JUICIO FINAL.-JEAN COUSIN EL JOVEN.-RENACIMIENTO |
Dejamos la
entrada anterior con el profeta Isaías. Seguimos con él. Sigue diciendo Dios
por medio del profeta: ‘Si obedecéis y hacéis el bien, comeréis los frutos de
la tierra, si os resistís y sois rebeldes, os devorará la espada. Lo ha dicho
el Señor’ (Is.1, 19). En definitiva, San Juan recoge esto en su primera carta:
‘Quien no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor. Dios nos ha manifestado el
amor que nos tiene enviando al mundo a su Hijo único, para que vivamos por Él.
El amor no consiste en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos
amó a nosotros, y envió a su Hijo para librarnos de nuestros pecados’. (1Jn. 4,
8-10). ¿No es esto un canto al Amor de Dios hacia nosotros?
JUICIO UNIVERSAL.-FRA ANGELICO.-RENACIMIENTO |
Del Amor (así, con mayúscula) viene
necesariamente todo bien. Si se cumple, la voluntad y los planes de Dios son
fiel reflejo en nosotros, que nadie dude que nada habrá que temer a ese juicio
personal que tendremos al finalizar nuestra existencia. El amor será quien marcará nuestro destino.
Como dice San Juan de la Cruz ,
‘Al atardecer de tu vida te examinarán en el amor;
aprende a amar como Dios quiere ser amado y deja tu condición’.
Es así de sencillo, pero en muchos casos,
cuesta. Nos cuesta mantener la fidelidad a Dios y surgen ocasiones en las que
hablamos más de la cuenta, por ejemplo, enjuiciando a otras personas. Sin
darnos cuenta pasamos a emitir juicios sobre la actuación de alguien que
conocemos diciendo lo que ha hecho bien o mal.
JUICIO FINAL.-Bernaert van Orley.-RENACIMIENTO
¿Tenemos algún derecho a ello?
Podremos, en cualquier caso, juzgar hechos, situaciones problemas,…pero nunca a
las personas. Con ello no haríamos otra cosa que faltar a la caridad. Y a eso
no tenemos derecho.
Cuando nos reconocemos
pecadores de algo, no nos gusta que se airee y se conozca. Pasaríamos mucha
vergüenza, ¿verdad? Pero que no nos quepa duda alguna que cuando muramos y
vayamos a presencia del Todopoderoso, además de encontrarnos con Él también nos
encontraremos, como decía más arriba, todos nuestros hechos, pensamientos,
palabras ofensivas pronunciadas, omisiones que tuvimos cuando debiendo hacer
algo no quisimos por comodidad u otra circunstancia. Todo estará al
descubierto. Luego recibiremos lo que, según la justicia divina, ya inapelable,
la recompensa merecida por nuestros actos y actitudes: el Reino de Dios si le
hemos sido fieles o el castigo eterno reservado a quienes han servido al Mal, a
las tinieblas.
Jesús, en la cruz, cuando Dimas le pide que se
acuerde de él cuando llegue a su Reino, no tiene ningún problema, a pesar del
tremendo suplicio, los dolores y las angustias que padecía, en darle su
respuesta ante ese arrepentimiento del último momento: ‘Te aseguro que hoy
estarás conmigo en el paraíso’. (Lc. 23, 43).
JESÚS Y DIMAS, EL BUEN LADRÓN.-TIZIANO.-RENACIMIENTO
Y eso es un consuelo para todos.
Jesús siempre está al quite ante el verdadero arrepentimiento de cualquier
pecador y su cambio de vida. Nadie le gana en generosidad ni en misericordia.
Pero tengamos
claro todos que si nadie le gana en misericordia, tampoco le gana nadie en
justicia. Él es infinitamente justo y nadie le puede engañar. Con Él no sirven
subterfugios ni engaños. Lo conoce todo.
Lo sabe todo. Y con Él nadie puede jugar ni tomárselo a la ligera. Lleva las de
perder. Seguro. Pero la banalización de estas realidades eternas es excesivamente
frecuente en nuestros días. ¡Cuántas personas conozco que ante la idea de ser
juzgadas después de su muerte trivializan esta realidad! ‘Yo como soy de buenos
sentimientos, no mato ni robo a nadie y voy a Misa muchos domingos, ¿qué miedo
voy a tener? Iré al cielo’. Con estas y otras palabras, pero con idéntico
significado e intención, se autojustifican o, al menos, lo intentan.
Es inútil. No
es suficiente. Eso es lo que creen que hacen, pero ¿cuál es la realidad? ¿Y las
omisiones? ¿Y los juicios temerarios? ¿Y los muchos otros pecados, mortales o
veniales, que existen? En un pueblecito donde residí unos años, solían acudir
al Sacramento de la Reconciliación una vez al año. Cuando salían del templo
solían decir que ‘ya habían cumplido con la Parroquia’. Y ya se despedían hasta
el año siguiente. Cada uno puede sacar sus propias conclusiones, pero es un
tema con la suficiente seriedad como para no tomárselo a broma.
Otros piensan en
divertirse y vivir bien pensando que ya tendrán tiempo de arrepentirse y
confesarse. ¿Es que conocen el momento y la hora que les va a tocar?
