Santuario de Nuestra Señora de Fátima, en Portugal
Les aseguro que no tenía ninguna intención de escribir esto que les voy a comentar, pero hay cosas que impactan en las más íntimas convicciones que una persona tiene y en lo más hondo de la conciencia personal.
Sé perfectamente que cualquier persona que lea esta entrada podrá estar de acuerdo o no con lo que se escribo, pero les aseguro (les doy mi palabra de honor) que no está en mi ánimo polemizar, discutir o creer que estoy en posesión de la verdad absoluta. Esta verdad la tiene solamente Quien es la Verdad, el Camino y la Vida. Pero de la misma manera que el contenido de esta entrada me ha obligado a pensar, a analizar, a interiorizar su contenido, también me ha hecho sentir la necesidad de compartir con todos ustedes cuanto les diré. Discúlpenme mi atrevimiento.
En principio ya les digo que no soy, en absoluto, ningún cristiano apocalíptico que vive pensando en el fin del mundo.
ICONO DEL S. XVI CON IMÁGENES DEL APOCALIPSIS
Ni hablar. Vivo muy bien en él disfrutando de la Naturaleza que el Creador nos ha regalado. Disfruto muchísimo con el trato con mi esposa, hijos, nietas y familia, otro gran regalo de Dios. Y disfruto muchísimo, a pesar de mis enormes limitaciones humanas, de la Eucaristía, de las conversaciones con Dios y con la Virgen a través de la oración personal. Algunos de ustedes, o todos, posiblemente lo entenderán. Al menos, así lo espero.
La lectura, estudio y profundización de la Palabra ha ocupado desde siempre mucha parte de mi tiempo. Una de las cosas que más me impactaron fue uno de tantos pasajes bíblicos que, aunque al principio me produjo un gran desasosiego, acabó dándome una paz y tranquilidad interior que todavía conservo hoy y pienso seguir conservando hasta el día que nuestro Padre común me llame a su presencia. El fragmento es el siguiente: 'De aquel día y de aquella hora nadie sabe, ni los ángeles del cielo ni el Hijo, sino sólo el Padre'. Continúa Jesucristo exponiendo unos detalles y sigue diciendo: 'Velad, pues, porque no sabéis cuándo llegará vuestro Señor. Pensad bien que si el padre de familia supiera en qué vigilia vendría el ladrón, velaría y no permitiría horadar su casa. Por eso vosotros habéis de estar preparados porque a la hora que menos penséis vendrá el Hijo del hombre'. (Mt.24, 36-44).
JUICIO FINAL.-CATEDRAL VIEJA DE SALAMANCA.-NICOLÁS FLORENTINO.-S. XV
Medité mucho tiempo estas palabras y al final llegué a una conclusión después de leer otro fragmento evangélico que me vino como anillo al dedo: '¿Quién de vosotros con sus preocupaciones puede añadir un solo codo a su estatura?' (Mt. 6, 27). Y desde entonces procuro vivir con una tranquilidad y serenidad absoluta en lo espiritual porque sé que estoy en brazos de nuestra Madre la Virgen y que su hijo Jesús nos apoya a cuantos confiamos con Él. Mientras tanto procuro disfrutar con la oración, la adoración y los Sacramentos. Lo demás ya vendrá cuando Dios quiera y no le doy más vueltas.
Pues bien. Desde hace un corto período de tiempo, la prensa y la televisión nos ponen ante los ojos una serie de desgracias continuas que de algún modo hacen que nos interroguemos: ¿qué está pasando? ¿Por qué está pasado todo esto?
RESTOS DEL AVIÓN ESTRELLADO EN LOS ALPES
Vemos la tremenda tragedia de las personas que se arriesgan a cruzar el mar en busca de un porvenir mejor, que desemboca en muchas ocasiones en una trágica pérdida de vidas humanas. Aparece la noticia de un avión que se estrella en los Alpes produciendo en el impacto 150 muertos, es decir, de todas las personas que viajaban en él. Ciertamente hemos estado viendo también la aparición de algún 'tsunami' con efectos catastróficos,...parece que algo (¿o Alguien?) nos está haciendo una invitación a meditar en todos estos acontecimientos y sacar algunas conclusiones. Una de ellas podría ser, por ejemplo: Humanidad, ¿dónde vas? ¿Tan ciega estás que no ves más allá de tus propias narices?
