martes, 14 de octubre de 2014

Santo Lugar de Espera (II)

      La anterior entrada sobre este tema la finalizaba con tres interrogantes: Dónde está, cómo es y qué ocurre en el Purgatorio y decía que intentaría responder a ellas. Pues bien. Lo voy a intentar, no porque lo sepa, sino a través de la luz de las Escrituras, del Magisterio de la Iglesia y de lo que nos dicen algunos santos y también los Padres de la Iglesia. Personalmente, me da la impresión que no es un 'sitio' tal como lo entendemos en este mundo. Eso ni yo, ni nadie, puede explicarlo. Es fácilmente comprensible que somos finitos y vivimos en un mundo material, cuya tridimensionalidad se manifiesta incluso en el mismo lenguaje que empleamos para comunicarnos. Tampoco podremos entender algo de lo que no tenemos palabras ni conceptos adecuados puesto que está totalmente fuera de cuanto nos rodea.
     
      Solamente podemos aproximarnos en lo que se refiere a sus consecuencias para todas las personas.  
ALMAS CONSOLADAS EN EL PURGATORIO.- LIBRO DE LAS HORAS DE CATHERINE DE CLEVES.-S. XV.-
      Si conocemos que por una vida de pecado y alejamiento de Dios, o por una vida vivida por Él, con Él y en Él, y teniendo en cuenta lo que Jesucristo explicó sobre la salvación o condenación en la otra vida cuando habla (Mt. 25,31-46), aunque no podamos entender cómo será el Infierno o el Reino Divino sí que podemos saber lo que supone de desgracia o de felicidad para todos.

      Del Purgatorio podemos decir lo mismo. No sabemos cómo es, pero sí sabemos que consiste en una purificación total y absoluta de las almas para poder entrar en el Reino de Dios donde todo es Gracia, ausencia de pecado o de imperfección, vivencia de Amor en plenitud, porque Dios es la Perfección Suma, es Amor, es Luz...sin límite alguno. Si una persona muere y tiene alguna falta, por pequeña que sea, tiene que purificarse antes de llegar a la Plenitud del Reino.
     
IGLESIA PURGANTE
      ¿Cómo será esto? ¡Huy! Nadie lo sabe. Existen teorías. Muchas veces hemos visto (yo mismo ilustro esta entrada con algún cuadro o dibujo en este sentido) cómo han entendido el estado de las almas en el Purgatorio los pintores que han plasmado con sus pinceles este estado de vida. Las presentan en medio de llamas, en un fuego que les rodea por todas partes, pero en sus rostros no figuran muecas ni gestos de dolor, porque del Purgatorio, donde tampoco existe el tiempo, tal como nosotros lo tenemos, podrán salir cuando Dios considere que han 'purgado' suficientemente las imperfecciones por las que están allí.

     
      La Iglesia también da pautas para explicar este concepto y en su Catecismo expone: 'Los que mueren en la Gracia y amistad con Dios, pero imperfectamente purificados, aunque están seguros de su eterna salvación, sufren después de la muerte una purificación, a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría del cielo'. (Catecismo de la Iglesia Católica, punto número 1030). Si nos fijamos, en este texto, ni tampoco en el que anoté en la entrada anterior sobre las conclusiones del Concilio de Florencia, se menciona para nada el fuego. Pero ¡cuidado! Eso no significa que no lo haya. El punto siguiente también nos explica: 'La Iglesia llama Purgatorio a esta purificación final de los elegidos que es completamente distinta del castigo de los condenados'. (Catecismo de la Iglesia Católica, punto núm. 1031).

      El caso es que hay que purificarse para entrar en el Reino de los Cielos y eso podría hacerse mediante 'algo' que supusiera sacrificio, dolor o lo que fuere, como nos sucede con las penitencias que nos ponen los sacerdotes cuando recibimos el Sacramento de la Reconciliación, pero de mayor envergadura y en proporción a las faltas que pudieren tener.
      Pero que nadie vaya a pensar que el Purgatorio, como he oído y leído algunas ocasiones, es un infierno en pequeño. Por favor. No banalicemos estas cosas. No tienen ningún parecido. Mientras el Infierno es un estado de desesperación eterno, el Purgatorio es un estado de esperanza porque en algún momento concreto (lo del 'momento' es una expresión nuestra pero no dispongo de otra que haga referencia a lo que en realidad pueda ser) finalizará ya, con el alma impoluta, y pasará al Reino de Dios. Para siempre.
     
