ANUNCIACIÓN.-LUCAS JORDÁN.-BARROCO
El contenido de este dogma (y de todos los dogmas) hemos de contemplarlo no solamente desde el punto de vista propio de su contenido. Eso también, por supuesto. Pero hay que ir más allá. Hay que remar mar adentro y contemplarlo con un sentido global. Estoy convencido que cuando Dios pensó en la mujer que debía ser su Madre, no lo hizo pensando solamente en que lo diera a luz y ya finalizaba ahí su misión. No. Me parece que también la destinó para algo más. Para mucho más. Tanto, que todavía está con plena dedicación a su trabajo de Madre de la Humanidad entera, ayudándonos en todo y a todos, especialmente a cuantos nos abrimos a Ella, la aceptamos en nuestra vida como parte integrante de la misma, nos confiamos a Ella, creemos firmemente en ella y en su valiosísima intercesión a Dios por nosotros, nos acogemos a Ella en nuestras dudas y en los problemas que podamos tener,...
Así tenemos todas las apariciones que la Virgen ha tenido en diversos lugares del mundo (La Salette, Lourdes, Fátima, en el cerro de Tepeyac (México),...dejando diversos mensajes en todos ellos para avisarnos y aconsejarnos de cuanto debemos hacer.
Cuando Jesús en su agonía le dijo: 'Ahí tienes a tu hijo', indicando a Juan; y dirigiéndose a él también le dijo 'Ahí tienes a tu Madre' (Jn.19, 26-27), estaba haciendo el mayor de los regalos a la Humanidad: su propia Madre. Les aseguro que si todo el mundo tuviese presente la magnitud y sublimidad del regalo que tenemos, ni habría guerras, ni habría pobreza, ni habría discordias. Pero la libertad humana tiene sus rarezas y una de ellas es que puede emplearse pésimamente mal. Incluso con ruindad.
CRUCIFIXIÓN DE CRISTO.-EDUARD VON GEBHARDT.-S. XIX -XX
Pero sigamos con el tema. 'La concepción virginal, excluyendo una paternidad humana, afirma que el único padre de Jesús es el Padre celestial, y que en la generación temporal del Hijo se refleja la generación eterna: el Padre, que había engendrado al Hijo en la eternidad, lo engendra también en el tiempo como hombre'. (San Juan Pablo II. Catequesis del 31 de julio de 1996). Este santo está dando una visión nueva de la actuación de Dios en cuanto a la generación de Jesús en el seno de la Virgen: si lo engendró en la eternidad también lo quiso engendrar como hombre verdadero: 'El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con sus sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios'. (Lc. 1, 35).
'El Espíritu Santo en particular, es la Persona que comunica las riquezas divinas a los hombres y los hace participar en la vida de Dios. Él, que en el misterio trinitario es la unidad del Padre y del Hijo, obrando la generación virginal de Jesús, une la humanidad con Dios'.
'En el misterio de esta nueva creación resplandece el papel de la maternidad virginal de María. San Ireneo, llamando a Cristo "primogénito de la Virgen", recuerda que, después de Jesús, muchos otros nacen de la Virgen, en el sentido de que reciben la vida nueva de Cristo. Jesús es el Hijo único de María. Pero la maternidad espiritual de María se extiende a todos los hombres a los cuales Él vino a salvar. "Dio a luz al hijo, al que Dios constituyó el mayor de muchos hermanos". (Rom. 8, 29), es decir, de los creyentes, a cuyo nacimiento y educación colabora con amor de madre'. (San Juan Pablo II. Catequesis del 31 de julio de 1996). Esta catequesis de Juan Pablo II está centrada totalmente en la concepción virginal de Jesús y aporta datos en lo referente a la virginidad de Santa María.
Para ir tratando este tema con mayor profundidad, planteo otro interrogante: ¿Conocen esa preciosidad de devoción a la Virgen conocida como 'EL ÁNGELUS'? Qué preguntas hago, ¿verdad? Los católicos somos muchísimos los que lo rezamos. Es como hacer presente el momento de la Anunciación e interiorizar ese misterio. Hacerlo nuestro como un pequeño homenaje a Nuestra Madre y Señora desde lo más íntimo de nuestro ser. Es como una especie de recordatorio personal de lo que supuso la fidelidad de María a la propuesta de Dios por la cual TODOS estamos redimidos.
Pero esta parte la dejo para la próxima entrada porque tiene bastantes aspectos que tratar y se haría excesivamente larga esta entrada.
Que nuestro Salvador, cuyo nacimiento vamos a celebrar dentro de unos días, su Santa Madre y el bendito San José nos bendigan a todos. ¡FELIZ Y SANTA NAVIDAD! Que nuestros corazones se abran a la Sagrada Familia y sean el auténtico pesebre donde el Niño duerma feliz.
ICONO DE LA NATIVIDAD DE CRISTO