viernes, 22 de mayo de 2015

Responsabilidad coherente (y II)

PARROQUIA DE SANTIAGO APÓSTOL
       Les voy a exponer que me ocurrió hace unas dos semanas aproximadamente.
       Me encontré con una señora que conozco desde hace más de treinta y cinco años o más. Es una persona que siempre ha tenido a Dios presente en su vida y vive su cristianismo con una sinceridad absoluta sin resquicios al mal y juntos hemos colaborado en algunos actos de nuestras parroquias respectivas. Su vida espiritual es muy intensa y su oración diaria no falla ni siquiera cuando ha estado enferma. Cuando habla de espiritualidad, de Dios, de Sacramentos, no se puede dejar de oír sus exposiciones y los argumentos en los que se fundamenta y apoya. O sea, que a mí me merece una confianza absoluta.
      Así pues, nos vimos y me dijo: 'Quiero compartir con usted un sueño que he tenido, pero ha sido tan real que no acabo de entenderlo. Mientras iba paseando pude presenciar cómo se acercaba hacia donde yo estaba una gran muchedumbre. Sobre esa gente había una mujer hermosísima llena de luz y bajo sus pies había como unos rayos de fuego'. Cuando finalizó, me pidió mi opinión. Les aseguro que, en principio, no dudé que hubiera tenido ese sueño, (¿o una visión, por una especial Gracia de Dios?) por lo que les he comentado anteriormente sobre su forma de vivir el cristianismo: no es amiga de la fantasía y muy respetuosa con todo cuanto tenga una relación con Dios o con la Virgen.
       Mi respuesta, después de meditarla un instante, fue la siguiente: 'Mire. Según me iba refiriendo su sueño, iba recordando el Apocalipsis de San Juan ('Después de esto miré y vi una muchedumbre grande, que nadie podía contar, de toda nación, tribu, pueblo y lengua que estaban delante del trono y del Cordero, vestidos de túnicas blancas y con palmas en sus manos'. Ap. 7, 9) y entiendo que pueda estar referido a algo de esto. En cuanto a la mujer, podría ser también la que menciona el Apocalipsis. ('Apareció en el cielo una señal grande, una mujer envuelta en el sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre la cabeza una corona de doce estrellas'. Ap. 12, 1). ¿Qué relación tiene esto con usted o con nosotros? Pues...no lo sé. ¿Un aviso de que Dios, a la vista de tal como está el mundo y del ninguneo que gran parte de la sociedad tiene hacia Él, pudiera enviar 'algo' serio como seria advertencia para que cada persona revisase su relación con Él? Pudiera ser, pero nadie podemos asegurar nada. 
     En cualquier caso, mi opinión es que debe consultarlo con su director espiritual, pero en cualquier caso pienso que no estará de más que intensifiquemos nuestra oración y la ofrezcamos por las necesidades de la Iglesia, por los cristianos perseguidos en todo el mundo, algunos de los cuales han sufrido martirio por su fe cristiana, por la conversión de los pecadores, por los cristianos tibios y por los montones de necesidades que existen en todas partes. Teniendo en cuenta que Dios se vale de quien le parece para comunicar algo, rece y espere, pero pienso que su confesor la orientará mejor que yo'. 
VIRGEN ALADA DEL APOCALIPSIS.-MIGUEL DE SANTIAGO.-S. XVII.-ESCUELA QUITEÑA
      Quedé muy preocupado. Me vinieron a la memoria lo que les  contaba en la entrada anterior sobre todos los sucesos y desgracias que están ocurriendo: terremotos, volcanes en erupción, accidentes aéreos, tsunamis,...y me comprometí a hacer lo mismo que le había aconsejado a la señora: rezar. ¿Qué otra cosa podemos hacer desde nuestras limitaciones? No en vano Nuestra Señora de Fátima (Portugal) hizo varias advertencias a través de aquellos niños y también en las distintas apariciones de la Virgen por todo el mundo en diferentes momentos de la Historia: en Medjugorje (Citluk, Bosnia y Herzegovina), Lourdes (Francia), en el cerro de Tepeyac (México), en la localidad de La Salette-Fallavaux (Isère, Francia), Aparecida (Brasil), Zaragoza (España), por ejemplo, ha pedido que se rece, especialmente el Santo Rosario.
      Hace escasamente unos cuatro días, recibí en mi correo electrónico una nota de un amigo recomendándome abrir una página concreta de 'Profecías y revelaciones' para que leyese un artículo titulado 'Mensaje importante del P. Gruner por el P. Amorth, exorcista'. Francamente, me picó la curiosidad. He leído varios libros del P. Amorth que me han impresionado y lo considero un personaje importante, no solamente como exorcista, sino como sacerdote consagrado a combatir al maligno. Y sí. Lo encontré, lo leí y todavía quedé con mayor preocupación o tribulación.
     El P. Gruner, después de referir al P. Amorth algo que le agitó el alma, este le contestó que 'tenemos un corto tiempo antes de los castigos previstos por Nuestra Señora de Fátima empiecen a destrozar nuestro mundo en formas que difícilmente podemos imaginar'. En cuanto al tiempo dijo que tenemos menos de ocho meses.
 Más adelante, continúa diciendo: 'Padre Amorth sabe que estamos en la batalla final con Satanás y el tiempo es corto. [...] En su misericordia amorosa, Nuestro Señor ya ha dado a nuestra generación muchas oportunidades para apartarse del mal y la mentira, antes de llevar a cabo nuestra propia destrucción'.
      La ira de Nuestro Señor debe ser grande y creciente. Y cada día que las palabras de la Virgen se ignoran, nos acerca a un castigo horrible más allá de la imaginación. Los líderes de la Iglesia, al no obedecer a nuestra Señora y consagrar Rusia a su Corazón Inmaculado, han puesto al mundo y a miles de millones de almas en peligro. Tenemos que advertir al mundo'.
      Parece ser que estamos pasando por unos momentos decisivos en la Iglesia y en el mundo, y todavía me reafirmé más en mi decisión de tener mayor dedicación a los momentos de la oración diaria para armarnos con las armas de Dios, como dice  San Pablo en Ef. 6, 13-17.
       Con todo esto en perspectiva  aparqué momentáneamente el tema que tenía casi terminado para escribir el contenido de la anterior entrada y de esta segunda parte. Preferí compartir estas impresiones con todos ustedes. Si asñí lo desean, busquen y lean el mencionado artículo. Luego saquen las impresiones que les parezca.
      Que el Espíritu Santo y Nuestra Señora de Fátima nos iluminen y bendigan a todos.

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