viernes, 11 de enero de 2013

No está aquí. Ha resucitado

RESURRECCIÓN, BAUTISMO Y NACIMIENTO.-Triptico de Modena.-El Greco.-MANIERISMO


Me impone mucho respeto, sí. No lo puedo evitar. Hablar o escribir sobre el hecho más trascendente y grande de la Historia de la Salvación no es cualquier cosa, pero lo voy a intentar procurando aprovechar lo que dicen las Escrituras, los Padres de la Iglesia y mis modestos estudios.

San Pablo lo vio tan claro que no dudó en transmitirlo a los cristianos de Corinto: ‘Y si Cristo no ha resucitado, tanto mi anuncio como vuestra fe carecen de sentido….’. (1Co. 15, 14); ‘Y si Cristo no ha resucitado, vuestra fe carece de sentido y seguís aún hundidos en vuestros pecados’ 1Co. 15, 17);  ‘Pero no. Cristo ha resucitado de entre los muertos, como anticipo de quienes duermen el sueño de la muerte’ (1Co. 15,  20).

 CRISTO.-DOMENICO PASSIGNANO.-RENACIMIENTO
Es un hecho lo suficientemente importante para querer limitarlo a un acontecimiento histórico más o menos épico que sucedió hace unos cuantos siglos (dos milenios ya) sin ninguna consecuencia para nadie. Craso error. Es precisamente lo contrario.
ANDREA MANTEGNA.-RENACIMIENTO
En la Historia de la Humanidad han surgido grandes Imperios: Alejandro Magno, Roma, Napoleón, el Imperio español, etc, pero en cuanto han desaparecido las personas que los sustentaban con la fuerza de las armas o su ideología se ha superado, han caído como un castillo de naipes. Queda su recuerdo en los libros de Historia. El Logos no murió en la cruz por nada y por eso titulé este blog “Biblia y Logos. Actuación de la Palabra de Dios en la Historia de la Humanidad”. Sí que ha tenido que ver con ella y no es poca cosa.

PEDRO PABLO RUBENS.-BARROCO
La presencia de la Palabra entre los hombres y mujeres de todos los tiempos es un acontecimiento tan importante que el tiempo comenzó a contarse desde el antes y el después del Nacimiento de quien es el Señor de la Historia, que diariamente se hace presente en nuestra historia personal y en la de la misma Iglesia. Precisamente ella es la referencia más importante de la presencia de Jesucristo Resucitado: si al cabo de más de dos mil años de su Nacimiento (recientemente celebrado y conmemorado en la cristiandad, entre las personas que le permanecemos fieles) la Iglesia continúa su labor de Madre y Maestra a pesar de los acontecimientos que ha vivido en todos los tiempos, es porque el Espíritu del Resucitado está entre nosotros y no va a dejarla caer ni abandonarla..

Y si además tenemos en cuenta que el Logos, conociendo las persecuciones que iban a darse en el mundo, más o menos solapadas, otras sangrientas, inspiradas todas ellas por Satanás, príncipe de este mundo, nos dejó un aviso para que permaneciéramos alerta: ‘Las puertas del infierno no prevalecerán contra ella’.(Mt.16, 18)  Y así está sucediendo.

MURAL.-RON DICIANNI.-S. XX
Es cierto lo que dice el Catecismo de la Iglesia Católica en su punto 652, “La Resurrección de Cristo es cumplimiento de las promesas del Antiguo Testamento (cf. Lc.24, 26-27, 44-48) y del mismo Jesús en su vida terrenal (cf. Mt. 28, 6; Mc. 16, 7; Lc. 24, 6-7). La expresión ‘según las Escrituras’ (cf. 1Co. 15, 3-4 y el Símbolo Nicenoconstantinopolitano) indica que la Resurrección de Cristo cumplió estas predicciones”.

Y San Agustín insiste y establece la importancia auténtica de la Resurrección en la vida de los cristianos y marca las diferencias con los que no lo son: ‘No es grande cosa creer que Cristo muriese, porque esto también lo creen los paganos y los judíos y todos los inicuos: todos creen que murió. La fe de los cristianos es la Resurrección de Cristo; esto es lo que tenemos por cosa grande, el creer que resucitó’. (San Agustín. Comentarios sobre el Salmo 120).

