viernes, 6 de junio de 2008

El LOGOS y nuestras dificultades

Estar en contacto con la Palabra, con el Logos, es siempre un desafío personal, porque nunca te deja indiferente. El Logos nos acompaña en las duras y en las maduras. Son muchas las veces que en los momentos crudos y difíciles de nuestra existencia hemos encontrado en Ella, en la Palabra, a través de la Biblia o de cualquier pensamiento leído u oído, el acompañamiento de un Dios cercano a nosotros, incluso dentro de nosotros. Y entonces surge el estímulo interior desde el que superamos la oscuridad que nos produce la dificultad de nuestro problema con la mirada puesta en Quien nos acompaña y que es capaz de darnos su Luz, su Fortaleza, su Vida.


Para Él no hay nada imposible y así se lo demostró al profeta Ezequiel en su visión en el valle lleno de huesos. (Ez. 37, 1-11)


Posteriormente surgirán otros momentos similares en los que apostaremos por la espera paciente y confiada sabiendo que el Logos, Jesús de Nazaret, siempre estará ayudándonos y estimulándonos en esa nueva situación.

2 comentarios:

euterpe dijo...

Estimado señor Maset:
Ciertamente, es en las dificultades cuando más fácilmente nos damos cuenta de que Él, el Logos, estaba ahí, a nuestro lado. Sólo que en los momentos de éxito, de triunfo, de lucha por lograr o mantener cierto estatus, no lo percibimos... porque estamos pendientes de nuestro ego, porque no hay silencio en nuestro interior...
Como decía nuestro magnífico Lope de Vega: " Cuántas veces el ángel me decía:/ alma, asómate agora a la ventana, /verás con cuánto amor llamar porfía;/ y cuántas, hermosura soberana, /¡mañana le abriremos!, respondía,/ para lo mismo responder mañana".
Iñigo de Loyola tuvo que pasar por un grave accidente que le obligó a pasar mucho tiempo a reposo para escuchar la llamada de Dios; y tuvo el valor de decir "sí".
Todos pasamos por momentos muy difíciles. El sufrimiento se encontrará con nosotros muchas veces a lo largo de nuestra vida. Podemos rebelarnos y sufrir mucho. También podemos ver qué cosas tienen solución. Y siempre podemos acercarnos a Él, el Logos, diciendo: Padre, Tú lo sabes todo. Yo sólo sé que Tú me amas. Ayúdame a comprender lo necesario para seguir mi camino y haz que nunca me aparte de Ti.
Es posible que la oración no transforme las circunstancias externas, pero es indudable que el Espíritu nos concederá el don de fortaleza.
Que el Espíritu le conceda sus siete dones sagrados.
Hasta pronto.

magdalena dijo...

Estimado Sr. Maset coincido con Vd. en que estar en contacto con el Logos es un desafío persona.De nuevo sale a relucir la libertad de obrar que nos otorga El Padre, y que en ocasiones nos complica tanto la vida, y es que el maligno es esquivo y tiende a confundirnos con parafernalias ampulosas y falsas promesas de aquello que precisamente mas anhelamos como míseros mortales que somos, de tal modo que en ocasiones nos sentimos incapaces de encontrar por nosostros mismos el camino correcto, la piedra firme y nos dejamos llevar por la corriente del rio, únicamente en la confianza de que El siempre está dispuesto a escuchar y solo hace falta un mínimo esfuerzo de nuestra parte para ser escuchados y confortados podremos capear los temporales que se nos presentan día a día. Un saludo