domingo, 25 de enero de 2009

SANTAS Y VENERABLES MANOS

¿Cómo podría transmitir mis sentimientos en un día como hoy? Me hubiese gustado empezar el tema de San Pablo coincidiendo con la conmemoración que la Iglesia hace de su conversión al cristianismo, pero hay un par de cosas que me han marcado hoy y me impulsan a compartirlas con ustedes, más aún teniendo el detalle por su parte de entrar y leer este blog con el que pretendo hablar del Eje y Centro de mi vida: el LOGOS y cuanto pueda hacer referencia a Él.

Y este es el caso de hoy. Hemos acudido mi esposa y yo a participar de la Eucaristía como todos los sábados. El coro ensayaba y un par mujeres del mismo han cantado el Ave Verum Corpus, de Mozart, mientras el resto del coro las oía igual que los demás fieles que ocupábamos los bancos.


Todo ha ido con normalidad hasta llegar a una de las partes más importantes de la Misa, porque el joven sacerdote que la presidía ha dicho en la Consagración del pan y del vino que ‘Jesús, tomando el pan EN SUS SANTAS Y VENERABLES MANOS …’. Y ha completado la fórmula consecratoria.

Y ustedes dirán: Bueno, ¿y qué? Pues verán. Esta fórmula hacía años que no la oía a ningún sacerdote y es la que para mí tiene mayor riqueza litúrgica porque habla de las manos de Jesús: santas y venerables. Y es la que más me llena.

Pero hay más. Cuando realizábamos mi esposa y yo el Cursillo de Ministros Extraordinarios de la Comunión, en un salón del Obispado, el sacerdote que impartía el Curso, profesor de Liturgia del Seminario Mayor, nos dijo una cosa que además de no conocerla, me impactó muchísimo.


Nos dijo: ‘Cuando ustedes están dando la Comunión en sus Parroquias respectivas, tengan presente que sus manos, que toman el Cuerpo de Cristo y lo dan, no son sus manos. SON LAS MANOS DE CRISTO QUE SE DA A LOS DEMÁS A TRAVÉS DE USTEDES.’ No sé si pueden imaginarse cómo me sentí, lo mismo que otras personas. Pero es que en el descanso le pregunté: ‘Las manos son las de Jesucristo, pero ¿y el resto del cuerpo?’ Su respuesta acabó de aturdirme: ‘TAMBIÉN’.

O sea. Que todo un Dios, el mismo LOGOS que estuvo presente en la Creación, que predicó el Evangelio, murió en la Cruz y resucitó por todo el género humano, por ustedes y por mí, quiere estar en nosotros, sean sacerdotes o Ministros Extraordinarios, para seguir dándose REAL Y SACRAMENTALMENTE a todos cuantos se acercan a recibirle.


Cuando el domingo siguiente me llamaron para ayudar a dar la Comunión, no lo puede evitar. Mientras la daba resbalaban lágrimas de agradecimiento por mis mejillas, porque me veía nada ante el TODO. Las santas y venerables manos estaban allí a través de mí. Era un detallazo de Dios conmigo que jamás podré corresponder por mi finitud. Sólo me queda continuar con mi entrega, con mi disponibilidad y apertura a Él en lo que quiera y cuando quiera. Y ofrecerle mi adoración, limitada e imperfecta, pero sabiendo que su misericordia no tiene límites.

Al comenzar el escrito decía que había dos cosas para comentar. Perdónenme. La segunda la dejo para otro día. Ahora necesito orar. Me disculpan, ¿verdad?

3 comentarios:

magdalena dijo...

Estimado Sr. Maset, cierto es que la música eleva el espíritu humano, eliminando de el sus angustias y lo prepara para las experiencias mas extraordinarias que se pueden vivir, tambien lo es que somos instrumentos del Altísimo para cumplir en cada momento la misión que El nos ha asignado, pero no somos nosotros quienes hacemos las cosas, sino El, nosotros solo somos sus brazos, sus pies, su garganta o sus oidos, y en esa consciencia cualquier cosa que provenga de El debe ser bienvenida, me uno a usted en el agradecimiento permanente al Padre, por los detallazos que manifiesta para con nosotros.

El tío Maset dijo...

Cierto cuanto dice, Magdalena. conozco muy bien el valor de la música en cuanto a acercamiento a Dios de la persona. Hay cantos cuya letra encierra un mensaje que nos puede ser muy beneficioso para acercarnos más a Dios. Por otra parte la persona que canta (a mí me ha pasado cantando '¡Oh, Jesu Christe! y otras)se siente la identificación con el Salvador. Y eso nos acerca más a Él.
En cuanto a los detalles de Dios con nosotros son tantos y tan variados que tal vez no los conozcamos todos. acaso conozcamos unos pocos. Pero para Él le basta con que seamos conscientes de ello y nuestra gratitud por todos los que conocemos y por los que no, debe ser una actitud consciente.
El agradecimiento personal debe ser un acto cotidiano en nuestra vida.

euterpe dijo...

Estimado señor Maset:
Es muy cierto que la música eleva el ánimo a Dios. Para Durkheim hay cuatro vías de apertura del ser humano a la trascendencia: la naturaleza, el encuentro, el arte y el culto. De ellas - dicen los expertos en la atención espiritual a los enfermos- la vía más privilegiada es la del encuentro.
Si lo pensamos bien, Jesús dedicó su vida pública a predicar y a sanar a todos los que acudían a El. Pero Nuestro Señor no eligió la sanación mediante el silencio o la distancia, sino que utilizó la vía del encuentro para realizar sus milagros.
La palabra, la mirada, el contacto fueron los elementos que estuvieron presentes en su primer milagro tras el Sermón de la Montaña: la curación de un leproso, el paradigma del castigado por Dios.
Las otras vías, sin duda, complementan a esta y aportan experiencias espirituales muy enriquecedoras. Sería muy positivo que dieran paso a la vía del encuentro para que nos ayudáramos unos a otros a realizar nuestro camino espiritual.
Mediante la vía del encuentro uno puede también -modestamente y sin merecerlo- convertirse en las manos de Jesús: cuando escucha a una persona angustiada, cuando le ayuda a ponerse espiritualmente de pie, cuando atiende todas las necesidades de un moribundo con amor y sin huir... es decir, cuando somos Jesús para el que sufre y vemos a Jesús en el que sufre.
Que Dios bendiga a todos los que ofrecen sus manos a Jesucristo para que a través de ellos, Él siga haciendo el bien.