domingo, 7 de julio de 2013

Vendrá a juzgarnos…(y II)

JUICIO FINAL.-JEAN COUSIN EL JOVEN.-RENACIMIENTO
Dejamos la entrada anterior con el profeta Isaías. Seguimos con él. Sigue diciendo Dios por medio del profeta: ‘Si obedecéis y hacéis el bien, comeréis los frutos de la tierra, si os resistís y sois rebeldes, os devorará la espada. Lo ha dicho el Señor’ (Is.1, 19). En definitiva, San Juan recoge esto en su primera carta: ‘Quien no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor. Dios nos ha manifestado el amor que nos tiene enviando al mundo a su Hijo único, para que vivamos por Él. El amor no consiste en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo para librarnos de nuestros pecados’. (1Jn. 4, 8-10). ¿No es esto un canto al Amor de Dios hacia nosotros?
JUICIO UNIVERSAL.-FRA ANGELICO.-RENACIMIENTO
 Del Amor (así, con mayúscula) viene necesariamente todo bien. Si se cumple, la voluntad y los planes de Dios son fiel reflejo en nosotros, que nadie dude que nada habrá que temer a ese juicio personal que tendremos al finalizar nuestra existencia.  El amor será quien marcará nuestro destino. Como dice San Juan de la Cruz, ‘Al atardecer de tu vida te examinarán en el amor; aprende a amar como Dios quiere ser amado y deja tu condición’.
 Es así de sencillo, pero en muchos casos, cuesta. Nos cuesta mantener la fidelidad a Dios y surgen ocasiones en las que hablamos más de la cuenta, por ejemplo, enjuiciando a otras personas. Sin darnos cuenta pasamos a emitir juicios sobre la actuación de alguien que conocemos diciendo lo que ha hecho bien o mal. 
JUICIO FINAL.-Bernaert van Orley.-RENACIMIENTO
¿Tenemos algún derecho a ello? Podremos, en cualquier caso, juzgar hechos, situaciones problemas,…pero nunca a las personas. Con ello no haríamos otra cosa que faltar a la caridad. Y a eso no tenemos derecho.
Cuando nos reconocemos pecadores de algo, no nos gusta que se airee y se conozca. Pasaríamos mucha vergüenza, ¿verdad? Pero que no nos quepa duda alguna que cuando muramos y vayamos a presencia del Todopoderoso, además de encontrarnos con Él también nos encontraremos, como decía más arriba, todos nuestros hechos, pensamientos, palabras ofensivas pronunciadas, omisiones que tuvimos cuando debiendo hacer algo no quisimos por comodidad u otra circunstancia. Todo estará al descubierto. Luego recibiremos lo que, según la justicia divina, ya inapelable, la recompensa merecida por nuestros actos y actitudes: el Reino de Dios si le hemos sido fieles o el castigo eterno reservado a quienes han servido al Mal, a las tinieblas.
 Jesús, en la cruz, cuando Dimas le pide que se acuerde de él cuando llegue a su Reino, no tiene ningún problema, a pesar del tremendo suplicio, los dolores y las angustias que padecía, en darle su respuesta ante ese arrepentimiento del último momento: ‘Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso’. (Lc. 23, 43).
JESÚS Y DIMAS, EL BUEN LADRÓN.-TIZIANO.-RENACIMIENTO 
Y eso es un consuelo para todos. Jesús siempre está al quite ante el verdadero arrepentimiento de cualquier pecador y su cambio de vida. Nadie le gana en generosidad ni en misericordia.
Pero tengamos claro todos que si nadie le gana en misericordia, tampoco le gana nadie en justicia. Él es infinitamente justo y nadie le puede engañar. Con Él no sirven subterfugios  ni engaños. Lo conoce todo. Lo sabe todo. Y con Él nadie puede jugar ni tomárselo a la ligera. Lleva las de perder. Seguro. Pero la banalización de estas realidades eternas es excesivamente frecuente en nuestros días. ¡Cuántas personas conozco que ante la idea de ser juzgadas después de su muerte trivializan esta realidad! ‘Yo como soy de buenos sentimientos, no mato ni robo a nadie y voy a Misa muchos domingos, ¿qué miedo voy a tener? Iré al cielo’. Con estas y otras palabras, pero con idéntico significado e intención, se autojustifican o, al menos, lo intentan.
Es inútil. No es suficiente. Eso es lo que creen que hacen, pero ¿cuál es la realidad? ¿Y las omisiones? ¿Y los juicios temerarios? ¿Y los muchos otros pecados, mortales o veniales, que existen? En un pueblecito donde residí unos años, solían acudir al Sacramento de la Reconciliación una vez al año. Cuando salían del templo solían decir que ‘ya habían cumplido con la Parroquia’. Y ya se despedían hasta el año siguiente. Cada uno puede sacar sus propias conclusiones, pero es un tema con la suficiente seriedad como para no tomárselo a broma.
Otros piensan en divertirse y vivir bien pensando que ya tendrán tiempo de arrepentirse y confesarse. ¿Es que conocen el momento y la hora que les va a tocar?
JUICIO FINAL.-WILLIAM BLAKE.-NEOCLASICISMO
