domingo, 31 de julio de 2016

Los valores de las personas (y III)

ALEGORÍA DEL BUEN GOBIERNO.-AMBROGIO LORENZETTI.-GÓTICO
      De cualquier modo, estas maneras de enfocar la vida mediante actitudes que definan nuestra forma de ser, por las que definimos nuestra existencia, son los valores que hemos ido engarzando en nuestra existencia. Ellos tomarán un arraigo tan fuerte en ella que cuantos estén a nuestro alrededor nos apreciarán (o despreciarán) según el desarrollo de nuestro comportamiento. Son esos valores los que nos harán una persona fiable y convincente por nuestra honradez, sinceridad, ternura, amabilidad, empatía con los que sufren o tienen serios problemas, nuestro servicio a los demás, la humildad, la capacidad de saber disculpar (incluso perdonar), la responsabilidad ante nuestra profesión, ante la familia, ante las tareas que nos sean encomendadas,...
      Todo esto es lo que iremos manifestando en todos los campos. Según en el que estemos en cada momento los valores podrán ser considerados sociales, familiares, políticos, religiosos, morales,... pero en todos ellos habrá de existir una escala (la que siempre he oído  nombrar como escala de valores) que nos mostrará la prioridad de unos sobre otros.
      Es éste un tema apasionante en el mundo de hoy, cuando nos estamos dando cuenta que los valores brillan, precisamente, por su ausencia o por su escaso protagonismo. Parece que estamos viviendo según la ley del más fuerte, en el 'tanto tienes, tanto vales', en emplear la inteligencia  para acumular riqueza, en muchos casos ilícitamente conseguida, pensando que nadie se va a enterar de nada. Naturalmente cuando todo sale a la luz del día y la prensa informa a sus lectores como es su deber, vienen las caídas de muchos ídolos. Hace muchos, muchísimos años, (yo tendría alrededor de doce años), leí en un cómic una frase que jamás se me ha olvidado y siempre he tenido presente: 'Lo que no quieras que se sepa, no lo hagas'. A poco que nos detengamos a analizar un poco lo que encierra esta frase, veremos que es absolutamente cierta.
      Pienso que no debo terminar este tema sin nombrar los valores cristianos. Realmente no son una cosa del otro mundo, porque son prácticamente los mismos valores que he ido citando, pero con un enfoque que tiene en cuenta las actitudes que Jesucristo enseñó durante tres años de su vida pública con su Palabra y con su ejemplo.
FORTALEZA Y JUSTICIA.-TIÉPOLO.-ROCOCÓ
      Los cuatro evangelistas, además de relatar la vida, doctrina y milagros del Salvador, también lo hacen con aquellos episodios que más les han impactado. San Juan, lógicamente, no es ninguna excepción. Al final de la vida del Maestro les va diciendo palabras que ya tienen un cierto sabor de despedida. Y dice algo en su Evangelio que debió impactarle y que posiblemente meditó mucho en su significado: 'Si me amáis, guardaréis mis mandamientos; y yo rogaré al Padre, y os dará otro Abogado que estará con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, que el mundo no puede recibir porque no le ve ni le conoce; vosotros le conocéis, porque permanece en vosotros y está en vosotros'. (Jn.14, 15-17).
PENTECOSTÉS
      Después de resucitar y de su Ascensión al Cielo, vino Pentecostés dando cumplimiento a lo que dijo. Tras más de dos mil años de historia de la Iglesia podemos comprobar que era cierto. Y sigue siendo cierto a pesar de las persecuciones y mártires de todos los tiempos, incluidos los del siglo XXI.
      No hace mucho tiempo (junio de 2016), los periódicos daban la noticia de que en España dos Iglesia habían sido quemadas. ¿Qué tipo de valores existen en las personas que realizan estos actos? Aunque tenga mi propia opinión, lo dejo a su criterio, pero como ejemplo me puede valer para plantear un interrogante: Quienes hayan hecho ésto, ¿dónde tienen sus valores personales? El valor que tiene el respeto a las creencias ajenas y a las personas que por convencimiento son y se declaran cristianos, ¿dónde está? Posiblemente se les llenará la boca proclamando su sistema de vida, su forma de entenderla y vivirla e incluso EXIGIRÁN que se les respete a ellos, pero ¿con qué autoridad y con qué crédito podrán hablar?
LAS VIRTUDES MORALES
      Querer tener unos valores positivos y edificantes es una tarea permanente. Siempre inacabada. Diariamente estamos recibiendo una  serie de experiencias, de informaciones, de ejemplos de personas, que pueden influir en nuestra forma de ser o bien podemos apartarlas de nosotros porque no se adaptan a la forma de entender la vida que cada uno tiene. Si estas experiencias son positivas y nos hacer progresar y crecer como personas, incluso como cristianos, serán válidas en la medida que nos impulsen al perfeccionamiento personal.
      Que a todos nos acompañen y bendigan Nuestra Señora de la Antigua y su Divino Hijo.

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