sábado, 27 de febrero de 2016

La Asunción de la Virgen (I)

     ASUNCIÓN DE LA VIRGEN A LOS CIELOS.-PEDRO PABLO RUBENS.-BARROCO
      Con este tema finalizamos los Dogmas que hacen referencia a la Virgen María, Madre de Dios. Este dogma, antes de ser declarado como tal por el Papa Pío XII, ha estado siempre presente en el espíritu de los cristianos y de la misma Iglesia. En la provincia de Alicante, en España, hay una ciudad, Elche, que en la Basílica de Nuestra Señora de la Asunción representa todos los años el 15 de agosto, festividad de la Asunción de la Virgen María a los Cielos. En la Basílica de Nuestra Señora de la Asunción se representa desde el siglo XV, un drama sacro-lírico religioso titulado en lengua valenciana 'El Misteri d'Elx' ('El Misterio de Elche'). En él se escenifica la Dormición, Asunción al Cielo y Coronación de la Virgen por Dios Padre en el interior de la Basílica mencionada.
     
REPRESENTACIÓN DEL MISTERIO DE ELCHE EN LA BASÍLICA DE LA ASUNCIÓN
      Este Auto Sacramental ha sobrevivido a muchos avatares bélicos, políticos y sociales de todo tipo. Fue el Papa Urbano VIII quien mediante una bula papal permitió que esta representación se efectuase en el interior de un templo.
      Esta introducción anterior es un ejemplo de la actitud que los cristianos de todos los tiempos han tenido sobre el hecho de que la Virgen, después de morir, fue llevada en cuerpo y alma al Reino de Dios. Uno de los documentos más antiguos, quizás el que más, es una carta que Dionisio el Egipcio escribió a Tito, Obispo de Creta, entre finales del siglo III y principios del siglo IV, acerca de la Asunción de María a los cielos.     

      Otro documento pertenece a San Juan Damasceno. Es el texto de una homilía o de un sermón pronunciado por él alrededor del año 754, en la Basílica de la Asunción, en Jerusalén.       HAGIA MARIA.-ABADÍA MONTE SIÓN
Este santo, teniendo en cuenta sus cualidades, dotes y privilegios de la Santísima Virgen, afirmó:
      'Convenía que aquella que en el parto había conservado intacta su virginidad conservara su cuerpo también después de la muerte libre de la corruptibilidad. Convenía que aquella que había llevado al Creador como un niño en su seno, tuviera después su mansión en el cielo. Convenía que aquella que había visto a su Hijo en la cruz y cuya alma había sido traspasada por la espada de dolor, del que se había visto libre en el momento del parto, lo contemplara sentado a la derecha del Padre. Convenía que la Madre de Dios poseyera lo mismo que su Hijo y que fuera venerada por toda criatura como Madre y esclava de Dios'. (SAN JUAN DAMASCENO) 

No se puede pasar por alto que desde el mismo siglo II los santos padres presentan a la Virgen como la nueva Eva asociada al nuevo Adán, Jesucristo. Obviamente la Virgen colabora con su Hijo para que el Reino de Dios en la tierra sea una realidad y Satanás sea definitivamente vencido.
      Dando un paso más, vamos a fijarnos en lo que dice el Salmo 15, 9-10: 'Por eso se alegra mi corazón y jubila mi alma, y aun mi carne se siente segura. Porque no dejarás tú mi alma en el sepulcro, no dejarás que tu santo experimente la corrupción'. Esta cita nos aporta mucha luz como muchos autores nos han ido explicando con sus autorizadas opiniones a lo largo de los años, e incluso siglos.
      Centrándonos en Jesucristo en primer lugar, nadie puede negar que real y verdaderamente murió. Experimentó la muerte como hombre verdadero que es y permaneció fiel a lo que prometió: 

      'De la misma manera que Jonás estuvo en el vientre del cetáceo tres días y tres noches, así también el Hijo del hombre estará en el seno de la tierra tres días y tres noches'. (Mt. 12, 40). Se refería a su muerte, como ya conocemos. 
      Y como podemos comprobar, así sucedió. Pero su resurrección también fue anunciada por Él mismo: '-Destruid este templo y en tres días lo levantaré-. Los judíos replicaron: -Cuarenta y seis años ha costado levantar este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?- Pero Él hablaba del templo de su cuerpo. Y cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que lo había dicho, y dieron fe a la Escritura y a la palabra que había dicho Jesús'. (Jn.2, 19-22). En las distintas catequesis que hayamos asistido, en cursos de formación que hayamos hecho, por las homilías de las Misas que hayamos intentado vivir o por otros procedimientos que cada uno conocemos, podemos ver claro que en este fragmento evangélico está contenido el anuncio que hizo de su propia resurrección.

