sábado, 14 de junio de 2008

Presencia del LOGOS en lo escondido

No necesariamente tenemos que ver la presencia del LOGOS en nuestra vida diariamente, aunque de hecho Él sí que se hace presente en nosotros ‘de facto’ cuando nos abrimos a su Vida.

Para nosotros es absolutamente imposible, por nuestra finitud, entender el misterio de la Trinidad en la realidad del mundo. Podremos intuir su presencia a través de sus manifestaciones: la naturaleza, la vida en sí misma, etc. Pero no dónde acaba el Padre y está el Hijo o el Espíritu porque son un Único Dios que es como es y, como dijo a Moisés, es Quien Es. 'Yo soy el que soy. Yo Soy me envía a vosotros’ (Ex. 3, 14).

Sin embargo quiso tener un rostro humano para hacerse entender por su obra mimada: el Hombre y la Mujer, a quienes otorgó el don de enseñorear la Creación y que tan pésimamente estamos usando esa facultad que nos otorgó. Ese Rostro divino se concreta en la persona de Jesús de Nazaret, el LOGOS, a través del cual Dios nos habló de forma definitiva y directa transmitiendo el mensaje contenido en el Evangelio.

A partir de ahí, Dios se manifiesta a nivel personal cuando nuestra vida obedece a unos esquemas acordes con su voluntad y con sus caminos. ‘Mis pensamientos no son vuestros pensamientos y mis caminos no son los vuestros’ (Is, 55, 8-9). Es Él quien marca cómo debe ser nuestra trayectoria, dentro del respeto que tiene por nuestra libertad.

En la sociedad hedonista que estamos viviendo, presenciamos hasta la saciedad el hecho de que haya personas, mujeres especialmente, que presentan pancartas en las que se puede leer: ‘Nosotras parimos, nosotras decidimos’. Y esto es cierto siempre que se respete el derecho a la vida ajena (nuestros derechos y nuestra libertad acaban donde empiezan los derechos y la libertad de los demás, especialmente de aquellos a quienes no permiten nacer) y siempre que se tenga presente que tampoco podemos usar nuestro cuerpo para cualquier cosa.


San Pablo, en su primera carta a los Corintios, dice con meridiana claridad: ‘¿No sabéis que sois templos de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros? Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él, porque el templo de Dios es santo y ese templo sois vosotros.’ (I Cor, 3, 16-17).

De ahí que no debamos someterlo a actividades contrarias a los caminos y pensamientos de Dios con nosotros, en algunos casos dañando nuestro organismo y yendo contra la esencia misma del Quinto Mandamiento divino desde el momento que matamos algo de nuestro cuerpo. Antes de llevar a cabo alguna actividad sospechosa, pensemos si hacemos algo de lo que luego, cuando nos ponemos en oración ante Él, podemos encontrar que le hemos fallado. Y si así fuere, ya nos puso el Sacramento de la Reconciliación par volver a empezar de nuevo.

Pero hay otro punto. ¿Cómo puedo sentir la presencia de Dios en mi vida? Hay muchas veces que me encuentro vací@ y nos resulta complicado hablar con Él. Magdalena termina una de sus intervenciones con esta expresión: ‘en ocasiones el Padre quisiera hacernos entender su presencia cuando nos duele su ausencia.’ Sí. Acaso sea una manifestación de Dios que permita en algunos casos dejarse adivinar por quien lo busca sin saberlo, pensando que Él no está.
Hay un autor de hoy, Fr. Ignacio Larrañaga, que en un librito titulado ‘Himnos y oraciones’ nos propone la primera oración con este tema. ‘No estás. / No se ve tu Rostro / Estás. / Tus rayos se disparan en mil direcciones. / ERES LA PRESENCIA ESCONDIDA.’ En esa última expresión está la clave. Él es la Presencia Escondida. Hay que buscarlo en lo escondido. Está. Solamente hemos de descubrirlo y acercarnos a Él como el hijo pródigo (Lc.15 11-32) o como la cierva busca corrientes de agua [Sal. 42 (41)].
Personas que han vivido en pleno siglo XX han sido capaces de profundizar en su experiencia de Dios. Ahí tenemos a Charles de Foucauld, Magdalena Delbrêl o Etty Hillesum que llegaron a tener una experiencia interior tan fuerte que las proyectó al exterior, hacia los demás.

3 comentarios:

magdalena dijo...

