APARICIÓN DE JESÚS A LOS APÓSTOLES A PUERTA CERRADA.-
DUCCIO DI BUONINSEGNA.-GÓTICO
Pues claro.
¡Faltaría más! ¿Cómo no iba a visitar, a ver nuevamente, a sus amigos
incondicionales de andaduras y vivencias durante unos tres años? Estaba claro
que lo abandonaron, a excepción de Juan que aguantó en el Gólgota con la Virgen asistiéndola en todo momento,
e incluso lo negaron, pero el tiempo que los estuvo preparando no quedaba en el
olvido. Él los había elegido y era por algo y para algo.
El objetivo de la
Redención era un tema exclusivo de Jesús. Y eso es fácil de ver, al cabo de los
XXI siglos transcurridos, para nosotros. Podemos, si nos lo proponemos desde el
prisma de la objetividad y de la rectitud de conciencia, ver y analizar que la
decisión de Dios de asumir la naturaleza humana para salvarnos de las garras
del Mal, fue un acto de amor consecuente de su obra creadora formando al ser
humano al final de la misma.
TENTACIÓN DE EVA.-John Roddam Spencer Stanhope.-PRERRAFAELITA
Y destinarlo a la felicidad, lastimosamente
perdida por el mismo afán de Luzbel de querer igualarse a Dios. Y por ahí entró
a Eva, según el Génesis, cuando ella explicó a la serpiente que ‘nos ha
prohibido comer del fruto del árbol que está en el centro del huerto, porque
moriremos’. En la respuesta de la serpiente encontramos la similitud: ‘No
moriréis. Lo que Dios sabe que en el momento en que comáis se abrirán vuestros
ojos y seréis como Dios, conocedores del bien y del mal’. (Gén. 3, 2-5).
Belén fue el
comienzo de la magna epopeya divina. La Resurrección de Cristo fue su
culminación. Y eso lo tenía que hacer sólo. ¿Para qué, entonces, eligió a los
Doce y le siguió tanta gente? Pues ya que a todos nos creó con el don de la
libertad, quiso que cada uno de los humanos hiciésemos nuestra propia elección,
de la misma manera que en el Edén la hicieron nuestros primeros padres. Y que
cuando Él volviese al Padre, los Apóstoles y discípulos continuasen su obra
transmitiéndola a todo el mundo mientras hubiese personas en él.
Y para eso
fundó la Iglesia y puso a Pedro al frente de ella, a pesar de sus negaciones. Y
ahí tenemos hoy al Papa Francisco como antes a Benedicto XVI, y antes a Juan
Pablo II, y antes…Así hasta llegar al mismísimo Pedro.
Así pues,
volviendo a los momentos inmediatamente posteriores a la Resurrección de
Jesucristo, nos encontramos con un panorama de pena: apóstoles y discípulos
decepcionados marchándose a sus casas. Se dispersaron y cada uno volvió a sus
quehaceres anteriores. Nadie estaba en condiciones de pensar en la promesa de
la Resurrección de Jesús: ‘El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de
los hombres, le darán muerte y, después de morir, al tercer día, resucitará’
(Mc. 9, 31).
Incluso cuando
María Magdalena les comunicó que la piedra del sepulcro estaba corrida y éste
vacío, no lo quisieron admitir, a pesar de que Pedro y Juan corriesen a
comprobarlo y así lo vieran. No podían asumir este hecho. No lo entendían. Era
demasiado para sus pobres inteligencias un hecho de semejante magnitud. Sin
embargo…
APARICIÓN A SUS DISCÍPULOS EN EL CENÁCULO.-James_Tissot.-S. XIX-XX
‘Aquel mismo
domingo, por la tarde, estaban reunidos los discípulos en una casa con las
puertas bien cerradas, por miedo a los judíos. Jesús se presentó en medio de
ellos y les dijo: -La paz esté con vosotros. Y les mostró las manos y el
costado. Los discípulos se llenaron de alegría’. ¿Cómo sería ese instante para
ellos? Lo estaban viendo y sus sentidos es posible que se negaran a admitir la
evidencia. Quizás por eso les mostró las huellas de los clavos y la herida de
la lanzada del costado. La voz dándoles la paz estaban seguros que era la misma
que tantas veces habían oído en la predicación a las gentes y en los momentos
de intimidad con ellos, en las largas conversaciones con Él explicándoles las
parábolas y tantas y tantas dudas planteadas. Pero no acababan de creerlo.