CARL BLOCH.-REALISMO DANÉS
Pero vamos a centrarnos ya en los acaecimientos sucedidos a partir de los relatos evangélicos. Pero con el fin de poder analizar un poquito este prodigio divino entre nosotros, hoy trataré la Resurrección en sí misma. Las otras entradas que le dedique serán para las apariciones a diversas personas, pero no adelantemos acontecimientos. ¿Qué pasó ‘al tercer día’? Partimos del anuncio que el mismo Jesús adelantó. ‘Como estuvo Jonás en el vientre del cetáceo tres días y tres noches, así estará el Hijo del hombre tres días y tres noches en el corazón de la tierra’. (Mt. 12, 40).

Pero en ese momento nadie se acordaba de estas palabras. Los ánimos de todos, la Madre, los apóstoles, los amigos,…estaban bajo mínimos. Además, eran conscientes que si al Maestro le habían hecho aquella salvajada, ellos podían ir detrás. Y esto les hacía permanecer juntos, sí, pero escondidos. La tristeza, el desconsuelo, la incertidumbre…hacían acto de presencia en sus vidas. Le habían visto realizar milagros y eso le avalaba como Dios, pero había algo que no encajaba.

PAOLO VERONESE.-MANIERISMO
Aquel aciago Viernes Santo había quedado atrás. El segundo día de su muerte, el sábado, Fiesta de la Pascua para los judíos, nadie se acercó al sepulcro, salvo la guardia que Pilatos, a petición del Sanedrín, había colocado allí para vigilarlo. Pero al tercer día de su muerte empezaron nuevos acontecimientos que a todos dejaron asombrados desde su incredulidad, porque

‘Pasado el sábado, ya para amanecer el día primero de la semana, vino María Magdalena con la otra María a ver el sepulcro. Y sobrevino un gran terremoto, pues un ángel del Señor bajó del cielo y acercándose removió la piedra del sepulcro y se sentó sobre ella. Era su aspecto como el relámpago, y su vestidura blanca como la nieve. De miedo de él temblaron los guardias y se quedaron como muertos. El ángel, dirigiéndose a las mujeres, dijo: No temáis vosotras, pues sé que buscáis a Jesús el crucificado. No está aquí; ha resucitado según lo había dicho. Venid y ved el sitio donde fue puesto. Id luego y decid a sus discípulos que ha resucitado de entre los muertos y que os precede a Galilea; allí le veréis. Es lo que tenía que deciros’. (Mt. 28, 1-7).

DELLA ROBBIA.-RENACIMIENTO
Bueno. ¿Qué se puede decir a esto? Aunque más que ‘decir’ algo, acaso sería más apropiado intentar meternos cada uno en la piel de esas mujeres, imaginar que el ángel se dirige a nosotros y nos cuenta lo que les dijo a ellas, dándonos el encargo de avisar a la comunidad reunida en algún lugar que ellas conocían. ¿Cómo estaríamos nosotros? ¿Qué hubiésemos sentido? San Mateo nos sigue diciendo que ellas ‘Partieron ligeras del monumento, llenas de temor y de gran gozo, corriendo a comunicárselo a los discípulos’. (Mt. 21, 8).

Personalmente pienso que ese ‘llenas de temor’ no refleja su verdadero estado de ánimo. No todos los días se aparece un ángel para dar un mensaje de esa envergadura. Eso ya es un primer motivo para reflexionar sobre la Resurrección. Nosotros, viviendo a más de dos mil años de este acontecimiento, ¿somos conscientes de la alegría que habríamos sentido? Porque ellas habían visto el interior del sepulcro y sabían que estaba vacío. Nadie se había llevado al Maestro porque los soldados lo hubiesen impedido, ya que una desobediencia en ese sentido la hubieran pagado muy cara. Quizá con su vida.

