viernes, 15 de agosto de 2008

Ejercicios Espirituales y el LOGOS

Es curioso que en algunas conversaciones que he tenido y ha salido el tema de las vacaciones, incluyendo el lugar donde se ha ido y las actividades que se han realizado, cuando me ha tocado exponer mi parte y he dicho que he ido a Zaragoza para hacer Ejercicios Espirituales, en ‘Quinta Julieta’, había que ver las caras de algunos. Hay quien se ha lanzado más y me ha dicho: ‘Pero, ¿es que todavía se hacen esas cosas? ¿Qué sentido tiene que unos días que tienes para descansar te dediques a eso?’

Sí. El dedo se ha puesto en la llaga. ¿Qué sentido tiene dedicarse a hacer Ejercicios Espirituales cuando hay ofertas de ocio y diversión, que están bien y son muy respetables en función de quien las elige, que aparentemente te pueden llenar la vida o, al menos, parte de ella?


Es un tema que en nuestra sociedad, donde la religiosidad y los valores éticos cristianos están ninguneados, si no solapadamente perseguidos, no se valoran. Ni siquiera a los niños se les da una educación mínimamente cristiana, por lo general.

Sinceramente. Cuando se hace un repaso a la vida que has vivido, a todos los acontecimientos que has protagonizado, a todos los problemas que has tenido que resolver, te has dado cuenta que nunca has estado solo porque ha existido Alguien en tu vida que te ha cogido de la mano (y a veces del cuello porque te alejabas demasiado) y te ha ido ayudando en todo, te das cuenta de las cosas que tienes que agradecer, o mejor, agradecerle.


Algo así ocurre en los Ejercicios Espirituales. Yo pensaba que iban a hablar del infierno, del pecado y cosas así. Me equivoqué. Eso era por los años 50 del siglo pasado. Ahora hay una concepción nueva. Es cierto que los Ejercicios Ignacianos requieren el silencio absoluto las veinticuatro horas del día, pero es que es ABSOLUTAMENTE NECESARIO. Y no digo ninguna tontería.

Venimos de un mundo donde la prisa y el estrés compiten por apoderarse del mayor número de personas. No hay tiempo de reflexionar. Y siempre hace falta en algún momento de la vida que alguien o tu mismo, te digas: ‘¡Párate! Piensa y reflexiona sobre el desarrollo que lleva tu vida. ¿Qué debo corregir? El sentido que le estoy dando, ¿es trascendente o es aborregado, servil, automatizado,…?


Es necesario que usemos de nuestra solitariedad (que no de la soledad) para saborear el silencio,… el reposo,… pensar,… funciones que hoy parecen solamente aplicables, especialmente la de pensar, en el mundo laboral, empresarial o en una fiera competitividad en el mercado del consumo.

En unos Ejercicios Espirituales solamente te dan unas pautas para tu trabajo personal. Para tu reflexión. Y ahí entra en acción el LOGOS, porque Él es el centro y la razón de ser de los Ejercicios. Solamente que, por mucho que sepas, siempre hay nuevos descubrimientos que hacen de Jesucristo una Persona siempre válida, nueva y actual.

Son una invitación a ir descubriendo a Jesús desde una faceta sacada de algún fragmento evangélico. No se trata de ver el Evangelio de Jesús, sino el Jesús del Evangelio, sin retóricas, literaturas ni idealizaciones. Tal como es a través de sus actuaciones, tanto con sus discípulos como con la gente llana. Y analizar el valor de sus frases, por ejemplo, ‘No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores’ (Mc, 2, 17).


