazaret en varias ocasiones.
      Existen muchas más citas de los Santos Padres sobre la Inmaculada Concepción de la Virgen pero como he dicho antes, no se trata de ser exhaustivo. No obstante falta la aportación de la Palabra sobre este tema, que lo dejo para la próxima entrada.
      Que Nuestro Señor Jesucristo y su Madre Inmaculada nos protejan y bendigan.
      
INMACULADA CONCEPCIÓN.-JOSÉ DE PAEZ.-PINTURA COLONIAL MEXICANA

sábado, 12 de septiembre de 2015

Santa María, Madre de Dios...(I)

VIRGEN MARÍA CON SANTOS.-TRÍPTICO.-GIOVANNI D'ALEMAGNA.-RENACIMIENTO
      El título de esta entrada encierra en sí mismo una cantidad enorme de contenidos prácticamente inabarcables. El tema de la Virgen tiene una riqueza y una hermosura tan grande que intentar escribir algo sobre ella siempre se queda corto y cojo, porque en Ella hay tantas virtudes, tantos méritos, tantos ejemplos que imitar, tantas lecciones que aprender,...que solamente nos queda encomendarnos a su intercesión para que el Espíritu ilumine a cuantos la quieren e intentan seguir el ejemplo de su vida, y... a quien se arriesga a sentarse ante el teclado y la pantalla del ordenador, ratón en mano, para intentar desgranar algún tema sobre esa Mujer que ha ocupado y sigue ocupando un sitio de relieve en la Historia de la Iglesia y en la Historia de la Humanidad. Y, ¡quién sabe!, si en la historia personal de cualquier ser humano.
      Y este es mi caso. Cuando hace unas semanas celebrábamos  su Asunción al Reino de Dios en cuerpo y alma, me vino la idea de escribir algo sobre Ella, pero ¿qué? Así lo comenté con mi hija y no tuvo otra ocurrencia más que decirme que escribiera sobre los dogmas marianos. El tema era (y sigue siendo) muy sugestivo, pero cuando tantos teólogos, estudiosos de la Palabra y grandes mentes de la Iglesia han escrito tantas cosas y tan buenas, ¿qué puedo hacer yo? Así lo dije, pero la respuesta llegó de inmediato: 'Es que 'tú' tienes que escribir desde tu propio enfoque y lo que 'tú' no hagas, se quedará sin hacer'.
      Bueno, pues... Aquí estoy. Lo voy a intentar desde mi propia experiencia y, como siempre, siguiendo cuanto nos enseña la Iglesia Católica. Dentro de ese aspecto, entran los dogmas.
      Para empezar pienso que no está de más un recordatorio: ¿qué es un dogma? ¿Siempre han existido? Sobre el último de estos dos interrogantes hay que decir que no. 
EUCARISTÍA.-FRAY VLADISLAV PROVOTOROV.-S. XX 
      No siempre han existido los dogmas sobre la Virgen, sobre Dios, sobre Sacramentos ni sobre nada, aunque de hecho se conociera el tema contenido en los dogmas. Por ejemplo, siempre se ha conocido, desde el tiempo de los Apóstoles,  la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía, pero tuvo que ser en el Concilio de Trento donde se definió la Presencia Real de Jesús en la Eucaristía, con todo su Cuerpo, su Sangre, su Alma y su Divinidad.
      Pero sí que ha habido necesidad de tomar una posición clara en la que la Iglesia como tal, ha definido, ha explicado, ha dado normas para que todos los católicos supiésemos a qué atenernos, especialmente cuando han surgido corrientes erróneas (lo que llamaron 'herejías'), que distorsionaban la realidad y la verdad de algún tema concreto. El contenido de los dogmas es inmutable, sin embargo, la forma de expresarlo puede hacerse de manera que facilite más y mejor su comprensión según los tiempos y la evolución del lenguaje, pero sin cambiar en modo alguno su contenido ni contradecirlo.
      Aunque no me gustan mucho las definiciones, en este caso sí creo necesario partir de lo que nos expone el Catecismo de la Iglesia Católica: 'El Magisterio de la Iglesia ejerce plenamente la autoridad que tiene de Cristo cuando expone dogmas, es decir, cuando propone, de una forma que obliga al pueblo cristiano a una adhesión irrevocable de fe, verdades contenidas en la Revelación  divina o verdades que tienen con éstas un vínculo necesario'. (Punto 88). Y continúa: 'Existe un vínculo orgánico entre nuestra vida espiritual y los dogmas. Los dogmas son luces en el camino de nuestra fe, lo iluminan y lo hacen seguro. De modo inverso, si nuestra vida es recta, nuestra inteligencia y nuestro corazón estarán abiertos para acoger la luz de los dogmas de fe'. Punto 89).
CONCILIO VATICANO II
      El dogma es, por tanto, la expresión de algún contenido de la Revelación que, aunque haya existido desde siempre, la Iglesia considera necesario darla a conocer clarificando cuanto fuere necesario, bien por su Magisterio Ordinario, bien por el Extraordinario. Conviene recordar que la Revelación es un hecho histórico que no puede aumentar ni disminuir las verdades reveladas porque están contenidas en las Sagradas Escrituras y en la Tradición, la cual quedó cerrada cuando murió  Juan, el último de los Apóstoles.
      Un dogma se define cuando obispos, sacerdotes y cristianos, en unión con el Papa, representante de Cristo en la tierra, creen firmemente en una verdad básica de nuestra fe porque el Magisterio, asistido por el Espíritu Santo, lo confirma como una verdad contenida en la Revelación. ('Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros siempre'. (Jn, 14, 16). Jesucristo expresó así la asistencia del Espíritu Santo a la Iglesia.
      Cuando el Santo Padre define una doctrina de fe o de costumbres como Pastor y máxima autoridad apostólica de la Iglesia , por la asistencia especial del Paráclito, es infalible. No puede equivocarse, 'porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros'. (Mt. 10, 20). Entonces decimos que  el Papa habla 'ex cathedra'. Pero habitualmente no habla de esa manera. Personalmente solamente he conocido en mi vida un Papa que hablara 'ex cathedra': Pío XII, cuando proclamó el dogma de la Asunción de la Virgen el 1 de noviembre de 1950, y del que trataré más adelante.
      Y los dogmas entran en el campo del Magisterio de la Iglesia , sea en el Magisterio Ordinario, como he dicho más arriba, sea en el Magisterio Extraordinario.
      El Magisterio Ordinario es el que ejercen habitualmente el Papa y los obispos que están en comunión con él en sus diócesis respectivas. También las conclusiones de los concilios en cuestiones de pastoral y por las Conferencias Episcopales de cada nación.

      El Magisterio Extraordinario o solemne es que ejerce un concilio ecuménico o el Papa cuando define 'ex cathedra' una doctrina de fe. En este caso es infalible y no puede contener ningún error. Ahí están incluidas las enseñanzas 'ex cathedra'  de los Papas y de los concilios convocados y presididos por él. En los puntos 888 a 892 del Catecismo de la iglesia Católica se puede leer lo referente a la misión de enseñar que tiene la Iglesia.
      Que la Santísima Trinidad y Nuestra Señora la Virgen de Ocotlan nos bendigan.
VIRGEN DE OCOTLAN.-JOSEPH MORA.-BARROCO