JAMES TISSOT.-S. XIX
San Cirilo, haciendo referencia a este momento, dijo hace mucho tiempo: ‘Y entrando, no hallaron el cuerpo del Señor. No habiendo encontrado el Cuerpo de Jesús, porque había resucitado, eran agitadas por diversas ideas; y como amaban tanto al Señor y se hallaban tan apenadas por su desaparición, merecieron la presencia de un ángel’. (San Cirilo. Catena Aurea, vol. VI, pág. 524). Parece ser que también meditó algo sobre este fascinante momento.

San Marcos nos da unos datos más que vienen a corroborar lo anterior. Cita a otra mujer, a Salomé, y las tres iban con aromas para ungir al Maestro, pero se planteaban un problema muy serio: ‘¿Quién nos removerá la piedra de la entrada del monumento? Y mirando, vieron que la piedra estaba removida; era muy grande. Entrando en el monumento, vieron un joven sentado a la derecha vestido de una túnica blanca, y quedaron sobrecogidas de espanto. Él les dijo: No os asustéis. Buscáis a Jesús Nazareno, el crucificado; ha resucitado, no está aquí; mirad el sitio donde le pusieron. Pero id a decir a sus discípulos y a Pedro que os precederá a Galilea; allí le veréis como os ha dicho. Saliendo, huían del monumento, porque el temor y estupor se habían apoderado de ellas, y a nadie dijeron nada; tal era el miedo que tenían’. (Mc. 16, 1-8).

PIERO DELLA FRANCESCA.-RENACIMIENTO
San Lucas, en su relato, especifica que ellas entraron en el sepulcro y lo vieron vacío. No hallaron el cuerpo de Jesús. Entonces ‘se les presentaron dos hombres vestidos con vestiduras deslumbrantes. Mientras ellas se quedaron aterrorizadas y bajaron la cabeza hacia el suelo, les dijeron: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí; ha resucitado. Acordaos cómo os habló estando aún en Galilea, diciendo que el Hijo del hombre había de ser entregado en poder de los pecadores, y ser crucificado, y resucitar al tercer día. Ellas se acordaron de sus palabras, y volviendo del monumento, comunicaron todo esto a los once y a todos los demás’. (Lc. 24, 1-9). Ciertamente está muy sintetizado. Es muy conciso el relato de los Evangelios, pero acaso sea para nosotros una invitación para rehacer con nuestra imaginación cada uno de estos momentos, intentar vivirlos, sentirnos protagonistas,…porque de alguna manera tal vez lo seamos.

Claro que algunos soldados que vigilaban la sepultura, movidos quizá por el terror que sentían, no se atrevieron a decírselo a sus jefes. Conocían lo que les podía pasar y marcharon para contárselo a los príncipes de los sacerdotes. ‘Reunidos éstos en consejo con los ancianos, tomaron bastante dinero y se lo dieron a los soldados, diciéndoles: Decid que, “viniendo los discípulos de noche le robaron mientras nosotros dormíamos”. Y si llegase la cosa a oídos del gobernador, nosotros le convenceremos para que no os inquietéis. Ellos, tomando el dinero, hicieron como se les había dicho. Esta noticia se divulgó entre los judíos hasta el día  de hoy’. (Mt. 28, 11-15).

GERMAIN PILON.-RENACIMIENTO
Pero a pesar de la actitud de los soldados y los sacerdotes, sucedió lo que dice San Jerónimo: ‘Después de la tristeza del sábado resplandece un día feliz, el primero entre todos, iluminado con la primera de las luces, ya que en él se realiza el triunfo de Cristo resucitado’. (San Jerónimo. Comentario al Evangelio de San Marcos 16).

Y…discúlpenme. Ya sé que he puesto solamente cuadros de este momento, pero es que vale la pena mirar cómo han proyectado su arte diversos pintores y escultores, cómo han dado vida a este momento singular mediante el enfoque personal realizado desde sus pinceles o cinceles.

Continuaremos con este tema, raíz de nuestra fe. Que el Señor Resucitado y su Madre nos bendigan abundantemente.

PINTURICCHIO.-RENACIMIENTO

VIRGEN DE LA MERCED.-BARROCO CUSQUEÑO

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