Bueno. El título, aunque indica con claridad la temática de las siguientes entradas, lo realmente importante es el significado que tiene para nosotros.Pero para llegar a ese punto, me parece necesario pasar por unos aspectos que aunque parezca que no tienen relación con el tema, sí que lo tienen. Y mucho, como se irá viendo.
Es conveniente que el concepto 'mediador/mediadora' lo tengamos claro y para ello me remito a lo más básico: su significado. ¿Cómo define el diccionario este concepto? Veámoslo.
Cualquiera de las tres definiciones, prácticamente iguales, son muy asequibles al entendimiento de cualquier persona. Y como ejemplo no me resisto a poner uno conocidísimo, pero que refleja a fondo un caso de mediación.
'Y el Señor dijo: El clamor de Sodoma y Gomorra ciertamente es grande, y su pecado es sumamente grave. Descenderá ahora y veré si han hecho en todo conforme a su clamor, el cual ha llegado hasta mí; y si no, lo sabré.
No es necesario escribir toda la perícopa. Se puede ver la intención de Dios de destruir la ciudad por sus maldades y pecados y se lo comunica a su amigo Abraham, el cual, movido a misericordia por los habitantes de la ciudad, INTERCEDE por ellos a Dios para que no descargue su justa cólera contra justos e injustos. Pero no pudo ser. A excepción de Lot y su familia no había más justos. Es éste uno de los episodios más hermosos de la Biblia y nos podemos dar cuenta en qué consiste la intercesión o mediación.
La Fe se pone en funcionamiento y busca la intercesión del santo/a de su devoción para que a través de él/ella llegue la curación que pedimos, aunque se tenga claro que quien ciertamente lo puede curar es Dios a través de su intercesor.
Realmente es Jesucristo el mediador perfecto entre Dios y nosotros. No en vano vivió entre nosotros 33 años y nos redimió del pecado. Él es verdadero Dios y verdadero hombre y nos conoce a fondo y nos quiere. San Pablo nos lo dice: 'Porque uno es Dios, uno también el mediador entre Dios y los hombres, el hombre Cristo-Jesús, que se entregó a sí mismo para redención de todos'. (1Tim. 2, 5-6).
También en la Carta a los Hebreos leemos: 'Por eso nuestro Pontífice (refiriéndose a Cristo) ha recibido en suerte un ministerio tanto mejor cuanto Él es mediador de una más excelente alianza, concertada sobre mejores promesas'. (Heb. 8, 6).
Esta mediación o intercesión ha estado siempre presente en la Iglesia. San Agustín así lo expresó: 'Entre la Trinidad y la debilidad del hombre y su iniquidad fue hecho mediador un hombre, no pecador, sino débil, para que por la parte que no era pecador te uniera a Dios y por la parte que era débil se acercara a ti; y así, para ser mediador entre el hombre y Dios, el Verbo se hizo carne, es decir, el Verbo fue hecho hombre'.
Más arriba, en la cita de San Pablo a Timoteo, cuando leemos que uno también el mediador entre Dios y los hombres, el hombre Cristo-Jesús, que se entregó a sí mismo para redención de todos, podría parecer que nadie más puede interceder por nosotros. Acaso a algunos de nosotros nos habrá ocurrido que cuando tenemos algún problema que nos tiene muy preocupados, solemos acudir a personas de nuestra confianza o a miembros de nuestra familia para pedirles que recen por ese problema, por nuestras intenciones e incluso por otras personas que, sin ser de nuestra familia sabemos que están en un grave aprieto. Y lo hacemos. En nuestra intimidad, a través de la oración nos dirigimos a Dios para rogar por ese problema o esa persona. Y no dudamos en interceder por él a nuestro Señor poniéndolo en sus manos.
En la próxima entrada continuaremos con este tema y ya nos centraremos en una persona, máxima intercesora después de su Hijo: la Virgen.
Que Nuestra Madre Santa María de la Pampa y su Hijo nos bendigan e intercedan por todos nosotros.
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