 Estarán cayendo en la actitud del rico que pensó destruir sus graneros y construir otros más grandes. No pensaba en la muerte, pero ya hemos visto su insensatez, en palabras de Cristo, porque le había llegado su hora.  De verdad que Dios nos quiere con locura, pero no lo tomemos a la ligera. Dios aguanta lo indecible, pero cuando le parece llama ante Él a la persona que quiere, hombre o mujer, niño o niña, joven o anciano, y para esa persona comienza su juicio particular
 ‘Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos’, dice el Credo. Pero, ¿es esa la idea de Dios? Dice el Catecismo de la Iglesia Católica: ‘El Hijo no ha venido para juzgar, sino para salvar y para dar la vida que hay en Él. Es por el rechazo de la Gracia en esta vida por lo que cada uno se juzga ya a sí mismo; es retribuido según sus obras y puede incluso condenarse eternamente al rechazar el Espíritu de amor’. (Cat. de la Iglesia Católica, punto número 679).
 Claro, que…precisamente porque Dios es justo, tiene una vía intermedia. Está clarísimo que Dios no desea perder a nadie.
PURGATORIO.-HERMANOS LIMBOURG.-GÓTICO INTERNACIONAL
 Quiere la salvación de todos. Y hay muchísimos casos de cristianos que habiendo intentado seguir los planes del Creador en sus vidas, tienen alguna mancha (por llamarlo de alguna manera) que impide la entrada en la Gloria pero no justifica tampoco la condenación eterna. Su destino es el Purgatorio. Una vez purificada su alma irá a gozar de la plenitud de Dios en su Reino. Ya sé que se cuestiona la existencia del Purgatorio, pero me ciño a las enseñanzas de la Iglesia Católica. Y, personalmente, lo creo.
‘Los que mueren en la gracia y en la amistad de Dios, pero imperfectamente purificados, aunque están seguros de su eterna salvación, sufren después de su muerte una purificación, a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría del cielo’. (Catecismo de la Iglesia Católica. Punto número 1030)
Aunque no está todo concluido. Al final de los tiempos vendrá el Juicio Universal. El de todos. ‘La resurrección de todos los muertos, de los justos y de los pecadores, precederá al juicio final. Esta será la hora en la que todos los que estén en los sepulcros oirán su voz y los que hayan hecho el bien resucitarán para la vida, y los que hayan hecho el mal, para la condenación’. (Catecismo de la Iglesia Católica. Punto número 1038).
JUICIO FINAL .-TRÍPTICO.-FRA ANGÉLICO.-RENACIMIENTO
Aquí tiene la lógica explicación evangélica del momento, enseñada por el mismo Jesucristo: ‘Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria rodeado de todos sus ángeles, se sentará en el trono de gloria, que es suyo. Todas las naciones serán llevadas a su presencia, y separará a unos de otros, al igual que el pastor separa las ovejas de los cabritos. y pondrá a aquellas a su derecha y a estos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los que están a su derecha: «Venid, benditos de mi Padre, y tomad posesión del reino que ha sido preparado para vosotros desde el principio del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer; tuve sed y me disteis de beber. Fui forastero y me recibisteis en vuestra casa. Anduve sin ropas y me vestisteis. Estuve enfermo y me visitasteis. Estuve en la cárcel y me visitasteis.»
            Entonces los justos dirán: «Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer, o sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero y te recibimos, o sin ropa y te vestimos?  ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?  El Rey responderá: «En verdad les digo que, cuando lo hicisteis con alguno de los más pequeños de estos mis hermanos, me lo hicisteis a mí.»
Dirá después a los que estén a la izquierda: «¡Malditos, alejaos de mí, id al fuego eterno, que ha sido preparado para el diablo y para sus ángeles! Porque tuve hambre y no me disteis de comer; tuve sed y no me disteis de beber;  era forastero y no me recibisteis en vuestra casa; estaba sin ropa y no me vestisteis; estuve enfermo y encarcelado y no me visitasteis.»
JUICIO FINAL.-Joos van Cleve .-RENACIMIENTO
Estos preguntarán también: «Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, desnudo o forastero, enfermo o encarcelado, y no te ayudamos?» El Rey les responderá: «En verdad os digo: siempre que no lo hicisteis con alguno de estos más pequeños, dejasteis de hacérmelo a mí.»  Y éstos irán a un suplicio eterno, y los buenos a la vida eterna’. (Mt. 25, 31-46)
Lo conocen, ¿verdad? Es irrefutable. Es Palabra de Dios.
Que Jesús, triunfante y glorioso, y su Madre, la Virgen del Carmen, patrona de la almas del Purgatorio y de los marinos, cuya Novena estamos realizando, nos bendigan y asistan constantemente.



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