sábado, 11 de enero de 2014

Creo en la Comunión de los Santos (I)

RAFAEL SANZIO.-RENACIMIENTO
      Una de las cosas (o problemas) con los que solemos tropezarnos las personas, es la costumbre (no sé si buena o mala) de creer lo que vemos, lo que experimentamos, lo que palpamos,...Todo aquello en lo que entra la credibilidad de cualquier hecho o situación, solemos ponerlo 'en cuarentena'. Si alguien nos cuenta cualquier cosa desconocida para nosotros, que la creamos o no dependerá generalmente de la confianza que tengamos en esa persona, que sepamos que es 'de fiar', que es cabal, serio, responsable. Pero lo haremos 'apoyados' en la confianza que nos merece.
      Algo semejante ocurre, aunque en unos parámetros distintos, con la Religión. En ocasiones hemos de enfrentarnos en unos temas en los que solamente fiándonos de quien nos proponga el tema del que estemos tratando lo creeremos o no. Entonces estaremos entrando en el campo de la Fe. Fe en quien nos exponga cualquier tema: la Iglesia, las Sagradas Escrituras o...el mismo Dios, en ocasiones.
'¡Hombre!', dirán ustedes. '¿Cómo no nos vamos a fiar de ellos?' Pues...verán ustedes. Doy fe de ello. He conocido y conozco personas que creen 'saber' tanto, que han 'estudiado' tanto, que incluso llegan a poner en tela de juicio algún Dogma de Fe, como es la existencia del Purgatorio. O también verdades tan evidentes como la existencia de Satanás o del diablo. Y así nos va.
      La Iglesia, en su papel de Madre y Maestra, en su constante preocupación por facilitarnos el camino, aplica la pedagogía de su Magisterio para poner a nuestro alcance la comprensión de cualquier tema de su competencia en aras de su clarificación. Pero cuando este tema, el que sea, es de seguridad total, porque así consta en las Escrituras o en la Palabra del mismo Cristo, lo eleva a la categoría de Dogma para indicarnos que no existe duda alguna de aquello que nos propone como tal.
      Este es el caso del Dogma de la Comunión de los Santos.
COMUNIÓN DE LOS SANTOS.-FRA ANGÉLICO.-RENACIMIENTO
      Para cristianos tibios suele ser difícil de entender su significado, pero en la realidad no solamente no resulta difícil su comprensión, sino que su esencia y significado es asombroso e inimaginable su valor.
      Ahora que estamos viviendo en la sociedad de todo el planeta la globalización de las cosas, no resulta difícil encontrar quien ha dejado su país,su familia y amigos,para buscar nuevos horizontes en su trabajo y que su familia tenga una calidad de vida más acorde con sus proyectos. En España no resulta extraño ver familias latinoamericanas, Europeos del Este o de otras nacionalidades que, independientemente de que consigan o no sus objetivos, lo cierto es que han dejado atrás muchas cosas y su hogar de antaño está muy apartado de sus vidas en la actualidad. La comunicación con sus familias es permanente a través de los locutorios o de los teléfonos móviles y esos diálogos ayudan a mantener la esperanza en un posterior reencuentro en el que se cuenten mutuamente lo acaecido el tiempo de la separación por ambas partes.
      ¿Por qué he dicho todo ésto? Además de la similitud que tiene con el tema de la Comunión de los Santos (aunque ésta es mucho más profunda y trascendente como veremos más adelante)  el ejemplo anteriormente expuesto me ha hecho recordar cómo comencé una de mis clases de Religión en el Colegio donde ejercía mi profesión a mis alumnos. Y ellos lo entendieron. Les aseguro que ahora, unos treinta años después, lo he recordado con mucho agrado. Fue una época sencillamente maravillosa. Pero disculpen esta pequeña confidencia y volvamos al tema.
¿Se han fijado alguna vez en la primera palabra de 'Comunión de los Santos'? Comunión. Es la unión de dos palabras en una sola. 
RUINAS DE ÉFESO
Si invertimos el orden de las mismas quedaría en 'unión común'. La unión común de todos los santos. Podría ser una definición muy bonita y verdaderamente lo es, porque antes de llamarnos 'cristianos' los seguidores de Cristo, se llamaban 'santos'. Así lo dice San Pablo en el saludo de su carta a los de Éfeso: 'Pablo, apóstol de Jesucristo por voluntad de Dios, a los santos y fieles de Jesucristo en Éfeso; sean con vosotros la gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo'. (Ef. 1, 1-2). La primera vez que se nos llamó cristianos fue en Antioquía, ciudad que está en la actual Turquía: 'Bernabé partió a Tarso en busca de Saulo, y hallándole, le condujo a Antioquía, donde por espacio de un año estuvieron juntos en la iglesia e instruyeron a una muchedumbre numerosa, tanto que en Antioquía comenzaron los discípulos a llamarse 'cristianos'. (Act. 11, 25-26).
      Pero si llamamos definición a lo que se ha dicho más arriba  de la Comunión de los Santos como la unión común de ellos, quedaría muy pobre, porque esa 'unión común' no está referida solamente a los cristianos que ahora estamos viviendo en la tierra, en la parte del globo terráqueo que nos encontremos.

