miércoles, 15 de junio de 2011

¡¡Sorpresa…!!


Sí, amigos. No me resisto a la tentación de poner esta agradabilísima sorpresa ante sus ojos, porque al cabo de tres años de presencia del blog en los que he compartido muchas cosas con ustedes, deseo compartir una cosa más, pero tienen mi compromiso de continuar con los temas que voy anotando periódicamente. Hemos visto 'El pecado'. Luego vendrán, si Dios quiere, los siete pecados capitales y sus virtudes correspondientes. Veamos.

Es posible que consideren que es poca cosa. Acaso así sea. Pero para mi pequeño corazoncito ha sido algo muy entrañable, especialmente como cristiano, porque en esos vídeos que les he puesto a través de unos enlaces en la parte izquierda, he reconocido la ciudad donde permanecí treinta y cuatro años ejerciendo la docencia y donde tanto mi esposa como yo alcanzamos una madurez cristiana que solidificó nuestro compromiso con la Iglesia.

Han sido muchos años destinados a trabajar con los jóvenes y algunos de nuestros alumnos son hoy sacerdotes diocesanos o fueron a Órdenes religiosas. Ya sé que eso no se debe a nosotros. También sé que es Dios quien hace la llamada. Pero también sé que acaso Dios se haya valido tanto de sus padres como de nosotros, como instrumentos para que ellos profundizasen en la llamada.

Hoy, al reconocer aquellas calles, aquella oficina de correos donde se detienen para enviar el mensaje simbolizado por la enorme carta, me hace pensar que la juventud de hoy también tiene unos valores enraizados en el cristianismo y que no está todo perdido.

‘Yo estaré con vosotros hasta la consumación del mundo’, dijo nuestro Maestro. (Mt. 28, 20). Y esto es un dato a tener en cuenta para todos. Sinceramente pienso que su mensaje, si bien breve, mantiene todo un contenido de riqueza evangélica universal que bien merecía un alto en el camino del blog, por ellos y por el sacerdote que les pueda estar animando a descubrir esa persona llamada Jesucristo, que a todos llama sin distinción de raza, nacionalidad o color, como ellos transmiten muy bien.

Mi felicitación a ellos. Mis disculpas a ustedes si les defrauda. En cualquier caso es la Iglesia la que está con ellos y todos nosotros somos Iglesia.


Que Jesús de Nazaret, latente en el mensaje de estos muchachos y muchachas y Nuestra Señora de la Nube, nos bendigan.

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