JUICIO FINAL.-STEFAN LOCHNER.-GÓTICO INTERNACIONAL |
Caramba. Tal
como suena el título de la entrada parece que la cosa no vaya con nosotros.
¿Juzgarnos? ¿A nosotros? ¿A mí en concreto? Nos ponemos a pensar y es probable
que recordemos que cuando nos
preparábamos para recibir la Primera
Comunión nos hablaban de ese Juicio y de lo que venía
después. Pero, ¿ahora? ¿En el siglo XXI?
Pues sí,
amigos. En estos tiempos con la tecnología que tenemos, con los avances
científicos, algunos de los cuales parece que quieren hacerle la competencia a
Dios como si la Humanidad
quisiera trascender a su Creador, existe la tendencia de prescindir de Él como
si fuera un concepto trasnochado y pasado de moda. Y eso es muy peligroso.
Nuestro aprendizaje del
Catecismo nos llevó a conocer las Postrimerías de la vida que son para todos.
Para cada cosa en concreto. La primera de todas, la muerte, de la que nadie nos
vamos a escapar y de la que hablaremos algún día, si Dios quiere. Y después de
ella, ¿qué?
LAS POSTRIMERÍAS.-JUAN VALDÉS LEAL.-BARROCO
Jesús nos dijo en varias ocasiones, directa o indirectamente,
‘algo’ sobre este tema. ‘La vida no depende de las riquezas’. (Lc. 12, 15) Esto es una cosa
que hoy n o le hacemos caso. Al contrario. Vamos atesorando y todo parece que
va en esa dirección. Los valores humanos y los espirituales se intenta
desterrarlos de nuestra sociedad.
Un hombre rico
tuvo una cosecha abundante y empezó a pensar qué haría con todo eso. ‘Ya sé lo que voy a hacer, derribaré mis
graneros, construiré otros más grandes, almacenaré en ellos todas mis cosechas
y mis bienes, y me diré: -Ahora ya tienes almacenado para muchos años;
descansa, come, bebe y pásalo bien. Pero Dios le dijo: -¡Insensato! Esta misma
noche vas a morir. ¿Para quién va a ser todo lo que has acaparado? Así le
suceda a quien atesora para sí en lugar de hacerse rico ante Dios’ (Lc. 12,
15-21).
Esta es una de las
ocasiones en las que Jesús aprovecha una situación previa planteada para darnos
un aviso.
Ese rico ‘previsor’ se presentaría ante Dios esa noche y, según
cuentan algunos que les ha pasado, ven lo que ha sido su vida hasta en los
detalles más ínfimos. Y se encuentran solos.
PARÁBOLA DEL HOMBRE RICO.-REMBRANDT.-BARROCO
Se dan cuenta que no hay marcha atrás. En algunos casos la misericordia divina les ha permitido volver y han dado a su vida un giro radical. Han enmendado sus actitudes en justo agradecimiento al detalle que Dios, Uno y Trino, ha tenido con ellos.
PARÁBOLA DEL HOMBRE RICO.-REMBRANDT.-BARROCO
Se dan cuenta que no hay marcha atrás. En algunos casos la misericordia divina les ha permitido volver y han dado a su vida un giro radical. Han enmendado sus actitudes en justo agradecimiento al detalle que Dios, Uno y Trino, ha tenido con ellos.
PARÁBOLA DEL RICO EPULÓN Y LÁZARO.-GUSTAVE MOREAU.-SIMBOLISMO |
Pero no
acabamos de ver que ‘eso’ vaya con nosotros. Jesús insiste con más y más
ejemplos. ‘Había un hombre rico que se vestía de púrpura y lino y todos los
días celebraba espléndidos banquetes.
Y había
también un pobre llamado Lázaro…que deseaba saciar su hambre con lo que tiraban
de la mesa del rico…Un día el pobre murió y fue llevado al seno de Abraham.
También murió el rico y fue sepultado. Y en el abismo, cuando se hallaba entre
torturas, levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham y a Lázaro en su seno. Y
gritó: -Padre Abraham, ten piedad de mí y envía a Lázaro para que moje en agua
la yema de su dedo y refresque mi lengua, porque no soporto estas llamas.
Abraham respondió: -Recuerda, hijo, que ya recibiste tus bienes durante la
vida, y Lázaro, en cambio, males. Ahora él está consolado y tú atormentado…’
Cuando vio que
no había nada que hacer pidió que mandase a Lázaro a su casa para avisar a su
familia que enmendasen sus vidas. La respuesta que recibió de Abraham también
estaba clara y no admitía discusión alguna: ‘Ya tienen a Moisés y a los
profetas. ¡Que los escuchen!
RICO EPULÓN EN EL INFIERNO.-JAMES TISSOT.-S.XIX - XX
Él insistió: -No, padre Abraham, si se les
presenta un muerto se convertirán. Entonces Abraham le dijo: -Si no escuchan a
Moisés y a los profetas, tampoco harán caso aunque resucite un muerto.’ (Lc.