En cierta ocasión que iba con los discípulos se tropezó con diez leprosos que le pidieron que tuvieran piedad de ellos. Y los curó. Pero sólo uno volvió. Se postró a los pies de Jesús para AGRADECER su gesto, el favor de quitarle la lepra. Era samaritano, un extranjero para los judíos. Y la respuesta de Jesús: ‘¿No quedaron limpios los diez? ¿Dónde están los otros nueve?’ (Lc.17, 11-19)

¿Quién se mostró agradecido? El extranjero. Los otros nueve eran judíos, que teóricamente al menos, también debieran haber vuelto a agradecer lo que recibieron. ¿Cómo se mostró agradecido? Echándose a los pies de Jesús. Acaso nosotros veamos una actitud humillante. No. Eso sería ver esa acción con ojos del S. XXI. En época de Jesús era normal.


Pero también hay que ver la respuesta de Jesús. Hay decepción. No porque Él necesitase su agradecimiento, pero eran sus paisanos. Y le dolió. ¿Cómo nos hubiéramos sentido nosotros? Solamente con este fragmento hay materia para pensar, meditar. Sólo tendríamos que colocarnos en el papel del samaritano agradecido y en el de Jesús. Analizar cada perspectiva y objetivarla. Ver cómo nos sentiríamos nosotros después. Y no olvidemos la última reacción de Jesús: ‘Levántate. Vete. Tu fe te ha salvado’. Es para nota. Sin desperdicio. Es la fe la que salva… La de cosas que se pueden descubrir ahondando en la misericordia de Jesucristo con todos. Incluidos nosotros.

Y así, pasaje tras pasaje de la Palabra, del LOGOS. Y en silencio. Exterior e interior para ser objetivos y veraces con nosotros mismos en nuestras apreciaciones y conclusiones, sabiendo dar pecho a las realidades que tenemos en nuestra cotidianidad y tener la suficiente honradez personal para programar las rectificaciones o cambios de rumbo que creamos necesarios en nuestra vida para que nuestra lealtad, fidelidad y forma de vida sea coherente con lo que queremos que Jesucristo sea para nosotros y nosotros para Él.

Pues por ahí van los caminos de los Ejercicios Espirituales. No muerden. Totalmente garantizado que se sobrevive a ellos. Y que los compromisos que uno adquiera, según sus descubrimientos consigo mismo y con las personas, cosas y circunstancias de su entorno, sepa que van a ser realizables desde la cotidianidad de los días y con la ayuda de Cristo.

De alguna manera eso han sido mis Ejercicios Espirituales y muchísimo más que está en mi intimidad y en mi oración. Francamente, vale la pena. En serio. Mi invitación es a hacerlos en cuanto se pueda, pero buscando la ocasión para ello. Y hace más el que quiere que el que puede.

7 comentarios:

euterpe dijo...

Estimado tio Maset:
Naturalmente que hace más el que quiere que el que puede. Como muy bien se refleja en su nueva entrada, es muy necesario un tiempo de silencio, de pararse y reflexionar para hacer balance de nuestra vida interior y retomarla con ánimo y objetivos renovados.
Es cierto también que muchas personas están viviendo circunstancias que les impiden tener unos días para dejar todo y encontrarse exclusivamente con el Señor. En estos casos se pueden hacer Ejercicios en la vida corriente. Duran más tiempo pero también son útiles. Y aunque sea difícil de creer, Dios no deja de distribuir su gracia a quienes hacen todo lo posible por acercarse cada vez más a Él.
Es muy importante dedicar cada día un tiempo a la lectura espiritual y a la oración; sin esto la vida del alma no progresa.
Celebro su experiencia y espero que dé mucho fruto.
Un cordial saludo.

Anónimo dijo...

Hola Sr. Maset:

Me encanta verle de nuevo en forma y nunca mejor dicho. Unos están en forma en los Juegos Olímpicos( son las estrellas del Olimpo por unos instantes) y otros muchos son estrellas del día a día. En forma se está todos los días siempre que nos sentimos en presencia de Dios, siempre que nos sentimos protegidos por esa mano apacible que es la única que nos salva de posibles lesiones que se puedan enquistar en el alma del caminante.

