lunes, 20 de abril de 2009

La Gracia (I)


Bueno, amigos. La Pascua ya pasó y volvemos a la normalidad. Bueno. Yo no. Porque se me ha estropeado el disco duro del ordenador personal y mi esposa me ha tenido que prestar su portátil. ¡Benditas mujeres y esposas! ¿Qué sería de nosotros sin ellas? (Esposas, madres, abuelas, buenas amigas,…) ¡Benditas sean!

Pues vamos allá. He estado pensando en un tema para iniciar esta nueva etapa pero, lógicamente, que tuviese que ver con el LOGOS. Me he puesto bajo la protección del Espíritu Divino y de la Madre y me ha venido el soplo.

En noviembre del año pasado expuse un tema: ‘Los Sacramentos en la vida’ ¿Recuerdan? Con ello pretendía compartir con todos ustedes los descubrimientos que yo había hecho de ellos desde el Magisterio de la Iglesia y desde mis propias vivencias. Y me pregunto: ¿Por qué no hablar un poco de ‘La vida de los Sacramentos'? Acaso alguno de ustedes piense: ¿Y no es lo mismo? Pues no. El Sacramento, ya lo vimos y en cualquier caso está en el contenido del historial del blog correspondiente al mes arriba indicado de 2008, son unos signos sensibles instituidos por Jesucristo (y ahora recuerdo que prometí hablar de cada uno de ellos, lo cual haré, si Dios quiere, después de este tema) que simbolizan a Dios y lo hacen presente en cualquier persona. Son la donación personal del Dios Creador y Señor del Universo y de la Historia a cada uno de nosotros. Inaudito, ¿verdad? ¿Creen que estoy loco? Pues no.

Perdónenme la frase, pero es así: El loco es Dios, porque el amor que nos tiene a cada uno de nosotros es tan grande que no duda en encarnarse, nacer y morir en la Cruz, como hemos vivido hace poco, y luego Resucitar. Y eso, humanamente es una locura, pero una locura de Amor. Infinita. Y eso hay que verlo con los ojos de la fe. Dios nos ama apasionadamente. Sin límites. Y quiere que, a través de los Sacramentos consigamos su amistad cuando no la tengamos. A esa amistad la llamamos Gracia. Y vamos a comenzar con una pregunta

¿Saben qué es esto? ¡Vaya pregunta! Es una moneda, claro. Un as romano de la época de Nerón. ¿Y qué tiene que ver con el tema de hoy? ¡Ah! Permítanme que guarde el secreto de momento. Luego volveremos sobre ella y verán que no está ahí porque sí.

Soy consciente que hablar de la Gracia es muy amplio y difícil porque significa ahondar en lo más íntimo de la persona humana, en lo más profundo de nuestro corazón, por una parte. Y por otra descubrir que la Gracia es ahondar en el entendimiento de cómo es el Ser propio de Dios. Cómo es su esencia. Qué ha hecho Dios a lo largo de la Historia y de nuestra historia personal. Cómo está aquí y ahora a través del blog, pero presente en nuestra vida sea donde sea. En el lugar del planeta que estemos allí estará Él.

Además, para conocer lo que supone llevar a Dios dentro de nosotros, debemos pensar en introducirnos en lo más íntimo de nuestro ser para conocer hasta qué punto Dios influye en nosotros y en nuestra libertad.

También, y muy importante, es intentar entender el significado profundo que tiene para cada persona Jesucristo, nuestro Salvador, nuestro Kyrios, haciendo en nosotros lo mismo que hizo otra vez: salvarnos.

Procuremos tener en cuenta dos aspectos:

A) Si alguien piensa, por ejemplo, que el mundo es como una bola, como un motor en el conjunto de los planetas, como un caos que está ahí porque sí y que funciona por sí mismo o que cualquier animal o cosa también están ahí porque todo se explica por sí mismo, ENTONCES LA GRACIA NO TIENE CABIDA EN ESA CONCEPCIÓN DE LAS COSAS, porque en ese caso ahí no cabe un Ser infinito, porque no existe lugar para Él.

B) Pero si no pensamos así, necesariamente deberemos pensar que sí existe Alguien, fuera de nuestro mundo y de nuestro pequeño universo, que puede entrar en él, concretamente en el corazón de todo ser humano. En nuestro corazón.

Y así como nosotros somos unos seres concretos, con nombre y apellidos, que tenemos una manera de ser y de actuar, que todo el mundo nos puede ver, que tenemos una voz para hacernos oír e incluso gritar o cantar,... es decir, tal como somos, con nuestras virtudes y nuestros defectos ...

También existe otro Ser cuya característica principal es SER Y EXISTIR, fuera de nosotros. Aparte de nosotros. Además de nosotros. Un Ser extraño totalmente distinto a lo que nosotros somos, pero que vive junto a nosotros, incluso dentro de nosotros. ESE ES DIOS.

Y de la misma manera que soy visible, Él actúa como Ser sobrenatural y misterioso de manera invisible. No lo vemos aunque sepamos que está ahí, con nosotros.

Entonces podemos decir que LA GRACIA ENTRA DENTRO DEL CAMPO DE ESE SER INVISIBLE, cercano y amoroso con cada uno de nosotros.

2 comentarios:

colectiu dijo...

Delicado tema para tratarlo en pocas palabras. Estamos de acuerdo en todo lo que dice, aunque no por unanimidad. Algunos de los miembros de nuestro COLECTIU piensan que Dios no es un ser totalmente distinto a nosotros. Estamos hechos a imagen y semejanza suya. Y nos creó - eso sí - de forma gratuita, es decir, por su GRACIA. Otros de nosotros piensan que ese SER al que llamamos Dios no está lejos de nosotros. Quizás está mucho más cerca de lo que muchos pensamos. En resumen, enhorabuena otra vez por su escritos en este caso sobre la Gracia. ¡Änimo!

El tío Maset dijo...

Estimado COLECTIU. Dentro de la riqueza de la Iglesia existen las diferentes visiones de un mismo tema. Y a la hora de comentarlas o de plasmarlas por escrito, todos nos encontramos con las limitaciones de pobreza de nuestro lenguaje y vocabulario, incapaz de tener la riqueza suficiente para describir los atributos divinos, su realidad divina, su forma de ser…como REALMENTE ES. No podemos llegar a la Infinitud y a la Eternidad de Dios.
En este caso es lo que realmente me ocurre a mí, quizá como a cualquier otro. Pero todos hacemos lo que podemos.
En su comentario me dice que “Algunos de los miembros de nuestro COLECTIU piensan que Dios no es un ser totalmente distinto a nosotros.” Es cierto que el hálito de vida que nos dio al género humano cuando nos creó es lo que nos hace tímidamente semejantes a Él. Pero no olvidemos que Dios existía ANTES de crear la Humanidad. Y no la necesitaba, pero quería volcar su Amor sobre ALGUIEN. Y ese ‘alguien’ somos nosotros.
Eso es a lo que yo me refiero. No a que sea DISTINTO DE NOSOTROS, sino que es un ser independiente de nosotros. Pero totalmente volcado en nosotros. En todos y cada uno de nosotros con nuestra propia individualidad, como seres únicos e irrepetibles llamados a la SANTIDAD. Por eso nos llamó a cada uno por nuestro nombre desde el vientre de nuestra madre.(Jer.1, 4-5)
Confío que en el resto de entradas que conforman este tema, (cinco en total), sepa exponer mejor las cosas. Gracias por su intervención y no se cansen de exponer sus opiniones. En la medida de mis posibilidades les contestaré.