lunes, 15 de diciembre de 2008

Ya vamos por la tercera semana de Adviento

¡Caramba con el personaje! Ya sé que como todos los años celebramos el Adviento en la Liturgia de la Iglesia, Juan Bautista siempre anda por en medio, pero eso no supone que cada año no descubramos facetas nuevas en él.

Este año ha sido su humildad lo que me ha llamado la atención. Tantos años leyendo y meditando con la Biblia y no me había dado cuenta de este detalle de San Juan Bautista. ¿Qué por qué digo lo de humilde? Analícenlo conmigo.

Va vestido con una piel de camello y un cíngulo. Eso en aquel tiempo no era signo de riqueza sino de lo contrario: de pobreza. Era como decir que no tenía nada más que ponerse. Su comida, saltamontes y miel silvestre (Mt. 3, 4). Y lo que me ha llamado la atención este año: ¿Alguien puede decir que haya leído en alguna parte que hiciera alarde de ser primo del Salvador? ¿Ha hecho gala en alguna ocasión de ser pariente próximo del LOGOS, de la Palabra de Dios hecha Hombre?

Al contrario. Lo que dice es que ‘el que viene detrás de mi es más fuerte que yo y no soy digno de atarle las sandalias’ (Mt. 3, 11). Y su palabra y sus bautizos llegaron a oídos de los sacerdotes y levitas que necesariamente le tenían que preguntar quién era él. Y a varias preguntas hubo varias respuestas. Al final tuvo que llegar la definitiva: ‘Pues ¿quién eres? ¿Qué dices de ti mismo?’(Jn. 1,22)

‘Entonces él, aplicando las palabras del profeta Isaías, se presentó así: Yo soy la voz del que clama en el desierto: allanad el camino del Señor’. Señores. Es una respuesta magnífica. Conocía las Escrituras y sabía a quién se las aplicaba. (Jn. 1, 19-27)

Pero hay más. Ni yo ni nadie puede ni debe quedarse ahí porque la Palabra es dinámica y nos interpela continuamente: ¿Somos conscientes que nosotros, cada uno de nosotros, somos Juan el Bautista en el siglo XXI? ¿Somos conscientes que tenemos el deber de ser la voz del que clama en el desierto y que seguimos siendo indignos de atarle las sandalias? ¿Nos damos cuenta que debemos estar allanando el camino de ese Niño que nos nacerá y que luego crecerá para morir en la Cruz?

Los cristianos no podemos estar escondidos como si no tuviésemos nada que decir o nada que hacer. La mies sigue siendo mucha y hacen falta muchos obreros, tanto sacerdotes como laicos. ¿Qué podemos hacer? Pues cada uno sabrá lo que puede hacer según los talentos que Dios le haya dado. Tiene que ponerlos en funcionamiento, no enterrarlos, para que cuando venga el Señor pueda presentarle los intereses en obras, amor, actos caritativos, oraciones o las cosas que cada uno se puede reconocer en sí mismo.

Está claro que nosotros solos no podemos hacer nada sin El Maestro, pero las cosas por difíciles que nos parezcan podemos tener la seguridad de que saldrán con su ayuda. Pero hemos de poner nuestra esperanza en ese Jesús que nos va a nacer dentro de poco. Él siempre nos acompaña. En el dolor o en la alegría. En la enfermedad o en la salud. En los callejones aparentemente sin salida que nos plantean nuestros problemas o en el gozo de una vida plena fundamentada en Dios, porque para Él NO HAY NADA IMPOSIBLE. (Lc. 1, 37)

Juan el Bautista respondió a sacerdotes y levitas con unas palabras del profeta Isaías. Permítanme que también termine con otras palabras de mi amigo el profeta Isaías: ‘El Espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ha ungido. Me ha enviado para dar la buena nueva a los pobres’ (Is. 61, 1). El mismo Jesús las tomó como suyas en la sinagoga de Nazaret. (Lc. 4, 16-22)

Y nosotros también tenemos el Espíritu del Señor sobre nosotros y sobre la Iglesia como lo estuvo con el Precursor del Mesías. El mismo Espíritu que resucitó a Cristo es el Motor de todo y de todos. Y está dispuesto a asistirnos, a ayudarnos siempre que lo llamemos con una fe inquebrantable. Es nuestro desafío, nuestro reto a nosotros mismos.

3 comentarios:

LuisLiviaLuisa dijo...

Hola!

Felicitaciones por el Blog...

La imagen representando al Espiritu Santo es preciosa...

Con mucho cariño...

Te invito a escuchar un nuevo episodio del podcast "Levántate y Sal a Caminar..."

EP.90:: Tercera Semana de Adviento: ¿El Camino a la Navidad? La Paz.

Lo puedes escuchar y/o descargar en:
http://levantateysalacaminar.podomatic.com/

¡Que tengas una gozosa Tercera Semana de Adviento!

Jesús te ama.

Luisa Veyán S.
Lima-Perú

El tío Maset dijo...

Gracias Luisa. Bendita seas. No te puedes imaginar mi alegría al ver que te sientes identificada, no conmigo ni con el blog, sino con ese Jesús que tantas cosas nos enseña para la vida, entre ellas, la Vida misma, la Suya.
Por supuesto que haré lo que me sugieres y entraré en esa dirección de internet. Siempre se aprenden cosas y nos damos cuenta de detalles que antes no vimos.Y hasta es posible que si puedo le saque algún jugo para exponerlo en el blog, que desde ahora también es tuyo. Confío en poder leerte más adelante.
Que ese Jesús que estamos esperando te llene de bendiciones y paz. Hasta siempre, desde España.
'El tío Maset'

El tío Maset dijo...

¡Hola, Luisa! Soy el tío Maset de nuevo. He entrado en la dirección de internet que me pusiste, lo he leído todo y lo he escuchado todo. Sencillamente, GENIAL, MAGNÍFICO.
La voz femenina que expone el tema, me hace pensar que eres tú en persona. Enhorabuena. Pienso que con todo eso se puede hacer mucho bien y tener un serio camino abierto a la Evangelización a través de internet. Eso es lo que yo me he planteado siguiendo a San Pablo en I Corintios, 9, 16: '¡Ay de mi si no anuncio el Evangelio!'.
Seguiré tu página de cerca porque puedo aprender bastante desde ella.
Y permíteme una pregunta y un ruego. ¿Tienes correo electrónico? Si es así y no tienes problema en dármelo, te podría exponer algunas cosas sobre mis actividades que en el blog no debo poner, e incluso enviarte imágenes, como la del Espíritu Santo que tanto te ha gustado y algunos Power Point preciosos. Mi mail es: jmsanni@terra.es. Con todo mi afecto, 'El tío Maset'.