Ya sé que lo he dicho y escrito muchas veces, pero me reafirmo en ello: la sociedad de hoy ha perdido de vista los valores humanos (y no digamos los cristianos) y la educación de los hijos, por la causa que sea pero siempre injustificada, se tiene desatendida.
TERREMOTO EN NEPAL
Los jóvenes de hoy desean algo mejor que lo que ven en unos estrechos horizontes. Buscan a tientas y cogen lo que algunos les ofrecen sin más pretensión que aprovecharse de lo mejor de su juventud y los engañan con falsos cantos de sirenas.
Pero la respuesta que Jesucristo tiene para toda la juventud, para todos los adultos, para todos los ancianos, parece ser que no tiene mucho atractivo para nuestra sociedad. Pero lo cierto es que cuando se celebra la Jornada Mundial de la Juventud, muchachos y muchachas de todos los continentes, sin distinción de nacionalidad ni razas, se reúnen en nombre de Jesucristo alrededor del Papa, su Vicario en la tierra.
JMJ EN RÍO DE JANEIRO. PLAYA DE COPACABANA
Pablo VI tuvo la primera iniciativa en 1975 y Juan Pablo II la impulsó. Cuando los jóvenes (y otros no tan jóvenes) vivieron esa experiencia se dieron cuenta que solamente Jesús de Nazaret podía llenar plenamente sus vidas. A partir de ahí podemos ver cómo se pueden extrapolar experiencias de esa índole a los adultos. Pero generalmente eso no suele interesar porque no da réditos de cara a ser alguien importante o influyente en la sociedad con una parcela de poder, grande o pequeña. Si preguntáramos al mismo Jesucristo su opinión sobre este tema, casi con toda seguridad respondería con una leve sonrisa y mirando a los ojos a su/s interlocutor/es: '¿De qué aprovecha al hombre ganar todo el mundo si pierde su alma?' (Mc. 8, 36). Los grandes Emperadores, los grandes tiranos, grandes Jefes de Estado que han pasado por la Historia, ¿quién se acuerda de ellos o les sigue hoy viviendo y proclamando sus teorías? Jesucristo y su Mensaje continúa vigente después de dos mil quince años aproximadamente.
¿Por qué estoy diciendo todo esto? Existe un enriquecimiento rápido, probablemente ilícito, para unos pocos mientras la gran mayoría pasa casi con lo justo.
ESCENA DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL
Los periódicos de todo el mundo nos muestran casos de corrupción y rapiña, calamidades del mundo: hambre, guerras, tiranías, falacias por doquier,...¿Hacia dónde caminamos? Mucha es la gente que se pregunta dónde está Dios que permite esos desmanes, pero pienso que eso no es cosa suya en absoluto, sino del maligno, que valiéndose de los trucos más sofisticados atrae hacia él a muchos y los coloca en lugares donde puedan manejar las masas a su antojo a base de mentiras (no en balde el diablo es 'el padre de la mentira') y de fraudes.
Jesús de Nazaret habla muy duramente a quienes se desentienden de Él y de su mensaje: '¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis oír mi palabra. Vosotros tenéis por padre al diablo, y queréis hacer los deseos de vuestro padre. Él es homicida desde el principio y no se mantuvo en la verdad, porque la verdad no estaba en él. Cuando habla la mentira, habla de lo suyo propio, porque él es mentiroso y padre de la mentira. Pero a mí, que os digo la verdad, no me creéis'. (Jn. 8, 43-45).
Esto es una preocupación constante para la Iglesia, tanto para la Jerarquía como para los cristianos de a pie. Y siempre pensamos que Dios tiene que hablar porque nos encontramos solos en apariencia.
A propósito. Encabeza esta entrada, ya se habrán dado cuenta, una fotografía de la Basílica de Nuestra Señora de Fátima. El día 13 de mayo se celebra su festividad y es una gran ocasión la que se nos presenta de honrarla con la Novena a esa advocación mariana. Y ya que el mes de mayo está dedicado a Ella, pues...
Que Jesucristo Redentor y su Madre Nuestra Señora de Fátima nos asistan y protejan.
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