ALMAS DEL PURGATORIO LIBERADAS.-LOUIS BOULANGER.-S. XIX
      Recuerdo la actitud de San Pablo que al enfrentarse a sus pecados, se da perfecta cuenta que a pesar de su lucha no acaba de encontrarse totalmente en línea con su Señor, y esto le hace exclamar: 'Realmente, mi proceder no lo comprendo, pues no hago lo que quiero sino que hago lo que aborrezco... En efecto, querer el bien lo tengo a mi alcance, mas no el realizarlo... ¡Pobre de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo que me lleva a la muerte?' (Rm. 7, 14-25). Como pueden ver no he puesto toda la cita debido a su extensión, pero me he centrado en lo fundamental para este momento: los versículos 15, 18 y 24.

     
VIRGEN DEL CARMEN, SALVACIÓN DE LAS ALMAS DEL PURGATORIO.- CÍRCULO DE DIEGO QUISPE.-BARROCO NOVOHISPANO.-S. XVII 
       Teniendo en cuanta que al seguir a Cristo los cristianos asumimos en nuestra vida cuanto Él recomendó para ganar la Vida Eterna, una de las cosas que dijo fue ésta: 'Sed perfectos como vuestro Padre Celestial es perfecto'. (Mt. 5, 48).  ¿Quién es capaz de conseguirlo sin la ayuda de Dios? Nadie. Pero los santos son testigos directos de que es factible. Y si aún faltara algo, el Purgatorio y la Misericordia de Jesucristo así como la impagable intercesión de Santa María, Madre de Dios, harán el resto. Pero lo que hay que tener muy claro es que Dios no se resigna a perder a nadie que lo busque con sincero corazón y conoce de sobra cómo somos cada uno.


      Además, las almas del Purgatorio no están solas. Siendo Iglesia como son (la Iglesia Purgante), tienen tras ellos a la Iglesia Militante (o sea, a nosotros, los que todavía esperamos la llamada del Padre para pasar a su Casa) ofreciendo oraciones, sacrificios o Misas (es lo más importante para ellos) y, sobre todo, a la Iglesia Triunfante, los que ya están gozando de la presencia de Dios y permanecen en adoración permanente ante Él, intercediendo por esas almas.
      Cuando Jesús habla sobre el Juicio Final y dice a su auditorio que no le han dado de comer ni de beber, etc., concluye: 'En verdad os digo que cuando dejasteis de hacer eso con uno de estos pequeñuelos, conmigo dejasteis de hacerlo'. (Mt. 25, 45). Y me pregunto: ¿No se podría aplicar eso a las almas del Purgatorio? Porque son hijos de Dios que están pasando por una purificación para gozar un estado de perfección, por una parte. Por otra, para que ya dejen el posible sufrimiento que padecen (el más importante me parece que debe ser el saber que están destinados a la Gloria y que aún no les llega esta Gracia). En cualquier caso, vale la pena solidarizarnos con ellos  y ofrecer sufragios por su liberación.
      'Ofrecer el sacrificio por los difuntos es una costumbre observada en el mundo entero. Por eso creemos que se trata de una costumbre enseñada por los mismos Apóstoles. En efecto, la Iglesia Católica la observa en todas partes; y si ella no creyera  que se les perdonan los pecados a los fieles difuntos, no haría limosnas por sus almas ni ofrecería por ella el sacrificio a Dios'. (SAN ISIDORO DE SEVILLA. Sobre los oficios eclesiásticos). Con esta cita podemos comprobar que en los siglos VI-VII  ya se trataba este tema.
      La próxima entrada Dios mediante, finalizaremos este tema. Que Jesús Salvador y su Madre en la advocación de Nuestra Señora del Carmen nos bendigan e intercedan por todos nosotros.
VIRGEN DEL CARMEN.-BARROCO NOVOHISPANO.-S. XVIII


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