16, 19-31).
Patético si se
quiere, pero real. Eso es lo que tenemos. Jesús llama ‘insensato’ al rico que
hizo planes para muchos años. ¿Cuántos insensatos existen hoy en el mundo? ¿Alguien
puede saber el momento de presentarse ante Dios en lo que es conocido como el
‘juicio particular’ de cada persona? ¿Va a ir con sus manos llenas o vacías?
¿Qué será lo que oirá de parte de Dios, ya para toda una eternidad, como en el
caso del rico que veía la necesidad de Lázaro y no se preocupaba de su hambre?
En este último
caso nos encontramos con algo más claro. Abraham responde a la petición del
rico que mande al pobre Lázaro que tienen a Moisés y a los profetas que decían
las cosas con claridad meridiana, pero ¿y hoy? Amigos…Hoy tenemos Alguien
superior a Moisés y a los profetas. Es el mismo Dios, hecho hombre en la
persona de Jesús de Nazaret, quien nos ha marcado una pauta de vida y nos ha
dejado, como en todos los tiempos ha hecho, una libertad para ser rectamente
usada.
En nombre de ella se
cometen las mayores barbaridades y aberraciones, porque esa libertad tiene unos límites establecidos
en la Ley Natural,
Ley de Derecho Divino establecida en el Sinaí, para los hombres y mujeres de
todos los tiempos. El ‘No matarás’ obliga a todos y para todos los casos. Pero
hay quien se empeña en hablar de ‘muerte digna’ a la eutanasia, como si la
muerte fuese digna o indigna. La muerte es lo que es y es para todos. Como he
dicho anteriormente, hablaremos de ella.
El grito
absurdo de esas mujeres ‘nosotras parimos, nosotras decidimos’, plantea una
falsa premisa referente a su libertad, porque la vida del ser que puedan llevar
en su interior es innegociable y tiene derecho a vivir. Dios es el Señor de la Vida y a Él pertenece
disponer de ella. Pero prescindimos del Creador y queremos hacer lo que
queramos en nombre de una falsa idea de la libertad. ¿Estarán llamando luego a
Jesús para que envíe al inocente que abortaron con la yema mojada de su dedito
para aliviarles su sufrimiento?
JUICIO FINAL.-PIETER POURBUS.-RENACIMIENTO |
El ‘no
codiciarás los bienes ajenos’ del Decálogo, supone respetar lo que no es
nuestro, pero algunos, podridos de dinero y corrupción, no se detienen ante
nada ni nadie y consiguen riquezas por medios ilícitos. Hay quien con engaños
se ha quedado con los ahorros de ancianos y de personas humildes que, con
sacrificios sin cuento, habían conseguido tener algo de dinero recogido para
su vejez o para algunas necesidades imprevistas.
CONVERSIÓN DE SAN PABLO.-ANDREA SCHIAVONE.-RENACIMIENTO |
Quizá alguno
piense que me estoy poniendo apocalíptico y que exagero. Pienso que no, y la
prensa diaria constantemente nos está contando casos concretos a diario. Las
cosas son como son. Es innegable que Dios y la Iglesia han tenido y
siguen teniendo persecuciones porque algunos se empeñan en que ‘molestan’ para los
objetivos de sus vidas. Se les puede aplicar lo que el mismo Jesús dijo a
Saulo, según le cuenta al rey Agripa cuando le refirió su conversión: ‘Saulo,
Saulo, ¿por qué me persigues? Es inútil que des coces contra el aguijón. Yo
pregunté: -¿Quién eres, Señor? Y el
Señor respondió: -Yo soy Jesús, a quien tú persigues’ (Hech.26, 14-15).
Pues…eso mismo es posible que algunos, incluso los que hoy orquestan una persecución a Jesucristo más o menos solapada, oigan cuando en sus oídos resuene la voz
de Jesús al ser llamados a su presencia.
LA PARUSÍA.-MARTEN DE VOS.-MANIERISMO |
No hay que
jugarse la eternidad, que mal que le pese a quien sea, existe. Para lo bueno y
para lo malo. Si creemos y esperamos en Jesucristo, esforzándonos en cumplir su
voluntad, con todos nuestros fallos y errores, nada hemos de temer. Su
misericordia es infinita. Si se va ‘de listo por la vida’ y le obvia en su
existencia, corre el riesgo de no tener ocasión de cambiar el rumbo de la vida
que lleva. Cierto es que Dios no se vuelve atrás de lo que dice, y cuando dijo por
medio de Isaías que ‘aunque vuestros pecados sean como escarlata, blanquearán
como la nieve; aunque sean rojos como púrpura, quedarán como la lana’. (Is.1,
18), lo cumple y lo cumplirá. Eso es Palabra de Dios y no tiene nada que añadir ni que quitar.
La próxima entrada acabaremos este tema, si Dios quiere.
Que Jesucristo
Glorioso y su Madre, Nuestra Señora de Beauraing, nos bendigan y protejan
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