Celebro enormemente que haya hecho unos ejercicios espirituales con toda la carga de vitalidad que proyectan a lo largo del tiempo. Muchas veces el fruto de esos ejercicios se muestran cuando han pasado semanas o meses incluso, cuando se es capaz de asimilar y entender qué es lo que se ha estado haciendo allí, para qué y cuál es el sentido de nuestras vidas allá donde estemos instalados cada uno. Cuando se sale de unos días de retiro tenemos fuerzas para todo, parece que lo vemos todo claro, la luz nos ciega pero es importante concretar pequeños propósitos de mejora personal. Sabemos qué es lo que queremos pero no muchas veces cómo hacerlo, o simplemente lo vemos muy fácil allí, aislados, pero en casa y en la vida cotidiana todo se complica y eso es lo más peligroso porque nos pueden entrar las dudas y el desánimo.

Sin duda la mente nos juega malas pasadas incluso después de unos ejercicios espirituales, sólo la Gracia de Dios y la frecuencia de los sacramentos nos pueden ir ayudando a limpiar las telarañas que adormecen y entristecen nuestra vida.

En esta lucha diaria, los ejercicios espirituales son el bálsamo que calienta nuestro cuerpo maltrecho por la rutina. Prepararse para el día a día es el ejercicio más complicado ya que precisa de una constancia que sólo se puede conseguir cuando uno se pone en manos de Dios.

Me encanta leerle en el blog y disfruto cuando veo a gente con alegría, ilusión y ganas de mostrar luz en el, muchas veces, angosto pero entregado peregrinar de todos y cada uno de nosotros.

Anónimo dijo...

"ESA",
otra ejercitante del grupo en Zaragoza "Quinta Julieta", apoya todo lo que el tío Maset expresa lleno de gozo, y se une a tantos seguidores de Jesús, el Obrero de Nazaret, por los caminos de nuestra Galilea de cada día.
Allí, en el silencio y el sosiego, hemos escuchado nuevamente al Maestro decirnos. "¡Venid conmigo..., sí CONMIGO, no solos, y contad a la gente lo que habéis visto y oído!"..., aprovechad estas ondas mágicas para contarlo.
Gracias, Señor Jesús, por estos regalazos: el haber disfrutado ocho días de unas fabulosas vacaciones CONTIGO...., de tu ternura y tu amor. Lo demás, Tú lo seguirás haciendo con cada uno.
26 de agosto de 2008

El tío Maset dijo...

Estimada "ESA". Para el tío Maset ha sido una especial alegría compartir este blog con quien compartió sus Ejercicios. Bienvenida y sabes que tanto tú como tus compañeras de Comunidad tenéis esta páginas a vuestra entera disposición. Gracias. Vuestras aportaciones pueden ser para alguien que no conocemos de una ayuda inestimable en 'ese' momento en que las puedan leer. Pienso que como instrumentos de Dios, Él puede actuar donde quiera y con quien quiera a través de nosotros.
Por otra parte deseo comentar un gran acierto que encuentro en la cita que pones:"¡Venid conmigo..., no solos...". Pienso que el fundamento de ese pensamiento de Jesús es su propia experiencia de Comunidad con el Padre y el Espíritu. Es el Dios Uno y Trino a la vez a quien adoramos desde nuestro propio silencio, desde la intimidad de nuestra vida dedicada y entregada a Él desde el estado de cada uno. Y ese Dios es el que nos asiste en la Galiles de cada día, com mencionas. Benditas seáis y hasta siempre en la Comunión. El tio Maset.

Luis Daniel dijo...

El credo dice:

creo en el espiritu santo señor y dador de vida que procede del padre y el hijo y que con el padre y el hijo reciben una misma adoracion y gloria...

Luis Daniel dijo...

... y que hablo por los profetas..

Luis Daniel dijo...

eso dice el credo de la Iglesia Catolica, consulte el catecismo de la Iglesia Catolica! Bendiciones! :D