      También abarca a quienes habiendo muerto a la vida de este mundo, están ahora gozando de la plenitud de Dios en su Reino. Y también a quienes habiendo muerto y teniendo que reparar algo por los pecados cometidos, se purifican en el Purgatorio hasta que Dios considera satisfecha su imperfección.
      La Iglesia fundada por Jesucristo no la formamos únicamente los cristianos que ahora estamos viviendo en este mundo. Nosotros pertenecemos  a lo que la Iglesia llama la 'Iglesia Militante'. Cuando muramos, si hemos sido capaces de mantener nuestra fidelidad a Dios y hemos vivido en consonancia con su voluntad, con su Palabra, seguiremos siendo Iglesia de una manera diferente, ya que al morir en Gracia iremos al Reino divino junto con Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, con los Ángeles, los Santos, y por supuesto, con la Santísima Trinidad, a quien adoraremos con plenitud y perfección absolutas. 
      Seremos la Iglesia Triunfante, seremos 'los que vienen de la gran tribulación,que han lavado y blanqueado sus túnicas con la sangre del Cordero. Por eso están ante el trono de Dios, le rinden culto día y noche en su templo, y el que está sentado en el trono habitará con ellos. Ya nunca tendrán hambre ni sed, ni caerá sobre ellos el calor agobiante del sol. El Cordero que está en medio del trono los apacentará y los conducirá a fuentes de aguas vivas, y Dios enjugará las lágrimas de sus ojos'. (Ap. 7, 14-17).  Habremos triunfado sobre Satanás y su imperio de maldad y de pecado, con la ayuda de Dios y de la oración e intercesión de la Iglesia Triunfante.
IGLESIA TRIUNFANTE.-G.B.RICCI
      Pero si antes tuviéramos que purificarnos de las faltas y pecados cometidos en nuestra vida mortal, tendríamos que esperar en el Purgatorio un tiempo transitorio, pero siendo  también Iglesia: la Purgante, donde la Esperanza, el Amor y nuestras oraciones por ellos serán su sostén porque saben que saldrán de ese estado para vivir con el Altísimo. Pero eso sí. Todos unidos en un sólo Cuerpo: La Iglesia Total, como miembros del Cuerpo Místico de Cristo.
      'Dios mismo distribuyó el cuerpo dando mayor honor a lo que era menos noble, para que no haya divisiones en el cuerpo, sino que todos los miembros se preocupen los unos de los otros. ¿Que un miembro sufre? Todos los miembros sufren con él. ¿Que un miembro es agasajado? Todos los miembros comparten su alegría. Ahora bien, vosotros formáis el cuerpo de Cristo y cada uno por su parte es un miembro. Y Dios ha asignado a cada uno un puesto en su Iglesia...' (I Cor. 12, 24-31).
      ¿Cómo ven los Padres de la Iglesia la Comunión de los Santos y la intercesión de unos por otros? Esto lo veremos la próxima entrada. Que Jesucristo, divino intercesor de todos nosotros  y Nuestra Señora la Santísima Virgen del Carmen intercedan por nosotros ante el Padre.

      LA VIRGEN INTERCEDE POR LAS ALMAS DEL PURGATORIO.-
LUCAS JORDÁN.-BARROCO

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