martes, 6 de septiembre de 2016

¿Cielo? ¿Reino? ¿Universo? (II)

      Sí, señoras y señores. El tema del cielo es, realmente, apasionante y cuando se trata este tema en alguna reunión formativa es una auténtica gozada escuchar las diversas opiniones, los argumentos planteados, las evidencias más contundentes,... Y curiosamente todos suelen coincidir en una opinión generalizada que en la entrada anterior mencioné: no tenemos palabras apropiadas para abordarlo como se debiera.
      Pero no hay más alternativa que emplear los conceptos y el vocabulario que poseemos y en ellos nos tenemos que centrar. No obstante lo dicho, sí que podemos apoyarnos en algo tan real y rico en contenido como son las Sagradas Escrituras. La Biblia contiene citas que nos pueden aclarar cosas, pero ¡cuidado! Eso no significa en modo alguno que lo digan todo. Las citas apropiadas pueden aportarnos una luz según el fragmento que empleemos en cada tema o aspecto que tratemos.
      La Tradición y los Santos Padres son de enorme utilidad. Forman parte del camino que la Iglesia ha recorrido a lo largo de los siglos para conocer los misterios de Dios y cuál es su voluntad con respecto a la Humanidad.                            'Como dice la Escritura, anunciamos: lo que ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni al corazón del hombre llegó, lo que Dios ha preparado para los que le aman. Porque a nosotros nos lo reveló Dios por medio del Espíritu; y el Espíritu todo lo sondea, hasta las profundidades de Dios'. (1Cor, 2, 9-10). No sé cuántas veces habrá podido leer este fragmento de la Carta primera a los corintios cuantos lean estas líneas, pero desde los dieciséis años que tenía yo cuando comencé a leer el Nuevo Testamento con un poquito de interés y mucha seriedad, búsqueda y afán de saber, esta lectura me impactaba. Y lo sigue haciendo. Más aún. Cuando comencé a plantearme cómo iba a ser el Más Allá cuando muriese, leía, meditaba y le daba muchas vueltas a este fragmento. Lo veía como una posible respuesta a mis interrogantes.-
      Si una vida debía ser trascendente y se vivía como una respuesta a Dios desde nuestra existencia intentando vivir según su voluntad, necesariamente Dios iba a dar una respuesta más tarde o más temprano. Pero NADIE. Nadie puede imaginar realmente lo que Dios nos va a preparar a quienes hagamos por Él la opción de la vida. Y eso me daba serenidad, pero también preocupación por los fallos que pudiera tener.
      Con el paso de los años fui haciendo nuevos descubrimientos en la actitud de misericordia, de perdón, de generosidad, de ternura que Dios tiene con cada uno de nosotros. Hoy, unos cuarenta y cinco años después de aquellos comienzos, con mucha más madurez que entonces y abandonado completamente en sus manos y en los brazos e intercesión de la Santísima Virgen, su Madre (y también nuestra Madre), estoy mucho más centrado en mi vida cristiana, pero eso sí, sin bajar la guardia lo más mínimo, porque 'el diablo,vuestro enemigo, ronda como león rugiente buscando a quién devorar'. (IPe. 5, 8).
      Discúlpenme, por favor, esta pequeña confidencia personal nacida de lo más hondo de mi fe cristiana. Han sido muchos años de búsqueda, muchas veces encontrando algo con ayuda de un sacerdote amigo o sin ayuda, pero siempre a través de la meditación de la Palabra. Otras veces, las menos, no sacaba sino aridez y alguna pequeña confusión, pero seguía adelante porque sabía que aquello no era el final ni tampoco lo definitivo. El Verbo divino me ha ayudado no pocas veces con la ayuda de fragmentos del Antiguo y del Nuevo Testamento, que también intentaré compartir con ustedes. Pero la aventura continúa hasta que llegue el momento de estar cara a cara con Dios y conocerlo todo tal como me lo enseñe Él directamente: 'Ahora vemos en un espejo, en enigma. Entonces veremos cara a cara. ahora conozco de un modo parcial, pero entonces conoceré como soy conocido'. (1Cor. 13, 12).
      Les puedo asegurar que mis comienzos sobre e Cielo eran los mismos que los de mucha gente: un lugar. El problema vino luego cuando me planteé dónde podría estar. Hoy sonrío de aquello, pero hubo que pasarlo, porque dando un paso más vino el siguiente interrogante: Siendo Dios inmutable, por pura lógica no podía cambiar. Dios es 'EL-QUE-ES' por propia definición y así se lo dice a Moisés cuando éste le pregunta por su nombre. La respuesta queda muy clara: 'Yo soy el que soy. Explícaselo así a los israelitas: YO SOY me envía a vosotros'. (Ex. 3, 14). 
      Era y es el mismo Dios de la Creación, el mismo Dios del hombre neandertal, de las personas del siglo XV o de las del siglo XXI, entonces, ¿dónde podía caber tanta gente que cuando fuera redimida irían al Cielo, además de los que todavía tenían que nacer hasta la consumación de los siglos?
      Esto me agotaba. Era imposible. La respuesta vino por sí misma aunque fuera simplista: el 'lugar' no podía ser material. Pregunté y leí mucho y al final llegó la luz: era un 'estado'. Una forma de ser y existir distinta, inmaterial, espiritual,... Isaías, empleando la forma coloquial que tenía, escribe: 'Así dice el Señor: El cielo es mi trono y la tierra el estrado de mis pies. ¿Cómo pretendéis construirme una casa o un lugar para que yo viva en él?' (Is. 66, 1). Este fragmento podría ser considerado como básico para intentar entender un poquito que la morada de Dios no puede ser algo material, aunque el Hacedor esté empleando expresiones del vocabulario humano para que lo entendamos.

      Cuando a Jesucristo le piden los discípulos que los enseñe a orar, va desgranando las frases del Padre Nuestro y lo comienza, como todos sabemos, con la expresión 'Padre nuestro, que estás en los cielos,...', pero lógicamente, pero no hace referencia un 'lugar' material tal como nosotros lo entendemos, sino a una forma o manera de 'estar', porque Dios puede estar donde le plazca, incluido el 'estar' dentro de nosotros mismos, en nuestro interior. ¿No lo tenemos en nuestro interior cuando lo recibimos en la Eucaristía? Así es y así lo creo por la fe, porque de otro modo no se podría entender que la Eternidad hiciese morada en nosotros.
      En la próxima entrada veremos algunos contenidos bíblicos que hacen referencia al Cielo.

       Que Nossa Senhora do Carmo Church nos proteja, bendiga e interceda por todos nosotros.

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