Es cierto que mostraron
alegría al verle, pero es posible que fuese una alegría..., ¿cómo la podría
describir? ¿Cortésmente humana? No lo sé, pero pienso que estaría lejos del
auténtico sentido de la Resurrección que estaban presenciando. Y eso la
exquisita finura de Jesús lo captó desde el primer momento.
CARL BLOCH.-REALISMO DANÉS
Es posible que por
eso les repitiera: ‘Nuevamente les dijo Jesús: -La paz esté con vosotros. Y
añadió: -Como el Padre me envió a mí, así os envío yo a vosotros’. Eso era otra
cosa. Ese ‘envío’ ya entraba dentro de los parámetros que estaban acostumbrados
a oír en los periplos a los que le acompañaban.
Pero esto no
terminó ahí, porque ‘Sopló sobre ellos y les dijo: Recibid el Espíritu Santo. A
quienes perdonéis los pecados, Dios se los perdonará; y a quienes se los
retengáis, Dios se los retendrá’. (Jn. 20, 19-23). En este preciso momento
queda instituido el Sacramento del Perdón, de la Reconciliación, al darles
poder para perdonar o retener los pecados. Es el mismo Dios quien nos perdona a
través de su ministro, el sacerdote, legítimamente ordenado al haber recibido
el Sacramento del Orden Sacerdotal..
Observando el pasaje
atentamente podemos observar que Jesús se les dirige con una absoluta
normalidad. Como dándoles ánimo en su desánimo.
WILLIAM BLAKE .- NEOCLASICISMO
No les echa en cara
absolutamente nada de su abandono ni de sus actitudes después del prendimiento
en Getsemaní. Desde el principio ha hecho sus apariciones a quienes han estado
con Él, fueran hombres o mujeres.
San Lucas nos
enriquece aún más el momento de esta aparición a los discípulos. Después del
darles la paz, nos presenta su reacción: ‘Aterrados y llenos de miedo, creían
ver un fantasma. Pero Él les dijo: -¿De qué os asustáis? ¿Por qué surgen dudas
en vuestro interior? Ved mis manos y mis pies; soy yo en persona. Tocadme y
convenceos de que un fantasma no tiene carne ni huesos, como veis que yo
tengo’.
DUCCIO DI BUONINSEGNA.-GÓTICO |
Pero no
termina ahí, sino que para mayor convencimiento de ellos continuó: ‘Y dicho
esto les mostró las manos y los pies. Pero como aún se resistían a creer por la
alegría y el asombro, les dijo: -¿Tenéis algo que comer? Ellos le dieron un trozo de pescado asado. Lo
tomó y lo comió delante de ellos’. (Lc. 24, 37-42). Es perfectamente humana la
reacción de sus amigos.
Permítanme
hacer una extrapolación de aquel momento a nuestros tiempos. Hoy. Aquí y ahora.
¿Cómo hubiéramos reaccionado nosotros ante un hecho semejante o igual? Estoy
seguro que exactamente igual que ellos. A pesar de los siglos transcurridos. A
pesar de los estudios que hayamos hecho. A pesar de nuestras convicciones
cristianas y de nuestra fe en Él, precisamente porque nosotros sí que somos
conscientes de la importancia y trascendencia de la Resurrección que nos
impulsa a trabajar por Él, con Él y en Él expandiendo el Evangelio en el mundo
entero según los carismas de cada cual, si por un momento de su Gracia lo
tuviésemos delante, pienso que no lo reconoceríamos, aunque puedo estar
equivocado.
Tal vez
podríamos suponerlo, pero siendo plenamente conscientes de nuestra pequeñez, no
nos lo creeríamos porque sabemos que no somos merecedores por nosotros mismos
de semejante regalo y privilegio. Y sin embargo, sabemos que ha habido
ocasiones en las que se ha aparecido a determinadas personas, como a Santa
María Faustina Kowalska, a quien Jesús le encomendó dar a conocer la devoción a
su Divina Misericordia, hoy extendida en el mundo entero.
Sin embargo
existe un episodio muy interesante y otros más sobre las apariciones a los
apóstoles después de resucitado, pero los dejo para la entrada siguiente para
no alargarme mucho.
Que Jesús
resucitado y nuestra Madre la Virgen, Ntra.
Sra .de Einsiedeln nos asistan y bendigan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario