viernes, 17 de agosto de 2018

¿Cómo es Dios? (II)

     Puede parecer raro, extraño o el adjetivo que ustedes prefieran, pero hoy, echando un vistazo al mundo que nos rodea, el panorama sociocultural que nos envuelve nos muestra la realidad de lo que digo: poca, poquísima gente se toma en serio a Dios. Incluso me atrevo a decir que siguen existiendo los fariseos y publicanos del siglo XXI que intentan combatirlo con leyes absurdas e inicuas que contienen en el fondo una persecución perniciosa para la sociedad, como la de intentar suprimir la enseñanza de la religión cristiana en nuestros Centros docentes públicos y privados. 
     
A Dios no se le puede combatir de ninguna manera. El Faraón quiso hacerlo con su ejército, muy bien dotado de armamento, persiguiendo al pueblo hebreo al que Dios sacó de Egipto para llevar a cabo sus planes. El Mar Rojo supuso la tumba para ese ejército y la salvación para el pueblo elegido.
      Dios es lo suficientemente grande, poderoso, magnánimo y... Padre DE TODOS como para aguantar lo indecible esperando su cambio de actitud y abrirle las puertas de su Misericordia. No digo tonterías o, al menos, procuro no decirlas. Por su misericordia, hagamos lo que hagamos, está dispuesto a darnos el abrazo del perdón y olvidar las ofensas. Esa también es una manera del Ser de Dios.   
      No es momento de contar nada en ese aspecto, pero son muchos los casos de personas, tanto hombres como mujeres, que en un momento de sus vidas descubrieron a Dios, experimentaron a Dios y no tuvieron más remedio que optar por Él. Incluso algunos son Santos.
SAN IGNACIO DE LOYOLA
      Jesús se preocupó de preparar a quienes iban a continuar el trabajo que comenzó hasta donde debía o convenía. Les anunció que vendría el Paráclito para transmitirles nuevos conocimientos que permitieran conocer más y mejor a la Santísima Trinidad.
     
Hoy, siglo XXI, quizá conozcamos más cosas que los Apóstoles ciertamente, pero ¡qué poquito lo conocemos todavía! Dios es capaz de sorprendernos tanto a nivel personal como comunitario cuando le parezca conveniente y actúa cuando quiere y como quiere. El cariño que nos tiene a todos (es otra de las formas de su Ser), le impulsa a esperar, como el padre de la parábola del hijo pródigo, que vuelvan a Casa.
      Dando un paso más en esta entrada voy a intentar avanzar en ese conocimiento divino sin pretensión alguna de creerme teólogo o algo semejante. Nada de eso. Sencillamente sería ridículo. Pero...tuve mi momento.  Permítanme una confidencia.
      A los 26 años comencé la lectura del Nuevo Testamento bíblico. Afortunadamente no lo hice como si leyera una novela. Sabía perfectamente lo que hacía y buscaba mediante la meditación, qué cosas me podían decir aquellas perícopas evangélicas que comencé a desgranar para que mejorasen mi relación con Él, con mi familia, con mis compañeros de profesión, con mis amigos,...
    Cuatro años más tarde terminé la experiencia, pero... quedé con hambre de más. Y a aquello siguió la lectura de libros del Antiguo Testamento, subrayando todo aquello que me podía servir para mi perfeccionamiento.       Después...cursos, unos estudios personales y otros dirigidos y lecturas recomendadas que me hicieron avanzar hasta hoy. 
      Y continuo aprendiendo, pero Dios es un campo tan grande que nadie lo puede abarcar. Solamente Él nos puede ayudar haciéndonos ver en algunos momentos el significado profundo de muchas cosas.
      Cuántas veces, después de leer un fragmento evangélico que ya había leído montones de veces, que no me había dicho nada, en ese momento concreto y actual, me di cuenta de lo que estaba transmitiéndome. ¿Cómo no había sido posible entenderlo antes? Pero es así. Eso llega en el momento que Dios quiere y entonces da la luz necesaria para su comprensión.

      Pienso que después de dedicar una vida a mi Padre y Creador orando, leyendo, cuidando mi dedicación a Él mediante el trato y el servicio a cuantos me han rodeado en cada momento, buscando en los escritos de la Biblia, de la Iglesia Católica, de los Padres de la Iglesia, del Papa y de un largo etcétera, me parece que desde mi propia experiencia puedo decir algo, si bien realmente me parece que muy poquito y sabiendo que muchos de ustedes tendrán más y mejores conocimientos que yo.
      Tras este preámbulo, que es como una especie de declaración de intenciones, en la próxima entrada ya intentaré empezar a profundizar un poquito.

