miércoles, 28 de noviembre de 2018

¿Cómo es Dios que así me quiere? (II)

      Dejábamos la entrada anterior con la autopresentación de Dios a su gran amigo y colaborador Moisés. Con ella comenzaba un capítulo nuevo de la Historia de la Salvación: la salida de Egipto del pueblo que Dios había elegido y quería ir preparando para que cuando llegase el momento de la 'plenitud de los tiempos' llegase el Redentor.
      Pues bien. Esta definición de Sí mismo nos expresa con claridad que Dios nos está diciendo que Él es Él mismo, y esto no es en absoluto una redundancia. Pienso que con esta expresión nos transmite su absoluta independencia de todo, incluso de su propia obra, la Creación. Está por encima de toda ella y es independiente de ella. ya que Él es infinito y en cambio su obra tiene fecha de caducidad: el día del fin de los tiempos y de la resurrección final.
LA CREACIÓN.-JACOPO TINTORETTO.-MANIERISMO
      Si entramos en el Nuevo Testamento. San Pablo también se dio cuenta de esta forma de ser de Dios y los Hechos de los Apóstoles nos narran su predicación en el Areópago de Atenas. Entre otras cosas, dijo: 'El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que hay en él, ése, siendo Señor del cielo y de la tierra no habita en los templos hechos hechos por la mano del hombre, ni por manos humanas es servido como si necesitase de algo, siendo Él mismo quien da a todos la vida, el aliento y todas las cosas.  
     
Él creó de un solo hombre todo el linaje humano para que habitara en toda la tierra, fijando a cada pueblo las épocas y los límites de su territorio, con el fin de que buscaran a Dios, por si escudriñando a tientas. lo podían encontrar. En realidad no está lejos de nosotros, ya que en Él nos vivimos, nos movemos y existimos. Así lo han dicho algunos de vuestros poetas: "somos de su linaje". (Hch. 17, 24-28).
       Pues sí, amigos míos. A poco que nos detengamos a pensar por un momento, podemos darnos cuenta que Dios no nos necesita para nada bajo ningún concepto, porque es autosuficiente. Existe por Sí mismo y en Sí mismo. Este atributo de Dios recibe el nombre de ASEIDAD. 
      Además de ella y de muchísimas más, algunas de las cuales iremos viendo, si bien muy brevemente, tiene otra propiedad o valor: el desbordamiento de su Amor hacia cada una de las personas que han vivido en el mundo a través de su milenaria historia, hacia los que ahora habitamos en este planeta y hacia los que irán naciendo en el curso del tiempo.
      Estoy convencido de que la razón por la que lo creó todo era con el fin de proyectar la infinitud de su Amor hacia aquel primer hombre y hacia aquella primera mujer, para quienes preparó un magnífico habitáculo y a quienes confirió el poderío sobre toda la Creación.  Pero esa confianza depositada en ellos la perdieron por hacer mal uso de su libertad y el pecado, negación de Dios, se enseñoreó de todo.
      No obstante y gracias al Amor derramado en esa joven Humanidad recién creada, concibió en el acto un magnífico y vasto plan con el fin de restaurar la normalidad entre el Creador y la criatura: la Redención.
      

      Que nuestra Madre la Inmaculada Concepción nos proteja y bendiga.