      Pasamos a la Madre. ¿Qué se puede decir sobre su muerte? Antes de escribir un fragmento de la catequesis de San Juan Pablo II, deseo recordar algo de lo que he escrito en anteriores entradas sobre la Virgen: Por expreso deseo del mismo Dios, fue concebida Inmaculada, sin pecado alguno (ni siquiera el original), como convenía a quien debía llevar en su seno al mismo Dios. Pero no debía ser menos que su HIjo. Debía pasar por el trance de la muerte, pero igual que su Hijo marchó al Padre, era normal que no permitiera que su santísima Madre 'experimentase la corrupción' del sepulcro.
      Si Jesucristo se parte el pecho por cada uno de nosotros por el cariño que nos tiene y desea tenernos a todos en su Reino (que para eso se hizo hombre, murió y resucitó), ¿cómo no iba a trasladar YA a su Madre al reino divino, teniendo las virtudes que Él mismo le dio y sufriendo como sufrió en la Pasión y Muerte de su Jesús?

      En la catequesis de San Juan Pablo II el 25 de junio de 1997, dio entre otras cosas: 'Como Cristo murió, sería difícil sostener lo contrario para su Madre...La Revelación presenta la muerte como un castigo del pecado. 

ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA.-TILMAN RIEMENSCHNEIDER.-GÓTICO TARDÍO-RENACIMIENTO

  Sin embargo, el hecho de que la Iglesia proclame a María libre del pecado original por singular privilegio divino, nos lleva a concluir que Ella recibiera también la inmortalidad corporal. La Madre no es superior a su Hijo, que ha asumido la muerte dándole un nuevo significado y transformándola en instrumento de salvación'. Entonces, de qué murió María? 
      Vamos a ver. Cuando marchó a Belén para empadronarse según la orden del César, tendría unos 15 años. Cuando murió Jesús, ella tendría unos 45 años. Sabemos que después de la Ascensión de su Hijo permaneció en Jerusalén junto a la joven Iglesia, la cual comenzó su rodaje el día de Pentecostés. Personalmente pienso que podía tener entre 60 y 65 años. No obstante eso lo saben muchísimo mejor que yo los especialistas en Mariología.
      Y ¿de qué murió María? No se sabe. Al menos yo no he leído nada sobre la causa de su muerte a excepción de la opinión de San Francisco de Sales diciendo que murió de amor por su Hijo, expresándolo de esta manera: 'murió en el amor, a causa del amor y por amor'. Y personalmente me quedo con esta opinión que, a pesar de no conocer otra, me parece lógica y muy convincente.
      Es opinión generalizada y proverbial el amor de cualquier madre por sus hijos. Pensemos: María era plenamente consciente de ser Madre del Mesías porque así se lo reveló el ángel. Lo crió y convivió con Él unos treinta años. Cuando comenzó su vida pública fue testigo de algunas de sus predicaciones, tal vez presenciara algún milagro y fue testigo de la amarga Pasión y Muerte de Jesús. Tal vez no comprendiera absolutamente nada de todo aquello, pero pudo pensar que la Redención de Israel y del mundo pasaba por todo aquello. Viéndolo en la cruz y en el sepulcro de José de Arimatea debió recordar la promesa de resurrección que hizo a muchos de que a los tres días de su muerte volvería a la vida,...

      CRISTO RESUCITADO SE APARECE A SU MADRE.-LORENZO PASINELLI.-BARROCO
      Pero no sabía cómo se iba a realizar todo aquello. Acaso pensase que lo vería como en la vida cotidiana de antes de la Pasión, pero cuando lo vio resucitado... Es inenarrable. Ver a su Jesús con un cuerpo glorioso, como Dios y como hombre, debió superar todas sus espectativas. ¿Se imaginan el abrazo entre el Hijo y la Madre?... Solamente este interrogante es un tema fenomenal para ser meditado en nuestro interior en el silencio de la oración.
      Cuando la Virgen lo vio marchar en la Ascensión, aun sabiendo que iba a estar sola porque no lo tendría físicamente con ella, también se daría cuenta que eso tampoco sería así totalmente. Lo tendría en la Eucaristía que nos había dejado y, además, tenía que estar animando a aquellos hombres y mujeres que tenían el encargo de su Hijo de poner en marcha lo que Él había comenzado. Pero también sabía que la añoranza de estar junto a Él iba a suponer un tiempo de espera que le iba a parecer demasiado largo. Cuando estuviese sola en su habitación es probable que en su oración tuviese algún contacto místico con Él, pero todo eso continuaba siendo para ser guardado en su corazón. Era su propia intimidad.
      La propia entrada finalizaré con este tema. Que Jesús nuestro Salvador y su Santísima Madre la Virgen María, nos ayuden a permanecer fieles a Dios.
VIRGEN MARÍA.-ICONO UCRANIANO

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