JUICIO FINAL.-WILLIAM BLAKE.-NEOCLASICISMO
Estarán
cayendo en la actitud del rico que pensó destruir sus graneros y construir
otros más grandes. No pensaba en la muerte, pero ya hemos visto su insensatez,
en palabras de Cristo, porque le había llegado su hora. De verdad que Dios nos quiere con locura,
pero no lo tomemos a la ligera. Dios aguanta lo indecible, pero cuando le
parece llama ante Él a la persona que quiere, hombre o mujer, niño o niña,
joven o anciano, y para esa persona comienza su juicio particular
‘Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y
muertos’, dice el Credo. Pero, ¿es esa la idea de Dios? Dice el Catecismo de la
Iglesia Católica: ‘El Hijo no ha venido para juzgar, sino para salvar y para
dar la vida que hay en Él. Es por el rechazo de la Gracia en esta vida por lo
que cada uno se juzga ya a sí mismo; es retribuido según sus obras y puede
incluso condenarse eternamente al rechazar el Espíritu de amor’. (Cat. de la
Iglesia Católica, punto número 679).
Claro, que…precisamente porque Dios es justo,
tiene una vía intermedia. Está clarísimo que Dios no desea perder a nadie.
PURGATORIO.-HERMANOS LIMBOURG.-GÓTICO INTERNACIONAL
Quiere la salvación de todos. Y hay muchísimos casos de cristianos que habiendo
intentado seguir los planes del Creador en sus vidas, tienen alguna mancha (por
llamarlo de alguna manera) que impide la entrada en la Gloria pero no justifica
tampoco la condenación eterna. Su destino es el Purgatorio. Una vez purificada
su alma irá a gozar de la plenitud de Dios en su Reino. Ya sé que se cuestiona
la existencia del Purgatorio, pero me ciño a las enseñanzas de la Iglesia
Católica. Y, personalmente, lo creo.
‘Los que
mueren en la gracia y en la amistad de Dios, pero imperfectamente purificados,
aunque están seguros de su eterna salvación, sufren después de su muerte una
purificación, a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría
del cielo’. (Catecismo de la Iglesia Católica. Punto número 1030)
Aunque no está
todo concluido. Al final de los tiempos vendrá el Juicio Universal. El de
todos. ‘La resurrección de todos los muertos, de los justos y de los pecadores,
precederá al juicio final. Esta será la hora en la que todos los que estén en
los sepulcros oirán su voz y los que hayan hecho el bien resucitarán para la
vida, y los que hayan hecho el mal, para la condenación’. (Catecismo de la
Iglesia Católica. Punto número 1038).
JUICIO FINAL .-TRÍPTICO.-FRA ANGÉLICO.-RENACIMIENTO |
Aquí tiene la
lógica explicación evangélica del momento, enseñada por el mismo Jesucristo: ‘Cuando el Hijo del Hombre venga
en su gloria rodeado de todos sus ángeles, se sentará en el trono de gloria,
que es suyo. Todas las naciones serán llevadas a su presencia, y separará a
unos de otros, al igual que el pastor separa las ovejas de los cabritos.
y pondrá a aquellas a su
derecha y a estos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los que están a su derecha:
«Venid, benditos de mi Padre, y tomad posesión del reino que ha sido preparado
para vosotros desde el principio del mundo. Porque tuve hambre y me disteis
de comer; tuve sed y me disteis de beber. Fui forastero y me recibisteis en vuestra
casa. Anduve sin ropas y me vestisteis. Estuve enfermo y me visitasteis. Estuve
en la cárcel y me visitasteis.»
Entonces los justos dirán:
«Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer, o sediento y te dimos
de beber? ¿Cuándo
te vimos forastero y te recibimos, o sin ropa y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte? El Rey responderá: «En verdad les digo que, cuando lo hicisteis con
alguno de los más pequeños de estos mis hermanos, me lo hicisteis a mí.»
Dirá después a los que estén a
la izquierda: «¡Malditos, alejaos de mí, id al fuego eterno, que ha sido
preparado para el diablo y para sus ángeles! Porque tuve hambre y no me disteis
de comer; tuve sed y no me disteis de beber; era forastero y no me recibisteis en vuestra casa; estaba sin ropa y no
me vestisteis; estuve enfermo y encarcelado y no me visitasteis.»
JUICIO FINAL.-Joos van Cleve .-RENACIMIENTO |
Estos preguntarán también:
«Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, desnudo o forastero, enfermo o
encarcelado, y no te ayudamos?» El Rey les responderá: «En verdad os digo: siempre
que no lo hicisteis con alguno de estos más pequeños, dejasteis de hacérmelo a
mí.» Y éstos irán a un suplicio
eterno, y los buenos a la vida eterna’. (Mt. 25, 31-46)
Lo conocen, ¿verdad? Es
irrefutable. Es Palabra de Dios.
Que Jesús, triunfante y
glorioso, y su Madre, la Virgen del Carmen, patrona de la almas del Purgatorio
y de los marinos, cuya Novena estamos realizando, nos bendigan y asistan
constantemente.
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