Estimado Sr. Maset:

No lo falta razón cuando dice que hay que buscar al Señor en lo escondido, pero sucede que en ocasiones pasamos por etapas en nuestra vida en las que se hace dificil no caer desesperación, y es entonces cuando mas necesaria se nos hace esa búsqueda, porque EL siempre está, otra cosa es que nosotros seamos capaces de reconocerlo, pero ocurre que si nos detenemos por la noche a hacer balance del día que hemos vivido, vamos a tener más de una ocasión de ver la mano del Creador en nuestra vida. Gracias por este blog, aunque en ocasiones nos quite alguna que otra hora de descanso.

Anónimo dijo...

Buenas tardes Sr. Maset: De nuevo vuelvo después de un par de semanas sin tener tiempo para mirar el blog. Observo que no ha parado de producir ventanas orientadas a lo más íntimo de nuestros corazones. Refresca la mente y el cuerpo releer una y otra vez los textos que va ofreciendo con cuentagotas en los diferentes días. No deja de mojar al que se deja regar por la Palabra pero al mismo tiempo no ahoga con cantidades industriales de información y documentación. Se me hace ameno leer su blog y me gustaría valorar algo que ha comentado con respecto al aborto.

He de decir que me siento especialmente sensibilizado por participar en actividades y charlas que se hacen a favor de la madre y en contra del aborto desde la asociación pro-vida Alicante. Sin duda, tiene razón al considerar el aborto como un atentado contra la dignidad del no nacido, una lacra para la sociedad no sólo porque se acaba con la vida de un niño, sino porque se manipula la tan ansiada libertad. Pero, ¿Sabemos lo que significa la libertad?

A todos se nos llena la boca de esa palabra, en muchas ocasiones, tomada a la ligera y sin la suficiente reflexión. Más bien considero que macerada por la autorreflexión del ego, la crecida de la vanidad que nos hace estar por encima de todo, creernos con poder para hacer y deshacer a nuestra conveniencia. Se nos olvida que la Palabra, el Logos, es Libertad con mayúsculas y sin paliativos. Tanto la vida como la libertad que ella conlleva son un don, un regalo divino que debemos valorar en su justa medida. Utilizarlo con ligereza, con la prepotencia del egoísmo supone una incoherencia que atenta contra la dignidad del ser humano.

Como el Sr. Maset, me gustaría hacer mención especial a las mujeres que enarbolan la bandera del feminismo y por ende promulgan el aborto libre... No se dan cuenta que cercenando la vida y la libertad del niño que llevan dentro sólo consiguen atentar contra su propia libertad... se hacen más esclavas de su egoísmo, más esclavas de su dolor, más esclavas de su rencor, en muchas ocasiones se sienten utilizadas, denigradas por su condición de mujer... en otras, no encuentran otra salida más que el aborto y eso genera en muchas ocasiones secuelas psíquicas post-aborto que duran toda la vida. Pero sobre todo se alejan a pasos agigantados del sentido real de la vida, se alejan del amor verdadero, se alejan de la alegría vital que supone Dios en nuestras vidas. El cristiano tiene una vida igual de complicada que aquel que obvia a Dios, pero la diferencia entre uno y otro sin duda es su optimismo vital que le hace sentirse cerca de Dios a pesar de las dificultades. Sin más dilación me despido... un abrazo muy fuerte.

Anónimo dijo...

Es fácil que muchas veces no nos demos cuenta que si no tenemos un poco de vida interior, la vida pasa sin tener conciencia de ella.
Pero tambien en muchas ocasiones ante algo que nos asombra, nos abruma, nos sorprende, capta nuestra atención nos volvemos hacia nuestro creador, en acción de gracias, en asombro, en complacencia y le incluimos en nuestra vida porque estamos acostumbrados a tratrar con El, con trato de amistad.
El silencio es importante pero tambien la comunión con todo lo que nos rodea y por lo que recibimos el mensaje de amor inmediato de nuestro creador.
Tenemos que intentar traducir todo nuestra vida en oracion, en comunicación con el creador y hacer como decia Santa Teresa, "que entre los pucheros tambien estaba el Señor", haciendo que nuestro trabajo diario se vuelva oración y contemplación. Tomemos conciencia que de nuestra eleccion de cada día nuestra vida y la vida de los que estan en nuestro alrededor puede ser una bendición para todos ellos.
Orar es tratar al Señor con trato de amistad, de compartir con el lo que se hace se piensa o se desea.
Pedir al Señor por mi como yo pido por vosotros y por el camino de vuestro Blogs, que llegue donde otras cosas no pueden llegar.