      Que nuestra Señora de Covadonga y su Divino Hijo nos protejan y nos den la Paz. 

jueves, 2 de agosto de 2018

¿Cómo es Dios? (I)

     
      Difícil de definir. Difícil de imaginar. ¿Por qué?
      Partiendo del hecho de su existencia real, como queda demostrado a través de la Biblia, desde el comienzo de la creación nos damos cuenta que como un Ser Superior que supera infinitamente nuestro ser y nuestros conocimientos, por vastos que sean, no tenemos conceptos ni vocabulario alguno apropiado para Él, porque nosotros somos unas criaturas finitas y limitadas: nacemos y morimos después de una existencia que puede estar fundamentada en Dios o al margen de su existencia,según la opción que tome nuestra libertad.
     
Tantas veces como intentemos decir cómo es, dónde está, qué forma de vida tiene,...nos tropezamos con nuestras propias limitaciones y por tanto, aun siendo cierto cuanto podamos decir, siempre será infinitamente menor que su verdadera realidad.
      Entonces, ¿qué hacemos? Pues...difícil respuesta, pero me atrevo a decir que sea cual fuere el planteamiento personal que tengamos, no debemos crearnos ningún problema ni tampoco una angustia innecesaria. Debiéramos dejarnos llevar por Él, ponernos en sus manos, confiar en su Providencia, fiarnos absolutamente de los planes que tenga para cada uno,...
      Ciertamente uno de los caminos que nos puede ayudar es que, mediante la lectura de los escritos de personas que han plasmado en ellos sus experiencias y hallazgos en la búsqueda de un Dios que sabían o sentían más o menos cercano a ellos pero no terminaban de 'verlo' (y con el empleo del verbo ver no me refiero a verlo con los ojos del rostro, con nuestros ojos físicos, sino con los ojos de la imaginación, de los conocimientos y, sobre todo, con los ojos de Fe), se pudieran encontrar pistas, ideas, que nos permitieran conocer algún aspecto de ese Dios que se busca. Y a partir de ese pequeño o gran hallazgo iniciar una conversación personal con Él, que seguro nos oye e incluso nos habla en nuestro interior.
     
CARLOS DE FOUCAULD
Han existido muchas personas que han cruzado ese desierto, pero siempre han llegado a algún oasis que les ha permitido tener un rayo de luz, por pequeño que sea, e iniciar un íntimo diálogo con Aquel que siempre está a la escucha de quien le habla.
      Carlos de Foucauld (más adelante hablaré de esta persona), en una carta dirigida a un amigo suyo, le dice: 'Tan pronto creí que había un Dios, entendí que no podía hacer otra cosa que vivir en Él; mi vocación religiosa nace en el mismo momento que mi fe'.
      Pues bien, tan pronto lleguemos a la conclusión de dejarnos llevar por Él,  dejarle llevar la iniciativa con una confianza sin límites, irán llegando los descubrimientos a través de los cuales deberemos saborearlo, disfrutando de ese Padre que iremos descubriendo, que se va sugiriendo en nuestro interior, que nos abraza con el cariño que solamente Él tiene hacia cada uno de sus hijos según sus cualidades, su disponibilidad, su abandono en sus manos...como Jesucristo nos muestra en los Evangelios, y abriéndonos a la acción de su Espíritu Divino que paso a paso, peldaño a peldaño, nos va envolviendo en su infinito Amor para que aprendamos a conocerlo:
PENTECOSTÉS
      'Les he dado a conocer quién eres, y continuaré dándote a conocer, para que el amor con que me amaste pueda estar también en ellos, y yo mismo estaré en ellos'. ((Jn. 17, 26). 'Por mi parte, os voy a enviar el don prometido por mi Padre. Vosotros quedaos en la ciudad hasta que seáis revestidos por la fuerza que viene de lo alto'. (Lc. 24, 49).
      Es un hecho muy claro: Jesucristo ciertamente nació,padeció, murió y, fundamentalmente, resucitó para nuestra Redención, tal como los Profetas de todos los tiempos fueron enseñando.Este Jesús continúa ejerciendo su Magisterio a través de esa Iglesia que fundó sobre la base de Pedro y desde ella se pone a nuestra disposición para mostrarnos el camino que debemos seguir (obviamente cada uno tendrá el suyo propio) para ir conociendo a golpes de Espíritu Santo, el Dios y Padre que todos tenemos. A cada uno nos llegará nuestro personal Pentecostés a medida que progresemos en la Fe que pongamos en la Santísima Trinidad.

     Esto no es nada nuevo en su forma de actuar. Sus Amigos más directos, los Apóstoles, que estuvieron conviviendo con su Maestro durante tres años aproximadamente, oyéndole predicar a diario a las gentes e incluso recibiendo explicaciones personales cuando algo no entendían en alguna predicación, no alcanzaron a entender lo que debían transmitir hasta que el Padre les envió su Espíritu en el primer Pentecostés de la jovencísima Iglesia que en ese momento comenzaba a funcionar y a vivir como tal.
     Los amigos más directos de Jesús en el siglo XXI somos todos los que estamos con Él, por Él y en Él abiertos a sus enseñanzas y a su conocimiento. Seguiremos con este tema en la próxima entrada.
      Que Nuestra Señora del Pronto Socorro y si Hijo nos bendigan y ayuden.